Delgado, Anita (1890-1962).
Bailarina española, nacida en Málaga en 1890 y muerta en Madrid el 7 de julio de 1962, que llegó a convertirse en princesa de la India y maharaní del reino de Kapurtala.
Ana María Delgado Briones pertenecía a una familia de clase media que regentaba un café en Málaga y que, obligada por las penurias económicas, tuvo que trasladarse a Madrid. Anita tenía entonces 16 años y comenzó a bailar junto a su hermana, con el nombre artístico de Las Camelias, actuando como teloneras de las grandes tonadilleras en un local nocturno de la capital.
Con ocasión de la boda del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el rajá de Kapurtala, que se encontraba entre los invitados del enlace, acudió al local donde cada noche actuaba Anita y, enamorado de la joven bailarina, le propuso que fuera su acompañante. La familia no aceptó las proposiciones del príncipe indio que una y otra vez se sucedían acompañadas de importantes sumas de dinero, pero finalmente el rajá prometió que se casaría con Anita y los Delgado se trasladaron a París.
Protagonista de un increíble cuento de hadas, Anita se alojó en una mansión de los Campos Elíseos al cuidado de una institutriz francesa, encargada de su educación. Unos meses después recibió la visita del rajá y fijaron la fecha de la boda para el mes de enero de 1908. El matrimonio se celebró en la India y, a pesar de la ortodoxia del rito hindú, Anita bailó sevillanas en la ceremonia. La joven malagueña se había convertido en la cuarta esposa del rajá y en maharaní (‘gran princesa’) del reino indio de Kapurtala. Un año después, nació su hijo Ajit.
Acompañante oficial de su esposo, Anita recorrió todos los reinos de la India y varios países de Asia, América y Europa. Tras la Primera Guerra Mundial, los acontecimientos políticos cambiaron la situación de los príncipes hindúes en la India y la relación sentimental de la pareja también se deterioró. Durante un viaje a Londres, el rajá acusó a Anita de infidelidad y en febrero de 1925 el matrimonio firmó su separación. La malagueña se trasladó a París y años más tarde regresó definitivamente a España.
En 1949, el maharajá murió en Bombay y Anita recibió una larga lista de muestras de condolencia, entre ellas la de Francisco Franco y su esposa Carmen Polo, que la recibieron en audiencia especial. Con 72 años, murió en Madrid en el verano de 1962.