Carnesecca, Lou, «Louie» (1925-VVVV).
Entrenador de baloncesto estadounidense, nacido en Manhattan (Nueva York) el 5 de enero de 1925. A pesar de que en su currículum como técnico no figuren deslumbrantes títulos, Lou Carnesecca (apodado Louie en el mundillo del baloncesto) ha sido siempre reconocido como uno de los mejores entrenadores del baloncesto universitario norteamericano. Nunca fue un gran estratega ni un innovador táctico, pero sin duda fue el entrenador número uno a la hora de motivar a sus jugadores y de insuflarles la tenacidad necesaria para alcanzar cotas muy por encima de su verdadero nivel.
Durante su adolescencia, Lou Carnesecca compaginaba sus estudios en la St. Ann’s Academy con el deporte, si bien aún no se había decantado por el baloncesto y practicaba cualquier clase de ejercicio… con poco éxito, dadas sus escasas dotes físicas. Tras completar sus estudios en la Universidad de Saint John’s (siempre en Nueva York), pasó a cumplir el servicio militar en la Armada, concretamente en el cuerpo de guardacostas del Atlántico, destino no exento de riesgo si se tiene en cuenta que Carnesecca estuvo destinado allí durante el año 1945, es decir, en plena Segunda Guerra Mundial. Tras el fin de la contienda, y después de trabajar varios años en una tienda de ultramarinos de propiedad paterna, en la temporada 1950-51 se hizo cargo del equipo de baloncesto de su escuela, la St. Ann’s Academy, decantándose definitivamente por el deporte de la cesta. No lo debió hacer nada mal en el baloncesto escolar, puesto que uno de los técnicos más prestigiosos del mundo universitario, Joe Lapchick, le ofreció el puesto de entrenador-ayudante en la no menos importante Universidad de Saint John’s, en la misma en la que completó su formación académica y un importantísimo centro productivo de jugadores de primer nivel. Durante ocho años Lou Carnesecca se mantuvo en un segundo plano hasta que, antes de comenzar la temporada 1965-66, Lapchick decidió retirarse y las autoridades universitarias dejaron en sus manos el puesto de entrenador-jefe (head coach). Sus cinco primeras temporadas en la caótica y enmarañada liga universitaria norteamericana se saldaron con un rotundo éxito, puesto que los Redmen (apodo del equipo en la liga) alcanzaron tres veces las fases finales de la NCAA (National College Athletic Asociation, primera competición universitaria de baloncesto, a nivel estatal), y en las dos restantes participaron en el NIT (National Invitation Tourney, torneo de consolación en el que participan los mejores equipos que no han conseguido llegar a la fase final de la NCAA). Un bagaje suficiente, pues, para que el baloncesto profesional se fijase en el técnico neoyorquino.
A comienzos de la temporada 1970-71, Carnesecca fue contratado para dirigir a los New York Nets de la liga profesional (ABA), quienes también acababan de contratar a una futura estrella del baloncesto americano: Rick Barry. Tras una primera temporada de tanteo, en su segunda campaña al frente de los Nets Louie, secundado en la cancha por Barry, logró llegar a la final de la competición, pero fueron derrotados por los Indiana Pacers en seis partidos (4-2). El disgusto no vino solo, porque Rick Barry forzó su traspaso a otro equipo, los Golden State Warriors de la NBA, y, en el baloncesto profesional, eso se paga muy caro. La tercera y última temporada de Carnesecca en los Nets fue un absoluto desastre, y el de Manhattan vio claro que el baloncesto empresarial no era su mundo, por lo que decidió volver a Saint John’s. Al fin y al cabo, su baloncesto se basaba en disfrutar más que en ganar, en formar jugadores técnica y tácticamente inmejorables, y en comprometer al equipo en la misma causa… cosas que en profesionales, salvo dignísimas excepciones, no se solían dar. En la universidad fue calurosamente recibido, y rápidamente se volcó en otro proyecto: formar, junto a varias universidades cercanas, una conferencia, la Big East, lo que significaría más competencia, pero también saltarse las fases previas para llegar a las finales de la NCAA. Muy pronto la Big East (que Carnesecca ganó en las temporadas 1982-83 y 1985-86) se convertiría en la mejor conferencia de la NCAA, y, especialmente en la década de los ochenta, los enfrentamientos entre Saint John’s y Georgetown marcarían época. Los buenos amantes del baloncesto aún recuerdan la semifinal que, dentro de la Final Four de la NCAA en la temporada 1984-85, enfrentó a ambas escuadras. Los Redmen habían eliminado a North Carolina State en la final regional (69-60) y contaban con un quinteto de ensueño, plagado de futuras estrellas profesionales (Mark Jackson, Chris Mullin, Willie Glass, Walter Berry y el canadiense Bill Wennington); sin embargo, a pesar de tamaña artillería, no lograron controlar a la estrella de los Hoyas de Georgetown, Pat Ewing, viendo truncado su sueño de acceder a la final. Los ingeniosos sistemas de ataque diseñados por Carnesecca para la ocasión, con bloqueos perpendiculares a la línea de fondo para el tiro de Mullin y Berry, o los aclarados para Jackson, no dieron el resultado apetecido. Con todo, se trata del mayor logro colectivo de Saint John’s y, por ende, de su técnico.
Lou Carnesecca continuó dirigiendo a la universidad católica de Nueva York hasta la temporada 1991-92, año en que decidió retirarse. Su balance victorias/derrotas fue de 562/200, situándole en un lugar de privilegio no sólo en el baloncesto universitario, sino en general. Pocos meses después de anunciar su retirada, las autoridades deportivas estadounidenses le nombraron miembro del Hall of Fame (Salón de la Fama, en Springfield -Massachusetts-), honor que únicamente reciben los más grandes del baloncesto. La labor de Carnesecca traspasó las fronteras atlánticas, siendo un técnico de reconocido prestigio en Europa y, en especial, en España, no sólo por su proverbial amistad con el que fue seleccionador nacional de baloncesto, Antonio Díaz-Miguel, sino por la gran cantidad de jugadores por él formados que han destacado hondamente en el baloncesto hispano, como Wayne Mackoy (jugador de Estudiantes y Cajamadrid, entre otros) o el legendario David Russell (cuyos mates estratosféricos aún se recuerdan en las canchas de Joventut o Estudiantes). Quizá por ello, cuando en 1996 fue nombrado entrenador de un combinado de jóvenes promesas universitarias en gira por Europa, la ACB le homenajeó con ocasión del partido que enfrentó a dicha selección (con Tyron Lou y Luis Felipe López de estrellas) contra la española, celebrado en Fuenlabrada (Madrid) en junio de 1996. Era una manera más de agradecer toda una vida dedicada al deporte de la canasta.
Enlace en Internet
http://www.stjohns.edu/athletics/Sports/Mens_Basketball.html;Página oficial del equipo de baloncesto masculino de Saint John’s.