Chadwick, Sir James (1891-1974).
Físico británico, nacido en Manchester en 1891 y fallecido en Cambridge en 1974, descubridor del neutrón y premio Nobel de Física en 1935. Realizó sus estudios, bajo la tutela de Rutherford, en la Universidad de Manchester, donde obtuvo la licenciatura en 1911. Por la importancia de sus trabajos, y gracias a su tesón personal, dos años después le fue concedido un sustancioso premio en metálico, que le permitió viajar a Berlín para ampliar su formación, esta vez a las órdenes de Geiger. Las investigaciones se vieron paralizadas a causa de la Primera Guerra Mundial, pero, en 1919, Chadwick volvió a Cambridge para continuar colaborando con Rutherford quien había descubierto en 1917 la desintegración atómica artificial al estudiar el átomo de nitrógeno, y continuaba trabajando con otros elementos ligeros como el aluminio, el flúor y el fósforo. Basándose en sus propias investigaciones, Rutherford postuló proféticamente la existencia de nuevos núcleos atómicos, pero los representó formados por protones y electrones. La importancia de los trabajos de Chadwick radica en el hecho de que fue él quien descubrió, en 1932 la existencia de una partícula neutra sin carga, los neutrones, que también formaba parte del núcleo.
Al término del antes citado año, Chadwick, aparte de ser un respetado miembro de la Sociedad Real de Londres, y llevar a cabo su propio programa de investigación en el laboratorio Cavendish, estaba capacitado para reintentar y reinterpretar el experimento llevado a cabo por el matrimonio de Irene y Jean Frédérick Joliot-Curie, que habían hecho un descubrimiento algunos años antes que parecía evidenciar la existencia del neutrón. Ésto había despertado la curiosidad de Chadwick, que estaba decidido a probar esta tesis. Así pues, comenzó a estudiar los rayos de berilio, pero a diferencia de lo que habían hecho los Joliot-Curie, que sólo los habían dirigido contra una sustancia rica en hidrógeno (parafina), los dirigió contra nuevos materiales. Descubrió que los núcleos del hidrógeno y otros núcleos retrocedían cuando los rayos chocaban contra ellos, pero que éstos se movían a menor velocidad que los de hidrógeno. El gran poder de penetración de las partículas del rayo emitido por el berilio, ponía de manifiesto su carácter eléctricamente neutro, cualidad que unida al peso atómico permitía suponer que la partícula sería el compuesto neutro de un protón y un electrón. Chadwick dio a conocer sus trabajos en la revista Nature, en un informe que amplió posteriormente en el que ya dio nombre a esta partícula: neutrón; sin embargo, no se ocupó de la función del neutrón en el núcleo atómico, trabajos de los que se hizo cargo, casi de forma inmediata el físico alemán Werner Heisenberg, y que supusieron el comienzo de la física cuántica.
La construcción de un ciclotrón, que Rutherford no veía con buenos ojos, fue causa de que ambos se enemistaran y Chadwick marchara a Liverpool para realizar allí labores de docencia. Durante la Segunda Guerra Mundial, el científico -como era lógico suponer del inaugurador de la moderna física nuclear- apoyó la construcción de la bomba atómica, y marchó a trabajar a Estados Unidos en el susodicho proyecto. Después de la batalla, regresó al Reino Unido, y encarriló su carrera por el camino de la física nuclear, que derivó hacia derroteros más pacíficos conforme envejecía.