Cómodo: el emperador gladiador de la Antigua Roma
En el año 177 d.C., finalizó la era de los cinco «buenos» emperadores y comenzó el reinado de Lucio Elio Aurelio Cómodo. Su ascenso al trono marcó el fin de una época de relativa estabilidad y el inicio de un periodo turbulento en la historia de Roma. Desde su infancia, Cómodo ya había mostrado un carácter violento y cruel que, al llegar al poder, se desplegó en toda su magnitud.
Se dice que Cómodo superó incluso a Calígula en su comportamiento errático y extravagante. Mientras que algunos emperadores dedicaban parte de su tiempo a los asuntos de estado, Cómodo los descuidó por completo. Su atención estaba centrada en actividades muy distintas: la vida personal, su harén de cientos de concubinas, el entrenamiento con espada, las batallas de gladiadores y las carreras de carros.
El estilo de vida excéntrico de Cómodo
Cómodo era conocido por su comportamiento extravagante, que generaba dudas sobre su cordura incluso entre sus allegados. Uno de los episodios más grotescos atribuidos a su personalidad fue tratar a sus invitados de manera humillante, lo que él consideraba un acto divertido.
Además, exigió ser declarado dios y llegó a cambiar el nombre de Roma por el suyo propio. Esta actitud, sumada a su paranoia extrema, llevó a que cualquier sospecha, por mínima que fuera, fuera motivo suficiente para ejecutar a alguien sin juicio. A pesar de todo, su reinado duró sorprendentemente 15 años.
La obsesión de Cómodo con la arena
Una de las características más polémicas del emperador fue su obsesión con la arena de los gladiadores. Participó en más de 700 combates y ganó todos ellos. Aunque sus habilidades con la espada eran notables, también era evidente que sus oponentes se dejaban vencer para salvar sus vidas.
En la sociedad romana, los gladiadores eran figuras admiradas, pero su profesión se consideraba deshonrosa, especialmente para un hombre libre. Que el propio emperador participara en estos espectáculos era motivo de desprecio por parte de la nobleza y lo alejaba de la aceptación popular.
La conspiración y el fin de Cómodo
El desprecio de la nobleza y la falta de apoyo del pueblo llevaron a que las personas más cercanas al emperador conspiraran contra él. Entre los conspiradores se encontraban su amante, Marcia; el jefe de la guardia; y el administrador del palacio.
Marcia le ofreció una copa de vino envenenado, pero el efecto fue más lento de lo esperado. Finalmente, Cómodo fue estrangulado por Narciso, uno de sus compañeros de entrenamiento.
La verdad detrás de la película Gladiador
Aunque la película Gladiador inmortalizó a Cómodo como un villano, es importante señalar que no fue él quien mató a su padre, Marco Aurelio. Este detalle histórico, entre otros, se modifica en la obra cinematográfica para fines dramáticos, alejándose de la realidad.