Cambises II, Rey de Persia (528-522 a.C.).
(Kam-buzi-ja o Kambyses) Rey persa, hijo de Cassandane y de Ciro II, de quien sería sucesor y quien en vida lo había asociado al trono como gobernador de Babilonia. Según se sabe por la gran inscripción trilingüe de la Roca de Behistún, que ordenaría redactar Darío I, Cambises II mató a su hermano Bardiyas (Smerdis), gobernador de algunas provincias, para poder hacerse con el trono, crimen del que no se enteró el pueblo. Luego, a través del desierto, marchó contra Egipto, campaña emprendida en el 525 a.C. y que constituyó el hecho más significativo del monarca. Pudo vencer al faraón Psammético III en Pelusium y le obligó a huir a Menfis. Esta conquista (de gran interés es el relato de Udjahorresnet, un colaboracionista egipcio) le permitió unir todo Oriente en un enorme Imperio. Reconocido como sucesor de los faraones (una leyenda le hizo hijo de la hija del faraón Apries), inició la XXVII dinastía y comenzó así la llamada «primera dominación persa» en Egipto.
Las fuentes griegas (Heródoto, Diodoro Sículo, Estrabón y Plutarco) no dudan en evaluar el control de Cambises II sobre Egipto como una época de terror e impiedad, durante la cual señalan incluso la quema de la momia del faraón Amasis. Sin embargo, su megalomanía le llevó a planear incluso la toma de Cartago como base de una futura conquista de toda África, aunque no pudo llevar a cabo estos deseos al negarse a colaborar con él la flota fenicia. Sus campañas en la Cirenaica y en Nubia (alcanzó Elefantina y otros puntos sureños, según se sabe por Heródoto) no tuvieron éxito. Su larga ausencia había sido aprovechada en Persia por el mago Gaumata, quien en el año 522 a.C. se hizo pasar ante el pueblo por Bardiyas, el hermano asesinado. Todas las provincias lo reconocieron como rey. Cambises II, enterado de ello, dejó a Aryadne como sátrapa en Egipto y emprendió el camino hacia Susa; sin embargo, durante la vuelta murió en algún lugar de Siria a causa de un accidente, según dice Herótodo, o -como dice la inscripción de la Roca de Behistún- «murió de su propia muerte», expresión interpretada por Flavio Josefo como un suicidio. En Persia se abrió, a continuación, un periodo de luchas, de las que pudo salir triunfante Darío que, en unión de otros dos nobles persas, había dado muerte a Gaumata en la fortaleza de Sikayaubatish.