Margaret Craske (1892-1990). La maestra británica que inmortalizó el legado de Cecchetti

Margaret Craske fue una figura esencial en la evolución del ballet clásico del siglo XX, destacándose tanto como bailarina en su juventud como, sobre todo, como maestra de generaciones de intérpretes que marcaron el rumbo de la danza en Europa y Estados Unidos. Su vida estuvo atravesada por nombres emblemáticos del ballet y por una firme adhesión a la técnica Cecchetti, que supo transmitir con rigurosidad y pasión.

Orígenes y contexto histórico

Nacida en Norfolk, Reino Unido, el 26 de noviembre de 1892, Margaret Craske creció en una época en la que el ballet clásico comenzaba a expandirse y consolidarse más allá de sus raíces rusas y francesas. El auge de compañías como los Ballets Russes y el interés creciente del público por las artes escénicas configuraron un escenario vibrante para el desarrollo artístico de figuras como Craske.

Su formación técnica se cimentó de forma sólida entre 1918 y 1923 bajo la tutela del legendario maestro Enrico Cecchetti, cuya metodología de enseñanza combinaba rigor técnico y sensibilidad musical. Esta etapa resultaría determinante no solo para su carrera personal, sino también para su posterior legado pedagógico.

Logros y contribuciones

Craske se incorporó en 1920 a los Ballets Russes de Diaghilev, una de las compañías más innovadoras y prestigiosas de la historia del ballet, lo que evidencia su alto nivel técnico y artístico. Apenas un año más tarde, participó en una gira junto a un grupo de bailarines dirigido por Ninette de Valois, figura clave del ballet británico.

Sin embargo, una grave lesión en el pie truncó su carrera como intérprete. Este revés fue el punto de inflexión que la llevó a volcarse completamente en la enseñanza, convirtiéndose en una de las máximas exponentes del método Cecchetti a nivel internacional.

A partir de 1922, se desempeñó como maestra en el Ballet de Anna Pavlova y en el Sadler’s Wells Ballet (más tarde Royal Ballet), dos instituciones fundamentales en el panorama británico. Su transición al ámbito pedagógico resultó no solo natural, sino profundamente influyente, al formar a bailarines con una técnica sólida y una profunda comprensión artística.

En 1946, Margaret Craske cruzó el Atlántico para establecerse en Nueva York, invitada por Antony Tudor, otro gran coreógrafo británico asentado en Estados Unidos. Allí se integró como maestra del prestigioso American Ballet Theatre, contribuyendo de forma directa al desarrollo del ballet norteamericano moderno.

Entre 1950 y 1966, fue profesora del Departamento de Danza de la Juilliard School, uno de los centros de formación artística más reconocidos del mundo, y también impartió clases en la Escuela del Metropolitan Opera House. En 1968, asumió un nuevo reto como maestra del Manhattan Festival Ballet. De 1961 a 1986 dirigió su propia Escuela de Danza en Manhattan, consolidando su legado pedagógico.

Entre sus alumnos destacan figuras como Viola Farber, Paul Taylor y Glen Tetley, todos ellos posteriormente reconocidos coreógrafos y bailarines que llevaron su enseñanza a nuevas generaciones.

Momentos clave

A lo largo de su prolífica trayectoria, Margaret Craske vivió una serie de hitos determinantes tanto en Europa como en Estados Unidos. Estos momentos no solo marcaron su vida personal, sino que también reflejan el dinamismo del ballet en el siglo XX:

  • 1918-1923: Formación con Enrico Cecchetti.

  • 1920: Ingreso en los Ballets Russes de Diaghilev.

  • 1921: Gira internacional con el grupo dirigido por Ninette de Valois.

  • 1922: Inicia su carrera docente en el Ballet de Anna Pavlova y Sadler’s Wells Ballet.

  • 1946: Se traslada a Nueva York por invitación de Antony Tudor.

  • 1950-1966: Profesora en Juilliard y el Metropolitan Opera House.

  • 1961-1986: Dirección de su escuela de danza en Manhattan.

  • 1968: Maestra del Manhattan Festival Ballet.

  • 1980: Publicación de The Dance of Love.

  • 1990: Fallecimiento en Myrtle Beach, Carolina del Sur.

Relevancia actual

A más de tres décadas de su fallecimiento, la figura de Margaret Craske continúa siendo un referente insustituible en la enseñanza del ballet clásico. Su fidelidad al método Cecchetti la convirtió en una de sus máximas divulgadoras en el mundo anglosajón, y su enfoque riguroso sigue presente en numerosas escuelas que adoptan este sistema como base de formación.

Su contribución también se refleja en la obra escrita, donde dejó plasmada su visión del ballet en textos fundamentales:

  • The Theory and Practice of Allegro in Classical Ballet (Cecchetti Method) (1930), coescrito con Cyril Beaumont.

  • Practice of Advanced Allegro in Classical Ballet (Cecchetti Method) (1956), en colaboración con Friderica Derra de Moroda.

  • The Dance of Love (1980), una obra que revela una faceta más introspectiva y filosófica de la artista.

Además de su legado técnico, Craske también representa un ejemplo de resiliencia y reinvención, al transformar una lesión devastadora en el punto de partida de una carrera docente que influiría a miles de bailarines en ambos lados del Atlántico.

En sus últimos años, se retiró a un ashram hindú en Myrtle Beach, donde vivió en contemplación espiritual, cerrando un ciclo vital de dedicación total al arte y al crecimiento interior.

Margaret Craske fue mucho más que una bailarina y una profesora: fue una mentora visionaria, una guardiana del legado Cecchetti y una de las impulsoras clave del ballet clásico en el mundo contemporáneo.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Margaret Craske (1892-1990). La maestra británica que inmortalizó el legado de Cecchetti". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/craske-margaret [consulta: 16 de julio de 2025].