Bismarck, Otto Von (1815-1898).


Político y diplomático alemán. Nació el 1 abril de 1815 en Schönhausen (antigua Prusia), y falleció el 30 de julio de 1898 en Friedrichsruh (Alemania). Era hijo de un noble terrateniente (junker) de la antigua Marca de Brandeburgo (al este del Elba) y de una integrante de la burguesía intelectual, en cuya familia había profesores de Derecho e Historia. Cursó estudios de Derecho en las ciudades de Gotinga y Berlín. Tras su paso por la Universidad, desempeñó tres empleos en calidad de funcionario: en el Tribunal Supremo de Berlín y en los Consejos Gubernativos de Aquisgrán y Potsdam.

En la Revolución de 1848, Bismarck se manifestó como un contrarrevolucionario ferviente, defensor del viejo orden y de la dinastía prusiana. En las semanas siguientes al estallido revolucionario, Bismarck desahogó su furor reaccionario a través de un periódico, el Magdeburger Zeitung. También colaboró como redactor en otro periódico fundado en julio de 1848: El Cruzado. Era representante en el Landstag (Parlamento) de Berlín desde el año 1847, donde había entrado a formar parte del círculo del Rey de Prusia. En 1851 fue nombrado diputado por Prusia en el Parlamento de Francfort, donde estaban representados todos los Estados alemanes desde el año 1815. Este nombramiento se debió en parte a la fidelidad que demostró a la Corona durante los sucesos de la Revolución de 1848.

Entre los años 1859 y 1862 desempeñó los cargos de Embajador en San Petersburgo y París. En 1862, Guillermo I le llamó a Berlín como Primer Ministro (Canciller) de Prusia, dado que la Corona se encontraba en constante conflicto con el Parlamento. En septiembre de 1862 recibió el nombramiento de Jefe de Gobierno y Ministro de Asuntos Exteriores. Su proyecto de gobierno estaba impregnado hondamente de ideas nacionalistas, tales como la predestinación metafísica del pueblo alemán para protagonizar el proceso de unificación. En la mentalidad de Bismarck, Alemania tenía una misión que cumplir, gracias al prestigio del Imperio Alemán, pese a que el nacionalismo pangermánico que propugnaba respondía también a una exigencia de tipo económico; esta última exigencia, además, se plasmó en el proceso de industrialización del país, donde intervinieron la libre circulación de mercancías, una red de transportes eficaz, librecambio de manufacturas…

Con todo, Bismarck se empleó en una tarea que él consideraba fundamental: la unidad alemana. En sus planteamientos políticos figuraba Prusia como la base de la unificación, ya que realmente era el núcleo más fuerte y mejor organizado del Reich. Asimismo, Prusia, por su constitución política, suponía una monarquía poderosa reforzada por la figura de un canciller, la presencia de un ejército fuerte y el desarrollo de una burocracia meticulosa. Bismarck propuso una serie de fórmulas donde encontraban acomodo ideas liberales, como el sufragio universal masculino, junto a los principios tradicionales de Prusia.

Política Interior

Si la cancillería era el corazón del Imperio en un principio, con Bismarck fue todo el Imperio. Poco a poco consiguió ir arrebatando competencias a los Estados federales. Con la ayuda de Guillermo I, creó un aparato burocrático cada vez más eficiente y firme. Confió algunos sectores de la administración a los ministerios prusianos, a los que controlaba fácilmente desde su posición de canciller. Los servicios postales, la marina, la justicia, el orden público… fueron puestos paulatinamente en manos de hombres de su más absoluta confianza. Dotó a Alemania de un complejo sistema de partidos, cuyo protagonismo era hasta cierto punto marginal. No podían ejercer gran presión parlamentaria sobre el Gobierno, pues había temas, como el ejército o la política exterior, que escapaban realmente a su control, y sobre sus actividades pesaba siempre la política propia de cada Estado federado y las restricciones impuestas a sus actividades por el poder central. Bismarck no se identificó nunca con ninguno de los seis partidos políticos que estaban representados en la Dieta, sino que los utilizaba oportunamente unos contra otros con el fin de salir victorioso en las elecciones. Entre 1871 y 1879 se apoyó en el partido Nacional-Liberal, que era el grupo representante de la burguesía intelectual e industrial, posesores de una ideología nacionalista y unificadora. Así pues, aunque se mantenía una apariencia liberal en el funcionamiento de las Cámaras, Bundesrat (con representación de cada uno de los Estados del Imperio) y Reichstag (elegida por sufragio universal), sin embargo nunca tuvieron grandes atribuciones al carecer de capacidad legislativa.

El nacionalismo prusiano de Bismarck chocó con tres grandes problemas: religioso, comercial y social. En el plano religioso, se enfrentó a los católicos, lo que derivó en un movimiento anticatólico que suponía una batalla política para librar al Estado de toda posible competencia por parte de un poder religioso, en este caso el Vaticano. Comercialmente, se opuso a los liberales porque Bismarck pretendía defender la industria y agricultura alemanas con tarifas protectoras, monopolios e impuestos de consumo. En el plano social, se declaró enemigo acérrimo de la socialdemocracia. Aprovechando dos atentados que se efectuaron en el año 1878 contra el Kaiser, atribuyó la autoría de los mismos a los socialdemócratas para disolver el Parlamento. Los partidos conservadores salieron reforzados en las elecciones, en especial tras la aprobación de una Ley de Excepción que prohibía las asociaciones socialistas y las reuniones obreras. Hasta 1890, el socialismo fue víctima de represión, persecución y prohibición. Para apartar a las masas obreras de la socialdemocracia, practicó lo que podría denominarse como socialismo de estado, dictando leyes de asistencia que constituyeron un código social excepcional para la época. Bismarck emprendió una legislación social ciertamente avanzada, pero que puede calificarse como de paternalista. Entre 1883 y 1889 se aprobaron tres Leyes de Protección Laboral: la de enfermedad, la de accidentes y la de vejez e incapacidad. Mediante ellas, el Estado alemán se convirtió en el garante de un primer sistema de Seguridad Social. En cambio, Bismarck se opuso a toda medida favorable al descanso dominical o a la prohibición del trabajo infantil.

Política Exterior

Una convicción presidía el pensamiento y la acción en política exterior de Bismarck: su prusianismo antiaustriaco. La diplomacia bismarckiana partió siempre del intento de crear una solidaridad monárquica. Los tratados tenían una realidad defensiva, siempre eran de corta duración y estaban en continua renovación. Es preciso añadir además que esa diplomacia, en la mayoría de los casos, se desarrollaba de una manera secreta. Bismarck creó un singular sistema de alianzas, siempre según las exigencias del momento, para mantener la paz europea después de haberla desequilibrado él mismo a favor de la Unificación Alemana. Siguiendo un orden cronológico y a grandes rasgos, puede señalarse que la política exterior de Bismarck fue la siguiente:

– Anexión de Schleswig-Holstein en 1864, después de una guerra contra Dinamarca junto con Austria.- Escisión definitiva entre Austria y Prusia tras la guerra de 1866 entre ambos.- Entre 1866 y 1870, Bismarck y Napoleón III se enfrentaron en el terreno diplomático. Napoleón III intentó negociar con Bismarck compensaciones en la zona del Rin; pero el político prusiano hizo públicas las pretensiones francesas y logró que los Estados alemanes del Sur firmasen un tratado defensivo con Prusia.- Bismarck buscaba la guerra con Francia, que se desarrolló entre los años 1870 y 1871. El problema de la candidatura al trono español proporcionó a Bismarck el medio que necesitaba, porque Francia se oponía a la candidatura de un príncipe alemán. La guerra se decidió en la frontera de Francia con Bélgica y Alemania en dos batallas, Sedan y Metz. La derrota francesa fue rápida y Alemania se anexionó la zona de Alsacia-Lorena.- Guillermo I se proclamó Emperador (Kaiser) de Alemania.- En el año 1873 se constituyó la Liga de los Tres Emperadores, formada por Alejandro II de Rusia, Francisco José de Austria y Guillermo I de Alemania.- Firma del Tratado de Zweibund entre Austria y Alemania (1879), por la actitud amenazante de Rusia contra Austria en los Balcanes. Este Tratado se amplió en 1881 con la Alianza de los Tres Emperadores, incluyendo a Rusia en un pacto de neutralidad recíproca.- Tratado de la Triple Alianza (1882) entre Austria, Italia y Alemania; Italia se comprometía a apoyar a Austria y Alemania en caso de que estallara una guerra defensiva contra Francia y Rusia. Este Tratado fue renovado en 1887.- En el año 1882 se firmó un pacto secreto de Reaseguro (Rückversicherungsvertrag) con Rusia.- Bismarck intentó por dos veces establecer una Alianza con Inglaterra, pero la firma de un Tratado entre ambos fue vista como de poca utilidad por el Parlamento inglés.

Bismarck supo mantener el equilibrio europeo merced a un complicado sistema de alianzas, aunque no estableció un orden interior duradero que permitiese consolidar su obra. El detonante del declive político de Bismarck fue una meticulosa pugna de competencias entre los dos hombres que dirigían el Imperio Alemán en 1890: Guillermo II y Bismarck. El canciller pretendía que el monarca sólo pudiese comunicarse con los ministros prusianos a través de él. Al ser rechazada su propuesta por el nuevo kaiser, Bismarck presentó su dimisión, que fue aceptada el 18 de marzo de 1890. Desde su dimisión hasta su muerte en 1898, Bismarck no cesó de escribir artículos, conceder entrevistas y criticar la política de sus sucesores. De hecho, su residencia se convirtió en un centro de oposición que los gobernantes en Berlín temieron más que a los socialdemócratas o a los liberales en el Parlamento.

Bibliografía

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  • RAMOS OLIVEIRA, A. Historia de Alemania. (México, FCE: 1972).

M. Orduña Prada.