Cau, Jean (1925-1993).
Narrador y periodista francés, nacido en Bram (Aude) en 1925 y fallecido en Narbona en 1993. Considerado como uno de los principales discípulos del escritor y filósofo Jean Paul Sartre (al que asistió, en calidad de secretario, durante muchos años), dejó una rica producción literaria en la que se aúnan intereses intelectuales tan variados con los estudios hispánicos, el pensamiento existencialista y la ideología de izquierda.
Situado en el epicentro del panorama cultural francés de mediados del siglo XX, Jean Cau no sólo alcanzó relevancia por el lugar privilegiado que ocupó al lado de Sartre, sino también por su fecunda presencia en los principales medios de comunicación del país, a través de los cuales pudo exponer sus ideas progresistas. Así, colaboró asiduamente en la revista Temps Modernes (uno de los principales cauces de expresión de la izquierda francesa del momento), y posteriormente pasó a formar parte de la redacción del rotativo L’Express.
Respecto a su obra de creación literaria, conviene destacar la novela titulada La pitié de Dieu (La piedad de Dios, 1961), un amargo mensaje en el que el agnosticismo invita a la desesperanza. Esta obra, galardonada con el prestigioso Premio Goncourt, pronto pasó a convertirse en una especie de banderín de enganche de la intelectualidad francesa de la época, volcada de lleno hacia las propuestas existencialistas de Sartre y su nutrida cohorte de seguidores. Entre ellos se ubicó voluntariamente Jean Cau, con otras obras que vinieron a subrayar sus coincidencias con las líneas maestras del pensamiento de su mentor: Une passion pour Che Guevara (Una pasión por el Che Guevara, 1979), La conquête de Zanzibar (La conquista de Zanzíbar, 1980), Les culottes courtes (Los pantalones cortos, 1988) y Composition française (Composición francesa, 1993).
Al margen de estas obras literarias y de los trabajos periodísticos mencionados en parágrafos anteriores, Jean Cau publicó también diferentes escritos en los que dejaba patente su interés por España y los españoles, puesto de manifiesto sobre todo en su afición a los toros y sus conocimientos sobre tauromaquia. Así, se dejó calar en un principio por la influencia del novelista estadounidense Ernest Hemingway, aunque después se volvió contra él en una serie de amenos y bien documentados artículos taurinos que quedaron recopilados en el libro titulado Les oreilles et la queue (Las orejas y el rabo).