Caprivi di Caprara Montecuccoli, Georg Leo von (1831-1899).
Político alemán y canciller de su país, nacido el 24 de febrero de 1831 en Charlottenburg (localidad próxima a Berlín), y muerto el 6 de febrero de 1899 en Skyron, ciudad próxima a Crossen an-der-Oder (actualmente Krosno, Polonia). Fue llamado por el kaiser Guillermo II para sustituir al frente del gobierno alemán a Otto von Bismarck, cargo en el que estuvo entre los años 1890 y 1894. En política exterior cambió radicalmente la estrategia marcada por su antecesor, al iniciar lo que se dio en llamar como Nuevo Curso y romper la alianza con Rusia (caducidad del Tratado de Reaseguro) y acercarse a Austria-Hungría e Italia (renovación de la Triple Alianza), lo que provocó la creación de una alianza franco-rusa contra Alemania, en el año 1894. En política interior anuló las leyes antisocialistas y favoreció el libre cambio, lo que perjudicó a los grandes propietarios y terratenientes alemanes (junkers), los cuales acabaron forzando su salida del gobierno en 1894.
Formado bajo una estricta educación prusiana en Berlín, Caprivi ingresó en el ejército prusiano en 1849, y estudió en la Escuela de Guerra de Berlín. En el año 1861 fue nombrado oficial del Estado Mayor prusiano, y tomó parte activa en la campaña de Bohemia del año 1866 en contra de Austria, tras la cual pasó a ingresar en el staff de oficiales del I Ejército prusiano, comandado por el príncipe Federico Carlos I. Ascendido a teniente coronel cuando empezó la Guerra Franco-alemana (1870-1871), Caprivi fue nombrado jefe de Estado Mayor del X Cuerpo del Ejército, el cual formaba parte del II Ejército prusiano, con el que participó en la batalla librada en Metz, alrededor de Orleans. Gracias a sus innegables méritos de guerra, en 1872 fue ascendido al grado de coronel y nombrado jefe de sección en el Ministerio de Guerra prusiano. En el año 1879 consiguió el ascenso al generalato, donde obtuvo el mando de una brigada de guardia en Berlín. Tres años más tarde, Caprivi obtuvo el grado de teniente general y el mando de una división en Metz. Cuando se retiró el general Stosch, Caprivi fue nombrado jefe del almirantazgo con el grado de vicealmirante. Desde su puesto de máximo responsable de la Armada alemana, Caprivi llevó a cabo una profunda reestructuración muy similar a la que se hiciera en el ejército de tierra Von Moltke: desplegó a la flota alemana a lo largo y ancho de las costas alemanas para su defensa, con lo que descargó de esa tarea tan penosa a las fuerzas de tierra; reactivó la construcción de nuevos buques y la investigación armamentística destinada a los buques, en especial la rama de los torpedos; y perfeccionó la movilidad táctica de la flota. Asimismo, Caprivi representó a la Armada en el Reichstag. En el año 1888, Caprivi fue nombrado general de infantería al mando del X Cuerpo del Ejército acantonado en Hannover.
Debido a su gran habilidad como administrador y al hecho de que no estaba afiliado a partido político alguno, el canciller Otto von Bismarck empezó a fijarse en él como posible sustituto al frente de la cancillería alemana, habida cuenta de las cada vez mayores diferencias que enfrentaban al canciller con el joven kaiser recién ascendido al trono, Guillermo II. Así pues, el 20 de marzo de 1890, Otto von Bismarck presentó su dimisión al kaiser, la cual fue aceptada de inmediato por el monarca que se apresuró a nombra a Leo von Caprivi presidente del Consejo de Prusia (1890-1892) y canciller del Imperio (1890-1894).
La primera acción que Caprivi llevó a cabo como canciller fue la firma, en julio de 1890, de un acuerdo político-comercial con Gran Bretaña en relación al reparto de las esferas de influencia de ambos países en África. El tratado estableció el abandono de la política agresiva de Alemania en el este de África y la retirada de las reclamaciones alemanas sobre los territorios de Zanzíbar a cambio de la soberanía sobre la isla de Heligoland, lo que levantó un gran número de protestas por parte de los colonos alemanes que no cesaron de atacar al nuevo canciller en todo el tiempo en el que estuvo al frente de la cancillería. Al tratado firmado con Gran Bretaña le siguieron una serie de acuerdos comerciales con Austria, Italia, Rumanía, Servia y Rusia, los cuales rebajaban sustancialmente las tarifas aduaneras alemanas con el objeto de favorecer la expansión industrial y comercial del país. El kaiser Guillermo II, en agradecimiento por esa labor económica, le confirió el título de conde. No obstante, semejante política económica tan audaz chocó de inmediato con la oposición de los poderosos terratenientes alemanes, los cuales se agruparon en una serie de ligas rurales de gran peso, la más importante de las cuales, el Bund der Landwirte, se constituyó en 1894.
Caprivi rompió con los métodos diplomáticos impuestos por Bismarck y renunció, por deseo expreso del kaiser Guillermo II, a renovar la alianza firmada con Rusia en el Tratado de Reaseguro, lo que supuso un grave error de cálculo para los intereses alemanes de funestas consecuencias inmediatas, ya que arrojó a Rusia en brazos de Francia, nación que por aquel entonces representaba el mayor peligro para Alemania. Tras la ruptura con Rusia, Caprivi renovó, por tercera vez, la Triple Alianza.
En cuanto a la organización militar, Caprivi introdujo el servicio militar obligatorio durante dos años para las tropas de a pie, y elevó cuantitativamente los efectivos del Ejército alemán. A su vez, también licenció de un plumazo a un gran número de viejos soldados que llevaban viviendo del ejército prusiano desde hacía bastante tiempo, con el consiguiente gasto que eso representaba. La medida causó un gran revuelo en el Parlamento alemán, y Caprivi fue atacado por todos sus enemigos políticos, que eran muchos. Sin embargo, finalmente, gracias a su determinación de carácter, la medida salió adelante.
En política interior, como ya se ha mencionado anteriormente, la firma de los tratados comerciales le acarreó la enemistad profunda de los grandes terratenientes del país, los cuales no cejaron en el empeño de combatirle con una fiereza inusitada. Cuando Caprivi asumió el poder, de acuerdo con el emperador, se propuso neutralizar como fuera el imparable ascenso del socialismo dentro de las capas industriales y urbanas menos favorecidas, para lo cual el gobierno llevó a cabo una serie de medidas tendentes a suavizar el control sobre las clases proletarias y atender mejor los intereses económicos de éstas, empresa que no dio el resultado apetecido ni, mucho menos, logró apaciguar los ánimos obreros en contra del Estado.
La posición política de Caprivi comenzó a estar seriamente comprometida a partir del año 1892, cuando fue rechazado un proyecto de ley sobre escuelas populares elaborado por su ministro de Educación, Von Zedlitz, calurosamente apoyado por Caprivi. El canciller no tuvo más remedio que salir por propia voluntad del Consejo de Prusia ese mismo año, y conservó únicamente la cancillería alemana, donde fue sustituido por el conde de Eulenburg, su principal oponente político y protegido del viejo canciller Bismarck.
Por fin, en el año 1894, una diferencia de apreciación de Caprivi con el kaiser Guillermo II y con Eulenburg, en referencia a ciertas cuestiones agrarias, puso contra las cuerdas al canciller alemán. Criticado por Eulenburg, despreciado por Bismarck (cuyo ascendente político aún era tenido en cuenta en los círculos de poder alemanes), con un kaiser excesivamente impetuoso, impaciente y decepcionado con su canciller, abandonado por sus propios correligionarios conservadores y odiado por la clase económica más poderosa del país, Caprivi acabó dimitiendo por propia voluntad (igual que hiciera cuatro años antes Otto von Bismarck), decisión aceptada por Guillermo II, el 26 de octubre de 1894.
Los últimos años de su vida los pasó retirado absolutamente de la vida pública en su casa de Skyron, sin querer saber nada de los asuntos de Estado o de cuestiones militares, hasta el punto de que se negó en varias ocasiones a la petición de varios editores para que escribiera sus memorias.
Bibliografía
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LEÓN CONDE, Ángel. Alemania: de la unificación hasta 1914. (Madrid; Ed. Akal, 1985).
CHG