Lon Chaney (1883-1930). El maestro del horror y el maquillaje en la era del cine mudo
Lon Chaney fue un actor y maquillador estadounidense cuya capacidad para transformar su rostro y cuerpo le otorgó un lugar eterno en la historia del cine. Conocido como «El hombre de las mil caras», Chaney es una figura esencial en la evolución del cine de terror y del arte del maquillaje cinematográfico. Su vida y obra, marcadas por el drama personal y el genio artístico, dejaron una huella indeleble en Hollywood y en generaciones posteriores de actores y cineastas.
Orígenes y contexto histórico
Nacido el 1 de abril de 1883 en Colorado Springs (Colorado), Lon Chaney creció en un ambiente singularmente complejo. Ambos padres eran sordomudos, lo que obligó al joven Chaney a desarrollar desde muy temprana edad una notable expresividad gestual, clave para su futuro en el cine mudo. Su madre padecía además un reumatismo degenerativo, y la familia enfrentaba serias dificultades económicas. Estas circunstancias moldearon profundamente su carácter, inculcándole una compasión por los marginados y una resiliencia inquebrantable.
Durante su juventud, Chaney se unió a compañías teatrales ambulantes. Allí desempeñó diversos roles, desde bailarín hasta tramoyista. Fue precisamente en este entorno donde descubrió su vocación por la escena. Más adelante se integró en la Columbia Musical Repertory Company, donde conoció a su primera esposa, Cleve Creighton, con quien vivió un turbulento matrimonio que acabó en divorcio. En el juicio logró quedarse con la custodia de su hijo, el futuro actor Lon Chaney Jr.
La vida sentimental de Chaney siguió marcada por la tragedia y la redención. Se enamoró de Hazel Hastings, una corista que también había atravesado un matrimonio tormentoso. Juntos iniciaron una vida más estable, lo que trajo algo de paz a un hombre que siempre se sintió atraído por las historias de sufrimiento y exclusión. No es casualidad que la mayoría de sus personajes cinematográficos encarnaran figuras deformes, rechazadas o torturadas emocionalmente, en resonancia con su propia historia.
Logros y contribuciones
La carrera cinematográfica de Chaney despegó a través de colaboraciones ocasionales con Universal Studios, pero fue su talento como maquillador autodidacta lo que lo catapultó a la fama. Dominaba técnicas teatrales que le permitían crear transformaciones físicas impactantes, muchas veces a costa de su comodidad e incluso de su salud. Usaba prótesis, vendajes, apliques de goma y técnicas de dislocación corporal que lo convertían en personajes totalmente irreconocibles.
Entre sus más destacadas contribuciones al cine se encuentran:
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Innovación en maquillaje cinematográfico: Chaney fue pionero en un campo que en su tiempo no tenía reconocimiento formal en los estudios.
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Humanización del monstruo: Lejos de mostrar villanos planos, sus personajes solían tener motivaciones profundas y trágicas, generando empatía en el público.
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Actuación física extrema: Su capacidad para manipular su cuerpo como herramienta de expresión fue revolucionaria para el cine mudo.
Su papel en «El jorobado de Nuestra Señora de París» (1923), bajo la dirección de Wallace Worsley, es uno de los más icónicos. Para interpretar a Quasimodo, utilizó una incómoda joroba, corsés y complejos maquillajes faciales. Pero si hay un filme que consolidó su leyenda fue «El fantasma de la ópera» (1925). El maquillaje que creó para este personaje fue tan impactante que se convirtió en un referente del cine de terror.
En 1927, trabajó con Tod Browning en «Garras humanas», donde fingía no tener brazos gracias a un arnés mecánico. Browning pensó en Chaney para el papel principal en «Drácula» (1930), pero el actor no pudo asumir el papel debido a un cáncer de laringe. Fue entonces cuando el papel pasó a Bela Lugosi, quien ya lo había interpretado en teatro.
Cabe destacar que «Drácula» estaba basado en la novela escrita por Bram Stoker, y se convirtió en uno de los pilares del cine de terror, aunque sin Chaney en el rol protagónico como se había planeado originalmente.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Chaney participó en más de 150 películas, la mayoría durante la era del cine mudo. A continuación, se presenta un listado con sus trabajos más destacados por año:
Filmografía destacada por años:
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1914: Richelieu
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1915: Father and the boys, La marca de Caín, Tangled hearts
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1917: Casa de muñecas, Pay me, The rescue, The vengeance of the West
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1918: The false faces, Fast company, The grand passion, That devil bateese
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1919: El milagro, Paid in advance, Victory, The wicked darling
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1920: La isla del tesoro, Nomads of the north
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1921: Fuera de la ley, Bits of life
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1922: El hijo de la parroquia, La obsesión de un sabio, Shadows
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1923: Mientras París duerme, El jorobado de Nuestra Señora de París, Todos los hermanos eran valientes, The shock
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1924: The next corner, The monster, El que recibe el bofetón
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1925: El trío fantástico, El fantasma de la ópera, The tower of lies
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1926: La sangre manda, The black bird, Tell it to the marines
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1927: Garras humanas, La casa del horror, Mr. Wu, Mockery
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1928: Los pantanos de Zanzíbar, Ríe, payaso, ríe
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1929: Where East is East
Cada una de estas películas aportó un matiz diferente a su carrera, pero todas tienen en común la intensidad de sus interpretaciones y su dominio absoluto del lenguaje corporal.
Relevancia actual
La influencia de Lon Chaney en el cine contemporáneo es innegable. Fue pionero no solo en el género de terror, sino también en la comprensión del maquillaje como una herramienta narrativa, capaz de transmitir emociones, sufrimiento e incluso redención. Su trabajo allanó el camino para artistas del maquillaje como Jack Pierce y Rick Baker, y para actores que usan su cuerpo como instrumento dramático, desde Doug Jones hasta Andy Serkis.
Además, Chaney cambió la percepción del actor como mero intérprete, mostrando que podía también ser creador visual y técnico. Su ejemplo inspiró a generaciones de cineastas a explorar nuevas formas de contar historias a través del lenguaje visual. Es una figura venerada por cinéfilos, académicos y creadores, y su legado persiste en festivales, retrospectivas y homenajes en todo el mundo.
Pese a que el sonido comenzaba a imponerse en los años finales de su carrera, Chaney siguió trabajando hasta que su salud se lo permitió. Su muerte, ocurrida el 26 de agosto de 1930 en Los Ángeles, marcó el fin de una era en la historia del cine, pero no el fin de su influencia. Su hijo, Lon Chaney Jr., intentó seguir sus pasos, sobre todo en el género de terror, aunque sin alcanzar nunca el mismo impacto.
El apodo de “El hombre de las mil caras” no es una simple etiqueta sensacionalista. Es un testimonio de la profundidad, versatilidad y compromiso que Lon Chaney imprimió en cada uno de sus personajes. A día de hoy, su figura sigue siendo un referente para aquellos que creen en el poder transformador del cine.
MCN Biografías, 2025. "Lon Chaney (1883-1930). El maestro del horror y el maquillaje en la era del cine mudo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/chaney-lon [consulta: 16 de julio de 2025].