Carmagnola, Francesco, Conde de Bussone (1390-1432).
Militar italiano nacido en Carmagnola en 1390 y muerto en Venecia el 3 de mayo de 1432. Fue el más célebre instrumento de Filippo Maria Visconti en la reconstrucción del estado milanés, pero después se pasó al bando veneciano y luchó contra su antiguo señor. Fue uno de los caudillos más capaces y reconocidos de su época.
De origen humilde, en su juventud entró al servicio de Facino Cane, señor de Alejandría y regente de Milán. A la muerte de éste, pasó a formar parte del ejército de Filippo Maria Visconti, duque de Milán, distinguiéndose de tal manera en las armas que fue nombrado generalísimo del ejército milanés. Al servicio de los Visconti, Carmagnola consiguió la recuperación de Trezzo, Lodi, Piacenza, Bresscia, Bérgamo, Como, Vercello y Bellizona y arrebató a los suizos el valle de Serantina. El duque le distinguió con el título de conde de Castelnuovo y Caselle y le concedió la mano de su hija natural (14 de febrero de 1417), Blanca. De esta forma Francesco alcanzó el status principesco y obtuvo el derecho a portar los blasones y el apellido de los Visconti. Fue nombrado además primer consejero y se le concedió el feudo de Sale. En 1421 se apoderó de Génova, donde el duque de Milán lo mandó a gobernar, sobre todo para apartarlo del ejército. Carmagnola permaneció como dux de Génova hasta el 5 de octubre de 1424.
Desde entonces, Carmagnola se fue apartando del Visconti. En 1423 Milán entró en guerra con Florencia y Filippo Maria quiso además embarcarse en otra guerra contra Juan II de Nápoles, aliado con el Papado, con Aragón y apoyado por Florencia. Carmagnola levantó grandes envidias entre los cortesanos milaneses, que convencieron al duque de que su yerno tramaba una conspiración; cuando Filippo Maria ordenó formar un ejército en Génova, la orden fue dada a Guido Torrelli. En octubre de 1424 Carmagnola regresó a Milán y al ver que había perdido el trato de favor con su suegro, consumó la ruptura. Se retiró a su feudo y poco después abandonó a su esposa, ofreciendo después sus servicios a Monferrato, Ivrea, Saboya y pasando finalmente a disposición de Venecia (23 de febrero de 1425). Un año después, el duque Visconti confiscó todos los bienes de Carmagnola. Y aunque la Serenísima había firmado una alianza en 1422 con Milán, la guerra estalló poco después por iniciativa de los florentinos, aliados con Venecia.
Francesco Carmagnola, que había sido mandado envenenar por orden del duque Visconti (aunque el intento fracasó), fue nombrado capitán general del ejército veneciano. Inició la lucha con un gran golpe: consiguió el apoyo de la facción güelfa de Brescia y logró que la ciudad se rebelase contra los milaneses (17 de marzo de 1426), siendo rendida por las tropas aliadas el 20 de noviembre. Carmagnola, alegando motivos de salud, se retiró a Gonzaga y la paz fue firmada el 30 de diciembre, pero pronto se rompió, dando lugar a nuevas luchas. La campaña de 1427 tuvo derrotas y victorias por ambas partes, destacando de entre ellas la victoria de Carmagnola sobre los milaneses en Maclodio (11 de octubre), que supuso para Venecia apoderarse de una buena parte de las tierras de Brescia, Bérgamo y Cremona. Tras la batalla, Carmagnola puso en libertad sin rescate a Carlos Malatesta, que había caído prisionero junto con más de 10.000 soldados. Este acto levantó entre algunos venecianos la acusación de traición contra el capitán, pero como no pudo demostrarse nada los acontecimientos siguieron su curso. A principios de 1429 Carmagnola solicitó dos veces ser cesado en su cargo, y dos veces obtuvo la negativa del Senado. El 29 de febrero firmó por dos años más la dirección del ejército veneciano.
Venecia, además de la guerra contra Visconti, inició una nueva guerra contra Florencia. Carmagnola fue nombrado de nuevo capitán general de la República de San Marcos y, mientras los demás generales de la Serenísima obtenían victorias, él fracasó en la toma de Lodi (enero de 1431), Soncino (30 de mayo) y perdió más de 500 caballeros en una refriega contra los Sforza (6 de junio). Por aquellas fechas fue derrotada la flota veneciana y Carmagnola no acudió a su auxilio, a pesar de los continuos llamamientos del Senado. Surgió entonces entre los miembros del Consejo de los Diez la duda de si Carmagnola debía seguir al frente de las tropas, aunque de momento no se tomó ninguna resolución. Pero en octubre el general Guglielmo Cavalcavò le acusó de ser el culpable del fracaso en la toma de Brescia, por no haber acudido o por haber acudido tarde. Un mes después los húngaros lanzaron una campaña contra las tierras venecianas y Carmagnola fue encargado de ir a combatirlos, pero fue el último de los capitanes en partir a la guerra y llegó cuando los húngaros ya se habían marchado. Carmagnola fue entonces llamado a Venecia (29 de marzo de 1432) con la excusa de discutir sobre la guerra, pero cuando llegó a la ciudad (7 de abril) fue arrestado y acusado de traición y de entendimiento con el enemigo. Bajo tortura se confesó culpable de los cargos que se le imputaban y fue sentenciado a muerte. Francesco Carmagnola fue decapitado en la plaza de San Marcos de Venecia. Su vida inspiró a Manzoni una de sus tragedias.
Bibliografía
-
BAILLY, A. Historia de Venecia. Barcelona, 1963.
-
CAUCHIES, J.M. Milano e Borgogna, due stati principeschi tra Medioevo e Rinascimiento. Roma, 1990
-
DUGGAN, C. Historia de Italia. Cambridge, 1996.
-
ORSI, P. Historia de Italia. Barcelona, 1960.