Antonio Drove (1942-2005): Un cineasta incomprendido que dejó su huella en la historia del cine español
Antonio Drove (1942-2005) fue uno de los cineastas más originales y controvertidos de la historia del cine español. Nacido en Madrid el 1 de noviembre de 1942, su carrera estuvo marcada por una serie de retos que lo convirtieron en un director incomprendido, pero a la vez en una figura de culto. A lo largo de su carrera, Drove destacó tanto como director como actor, además de ser un influyente pedagogo en el ámbito cinematográfico.
Su legado, aunque no siempre apreciado en su tiempo, sigue siendo relevante y digno de estudio para los amantes del cine y la historia cultural de España.
Orígenes y contexto histórico
Antonio Drove nació en un Madrid que vivía bajo el régimen de Franco, una época de grandes restricciones políticas y culturales. Desde su juventud, Drove mostró una inclinación por las artes, particularmente el cine. Su formación académica comenzó en la Escuela Oficial de Cine de Madrid, conocida como la «Escuela de Cine de Argüelles», donde compartió aula con figuras del cine español como Ricardo Franco, Miguel Marías y Manuel Marinero. En esa etapa inicial de su carrera, Drove ya demostró su interés por explorar temas complejos, lo cual quedó reflejado en sus primeros cortometrajes.
En 1966, Drove realizó su primera obra, La primera comunión, y en 1967 presentó su trabajo de graduación, La caza de brujas, un corto que exploraba el opresivo ambiente de un internado religioso y las relaciones entre sus estudiantes. Aunque este último alcanzó la máxima calificación académica, no pudo estrenarse debido a la censura del régimen franquista, lo que marcó el comienzo de los obstáculos que acompañaron su carrera. La película trataba temas delicados como la culpa, el miedo y la represión, lo cual la convirtió en un filme demasiado provocador para la época.
Logros y contribuciones
La carrera de Drove despegó con su trabajo como director de documentales para Televisión Española, lo que le permitió continuar desarrollándose profesionalmente. Sin embargo, fue en 1974 cuando su carrera dio un giro significativo con el estreno de su primer largometraje, Tocata y fuga de Lolita. Esta película, que presentaba una irónica visión de la lucha de sexos, no solo recibió el reconocimiento del público, sino que también permitió a Drove conseguir un contrato con José Luis Dibildos. Este acuerdo le permitió rodar una serie de películas que pretendían ofrecer una crítica al régimen franquista, pero sin infringir la censura que marcaba la época.
Bajo este contrato, Drove rodó dos películas: Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe (1975) y Nosotros fuimos tan felices (1976), ambas marcadas por un tono cómico y una crítica velada al régimen. Estas obras se inscriben en lo que se conoció como la «tercera vía» del cine español, un movimiento que utilizaba la comedia para eludir las restricciones de la censura franquista.
Uno de los logros más notables de Drove fue La verdad sobre el caso Savolta (1980), una adaptación libre de la novela de Eduardo Mendoza. La película, protagonizada por José Luis López Vázquez, se considera su mejor obra, aunque estuvo rodeada de problemas durante su producción. El rodaje estuvo marcado por conflictos laborales que incluyeron una huelga del equipo de producción, lo que afectó gravemente su desarrollo. Este incidente, junto con las tensiones con los productores, llevó a Drove a ganar una reputación de «director problemático», lo que afectó su futuro en la industria cinematográfica.
A pesar de los obstáculos que enfrentó, Drove continuó su carrera en televisión y cine. En 1987, realizó una adaptación de la novela El túnel de Ernesto Sábato, en la que contó con un reparto internacional que incluyó a la actriz Jane Seymour. Sin embargo, este proyecto se convirtió en otro desafío para Drove, quien tuvo que lidiar con diversos problemas de producción.
Momentos clave en la carrera de Antonio Drove
La trayectoria de Antonio Drove estuvo llena de momentos clave que marcaron tanto su carrera como su legado en el cine. Estos son algunos de los hitos más importantes:
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La caza de brujas (1967): Este cortometraje fue el que realmente dio a conocer el talento de Drove, a pesar de las dificultades para estrenarlo. A pesar de su censura, mostró una perspectiva única sobre la represión y el control social, anticipando muchas de las temáticas que Drove exploraría a lo largo de su carrera.
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Tocata y fuga de Lolita (1974): Su primer largometraje mostró la habilidad de Drove para tratar temas complejos de manera irónica y crítica. Este trabajo le permitió acceder a un contrato que le dio la oportunidad de seguir desarrollándose como cineasta.
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La verdad sobre el caso Savolta (1980): Considerada su obra maestra, esta película fue una adaptación libre de la novela de Eduardo Mendoza, marcada por los conflictos durante su producción. Aunque la película no tuvo el éxito esperado en su momento, se ha convertido en una de las más influyentes del cine español de la época.
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El túnel (1987): Aunque este proyecto no estuvo exento de dificultades, la adaptación de la novela de Sábato representó un esfuerzo notable por parte de Drove de llevar su cine a una audiencia internacional.
Relevancia actual
Aunque en vida no logró el reconocimiento que merecía, la figura de Antonio Drove ha ganado relevancia en años posteriores. Considerado un cineasta incomprendido, su trabajo sigue siendo estudiado y apreciado por cinéfilos y expertos en cine. Su capacidad para fusionar la crítica social con la comedia, su visión única del cine y su coraje para abordar temas complejos lo convierten en una figura esencial para entender el cine español de las décadas de 1970 y 1980.
Drove fue además un importante pedagogo cinematográfico, impartiendo clases en la Universidad de Valladolid y en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid. Su influencia en la formación de nuevas generaciones de cineastas ha sido clave para que su legado perdure.
Además, sus escritos sobre cine, en especial la entrevista con Douglas Sirk, han sido fuente de inspiración para muchos cineastas que han encontrado en él una figura que, a pesar de sus dificultades, nunca dejó de luchar por su visión del cine.
Filmografía destacada
A lo largo de su carrera, Antonio Drove dejó una importante huella en la cinematografía española, tanto como director como actor. A continuación, se detallan algunas de sus obras más representativas:
Como director
Cortometrajes
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La primera comunión (1966)
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La caza de brujas (1967)
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¿Qué se puede hacer con una chica? (1969)
Largometrajes
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Ruta del arte musulmán (1971)
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Tocata y fuga de Lolita (1974)
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Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe (1975)
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Nosotros fuimos tan felices (1976)
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La verdad sobre el caso Savolta (1980)
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El túnel (1987)
Trabajos para televisión
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Los pintores del Prado (1974)
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Curro Jiménez (1976)
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La huella del crimen: El crimen de Don Benito (1990)
Como actor
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Néstor no corre (1969)
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El paraíso ortopédico (1969)
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Un, dos, tres, al escondite inglés (1969)
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El alquimista (1971)
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Best Seller (1982)
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La guerra de los locos (1987)
Antonio Drove es un cineasta que, a pesar de los obstáculos y la incomprensión de su época, dejó una profunda marca en la historia del cine español. Hoy en día, su obra sigue siendo relevante, y su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de cineastas.
MCN Biografías, 2025. "Antonio Drove (1942-2005): Un cineasta incomprendido que dejó su huella en la historia del cine español". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/drove-antonio [consulta: 28 de septiembre de 2025].