Blas Cabrera y Felipe (1878–1945): El Pionero del Magnetismo y la Relatividad en España
Infancia y Orígenes en Lanzarote
Blas Cabrera y Felipe nació en Arrecife de Lanzarote, en las Islas Canarias, el 15 de septiembre de 1878, en una época marcada por grandes cambios en Europa y el mundo científico. Su familia, de clase media, proporcionó un entorno propicio para el desarrollo de sus inquietudes intelectuales, y el joven Cabrera fue una excepción en la isla, destacándose por su temprano interés en las ciencias exactas.
Lanzarote, en pleno archipiélago canario, ofrecía una perspectiva de aislamiento físico, pero Cabrera fue capaz de mirar más allá de las limitaciones geográficas. Desde su niñez, mostró una inclinación natural hacia el estudio y la observación, cualidades que serían clave para su posterior carrera científica. Aunque no se tiene mucha información sobre su infancia temprana, se sabe que su familia apoyó su desarrollo académico, alentando su asistencia a la escuela en La Laguna, en Tenerife, donde cursó sus primeros estudios.
Formación Académica y Comienzos de su Carrera Científica
Después de finalizar el bachillerato en La Laguna, Cabrera se trasladó a la Universidad de Madrid para estudiar ciencias físico-matemáticas, un campo que, en ese momento, comenzaba a despejar el camino hacia una comprensión más moderna de los fenómenos naturales. Su habilidad y dedicación lo llevaron a graduarse con honores, lo que fue un preludio de los logros que marcarían su carrera.
En 1901, Cabrera alcanzó un hito importante al obtener su doctorado con una tesis titulada Sobre la variación diurna de la componente horizontal del viento. Esta investigación representaba una faceta más de su interés por comprender las fuerzas invisibles que modelan el mundo físico, una inquietud que pronto lo dirigiría hacia el estudio del magnetismo, la electricidad y otras áreas fundamentales de la física. La tesis fue bien recibida, y marcó el comienzo de una prolífica carrera científica que lo llevaría a la vanguardia de la física experimental.
A partir de este momento, Cabrera comenzó a realizar investigaciones sobre la resistencia de la manganina y las propiedades de los electrólitos. Este tipo de estudios, publicados en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química, lo colocaron en la primera línea de científicos de su tiempo, aunque aún no era completamente conocido fuera de España.
Aportes Iniciales al Estudio del Magnetismo
Con su afán por desentrañar los misterios del mundo físico, Cabrera se dirigió al estudio de la propiedades magnéticas de la materia, un área poco explorada en España hasta ese momento. En un período en que se comenzaban a sentar las bases de la teoría electromagnética y otras disciplinas clave, Cabrera se enfocó en fenómenos como la variación de la resistencia de materiales como el níquel y el hierro cuando se encuentran en presencia de un campo magnético.
Su habilidad para realizar experimentos de alta precisión y sus publicaciones científicas rápidamente lo posicionaron como uno de los grandes expertos en el campo del magnetismo, un área que dominaría durante casi toda su vida profesional. Aunque en sus primeras investigaciones se encontraba todavía en una fase exploratoria, su trabajo dejó claro que estaba dispuesto a profundizar más en los misterios del comportamiento de los materiales bajo diversas condiciones físicas.
Ascenso a la Cátedra y Dirección del Laboratorio de Investigaciones Físicas
En 1905, un importante avance en su carrera fue su oposición a la cátedra de electricidad y magnetismo en la Universidad de Madrid, donde comenzó a enseñar y dirigir investigaciones. A través de su capacidad para generar ideas innovadoras y su énfasis en la educación experimental, Cabrera se convirtió en una figura clave para la formación de nuevas generaciones de científicos.
Este ascenso en la academia española lo llevó, en 1910, a ser nombrado director del Laboratorio de Investigaciones Físicas, creado por la Junta para Ampliación de Estudios. Este laboratorio fue un hito en la historia científica de España, ya que se convirtió en el centro de investigación más importante en el campo de la física, especialmente en el área del magnetismo. La Junta otorgó a Cabrera la responsabilidad de dirigir este espacio, donde se impulsaron estudios de magnetoquímica, electroquímica, espectroscopia, y electroanálisis.
Bajo su dirección, el laboratorio adquirió una reputación internacional. Cabrera dedicó gran parte de su tiempo a investigar en colaboración con otros científicos de renombre y a la capacitación de jóvenes investigadores, consolidando su liderazgo en el ámbito científico de España. La creación de este laboratorio también marcó un cambio en la percepción que se tenía en España sobre la investigación científica, un campo que hasta ese momento había sido limitado en comparación con otros países europeos.
Viaje de Investigación a Europa y Avances en Magnetismo
En 1912, Blas Cabrera recibió una pensión de la Junta para Ampliación de Estudios para realizar investigaciones en Europa. Este viaje fue clave en su carrera, ya que le permitió establecer conexiones con algunos de los científicos más importantes de la época. Cabrera se trasladó a Zurich, donde trabajó en el laboratorio de física del Politécnico de Zurich, dirigido por Peter Weiss. Allí, Cabrera llevó a cabo investigaciones pioneras sobre el magnetismo, especialmente en el área de la magnetoquímica, en colaboración con otros renombrados científicos como Enrique Moles y Ormella.
Durante su estancia en Zurich, Cabrera también visitó otros laboratorios de prestigio, como los de las universidades de Ginebra y Heidelberg, así como la Oficina Internacional de Pesas y Medidas en París. Estas visitas le permitieron conocer de primera mano las últimas técnicas y avances en la investigación científica, que luego aplicó y perfeccionó en su propio laboratorio en España.
Al regresar a Madrid, Cabrera implementó con éxito las nuevas metodologías y técnicas experimentales aprendidas en Europa, lo que permitió que sus investigaciones sobre el magnetismo fueran más precisas y avanzadas. Esta etapa de su carrera consolidó su reputación internacional, ya que sus publicaciones comenzaron a ser citadas en los principales centros de investigación de todo el mundo. Fue un periodo en el que Blas Cabrera se posicionó como uno de los principales referentes del magnetismo y las propiedades magnéticas de la materia a nivel global.
Contribuciones Teóricas y Publicaciones Relevantes
A lo largo de su carrera, Cabrera realizó una serie de contribuciones fundamentales al entendimiento del comportamiento magnético de los átomos. Entre sus logros más significativos se encuentra la formulación de la “curva de Cabrera”, que describe las variaciones de los momentos magnéticos de los átomos en el sistema periódico, específicamente en los elementos de la familia del hierro. Este avance permitió a la ciencia comprender de manera más detallada las interacciones magnéticas en los materiales.
Cabrera también hizo importantes modificaciones a la ley de Curie-Weiss, aplicándola a las tierras raras. En sus investigaciones, desarrolló una ecuación que incluía el efecto de la temperatura en el momento magnético de los átomos, lo que representó un avance significativo en el estudio de los materiales magnéticos. Además, fue pionero en la aplicación de métodos estadísticos, como la teoría de errores y los mínimos cuadrados, para la determinación de constantes físicas, lo que mejoró sustancialmente la precisión de sus experimentos.
Entre 1910 y 1934, Cabrera publicó más de 110 trabajos científicos que fueron fundamentales para el desarrollo de la física teórica y experimental en España. Sus investigaciones sobre magnetismo y sus aplicaciones prácticas siguen siendo referenciadas en la literatura científica hasta el día de hoy.
Introducción de la Relatividad en España
Blas Cabrera no solo se destacó por su trabajo experimental, sino también por su labor de divulgación y enseñanza. En 1908, en el Primer Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, Cabrera ofreció una conferencia sobre La teoría de los electrones y la constitución de la materia, donde introdujo por primera vez en España conceptos como el experimento de Michelson-Morley, la teoría del arrastre del éter y las ecuaciones de Lorentz. Esta conferencia marcó el inicio de la recepción en España de las ideas revolucionarias de la física moderna.
A lo largo de la década de 1910, Cabrera y su colega Esteban Terradas desempeñaron un papel crucial en la introducción de la relatividad especial en España. En 1912, Cabrera publicó un artículo fundamental en la Revista de la Academia de Ciencias de Madrid, titulado Principios fundamentales del análisis vectorial en el espacio de tres dimensiones y en el Universo de Minkowsky, que expuso las bases de la teoría de la relatividad especial.
En 1923, Cabrera publicó su libro Principios de relatividad, en el que se comprometió a esclarecer y popularizar las alteraciones que la teoría de la relatividad imponía a los conceptos fundamentales de la Filosofía natural. Con este libro, Cabrera no solo contribuyó a la comprensión de la relatividad, sino que también defendió su importancia para depurar y mejorar el conocimiento físico, aclarando las contradicciones de los postulados clásicos y llevando la ciencia a una comprensión más precisa de los fenómenos observados.
Reconocimiento Internacional y Su Rol en la Ciencia Española
A lo largo de su carrera, Cabrera recibió numerosos reconocimientos por su labor científica. En 1932, gracias a su esfuerzo y al de otros científicos españoles como Miguel Ángel Catalán y Julio Palacios, se fundó el Instituto Nacional de Física y Química, con la ayuda de una donación de la Fundación Rockefeller. Cabrera fue nombrado director de este instituto, lo que representó un paso importante en la consolidación de la investigación científica en España.
Además de su labor como investigador, Cabrera participó activamente en congresos internacionales y fue miembro de diversas instituciones científicas prestigiosas, como la Oficina Internacional de Pesas y Medidas y el Instituto Internacional de Física Solvay, donde compartió la mesa con figuras como Marie Curie y Albert Einstein. Su trabajo fue clave en la construcción de la comunidad científica global, y su influencia en la física española fue profunda, promoviendo la colaboración internacional y el acceso a las últimas investigaciones.
Cabrera también tuvo una importante labor administrativa en la academia española. Fue rector de la Universidad de Madrid, presidente de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y miembro de la Academia Española. Su presencia en estos organismos ayudó a fortalecer las instituciones científicas de España y a fomentar la educación científica en todo el país.
Exilio en México y Su Última Etapa Profesional
Con el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, Cabrera, como muchos otros científicos de su tiempo, se vio obligado a abandonar España. Exiliado en México, Cabrera continuó su trabajo científico y académico. Desde 1941, fue profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde impartió clases y siguió desarrollando sus investigaciones en física.
En México, Cabrera encontró un entorno en el que su trabajo era profundamente valorado, y pudo seguir contribuyendo al avance de la ciencia hasta su fallecimiento en 1945. Aunque su vida fue trágicamente interrumpida por el exilio y la guerra, su legado perduró a través de sus investigaciones y su incansable labor por llevar la física moderna a España y al mundo.
Blas Cabrera y Felipe no solo fue un científico brillante, sino también un pionero que abrió nuevas fronteras en el estudio del magnetismo y la relatividad. Su contribución al mundo de la ciencia, tanto en España como en el extranjero, sigue siendo recordada y celebrada hoy en día.
MCN Biografías, 2025. "Blas Cabrera y Felipe (1878–1945): El Pionero del Magnetismo y la Relatividad en España". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/cabrera-y-felipe-blas [consulta: 17 de octubre de 2025].