Sócrates (1954-2011): El futbolista brasileño que trascendió fuera de los campos
Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, conocido comúnmente como Sócrates, fue una figura única en la historia del fútbol brasileño. Su paso por el deporte no solo se destacó por su talento en el campo, sino también por sus posturas ideológicas y su capacidad para mezclar la medicina, la política y el fútbol. Nacido en Belem, en el Estado de Pará, Brasil, el 14 de febrero de 1954, Sócrates se ganó un lugar importante en la historia del fútbol no solo por su destreza como jugador, sino por su influencia fuera del campo, convirtiéndose en un referente cultural de su país. Su vida, marcada por un balance entre logros deportivos, ideales y controversias, dejó una huella imborrable.
Orígenes y contexto histórico
Sócrates nació en una familia de clase media en Belem, ciudad que sería testigo de su primer contacto con el fútbol. A los pocos años, su familia se trasladó a Ribeirão Preto, una ciudad en el interior del estado de São Paulo, donde el joven Sócrates empezó a destacarse en los equipos de fútbol infantiles y juveniles. Desde temprano, mostró una personalidad arrolladora y un amor por el juego que lo llevarían a sobresalir en los equipos locales.
Además de su inclinación por el fútbol, Sócrates mostró un gran interés por los estudios. A pesar de la atracción que sentía por el deporte, completó con éxito sus estudios de Medicina en la Universidad de Ribeirão Preto, graduándose a los 23 años. Este logro, aunque poco común para un futbolista, definiría su vida futura, ya que Sócrates se consideraba a sí mismo un pensador tanto dentro como fuera de los campos de fútbol.
Logros y contribuciones
El ascenso de Sócrates en el fútbol profesional fue meteórico. Comenzó su carrera en el Botafogo-SP, pero pronto se unió al Corinthians de Sao Paulo, equipo que lo catapultaría a la fama nacional. En el Corinthians, su calidad técnica y su capacidad para organizar el juego lo convirtieron en una pieza clave. Sin embargo, su mayor legado en este club no fue solo su habilidad como jugador, sino su influencia sobre la estructura del equipo. Sócrates fue uno de los principales promotores de la Democracia Corinthiana, un movimiento que promovía la participación activa de los jugadores en las decisiones administrativas del club, rompiendo con las jerarquías tradicionales del fútbol. Este movimiento fue una de las primeras expresiones del futbolista como agente político, un precedente de lo que sería la evolución del fútbol en términos de autonomía y democracia.
En 1982, Sócrates tuvo la oportunidad de brillar a nivel internacional durante el Mundial de España, uno de los torneos más recordados de la historia del fútbol. A pesar de que Brasil no logró ganar el campeonato, la selección dirigida por Telê Santana se destacó por su estilo de juego ofensivo y espectacular, y Sócrates fue uno de los pilares de ese equipo. Su habilidad para leer el juego y su capacidad para hacer jugar a sus compañeros lo convirtieron en un referente mundial.
Tras su exitosa etapa en Brasil, Sócrates dio un salto a Europa. En 1984, se trasladó a la Fiorentina de Italia, un equipo que pagó una suma importante por su traspaso. El contrato incluía, además de su salario, beneficios personales como una casa, automóviles y hasta un preceptor para sus hijos. Sin embargo, la experiencia europea no duró mucho tiempo, ya que Sócrates regresó a Brasil en 1985 para jugar en el Flamengo de Río de Janeiro.
En el Mundial de México 1986, Sócrates participó una vez más con la selección brasileña, pero esta vez el equipo no alcanzó la gloria. Durante este torneo, el futbolista brasileño se hizo famoso por sus declaraciones polémicas sobre el arbitraje del partido entre Brasil y España, donde acusó al árbitro australiano de haber favorecido a Brasil. Estas palabras añadieron otra capa de controversia a su figura pública.
Momentos clave en su vida
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La Democracia Corinthiana (1981-1983): Este movimiento fue clave en la historia de Sócrates y en la transformación del fútbol brasileño. Junto a otros jugadores del Corinthians, promovió una gestión democrática en el club, permitiendo que los futbolistas participaran activamente en las decisiones del equipo, tanto dentro como fuera del campo.
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El Mundial de 1982: Aunque Brasil no logró ganar el torneo, el desempeño de Sócrates y su equipo sigue siendo recordado como uno de los más bellos y admirados en la historia de la Copa del Mundo. La habilidad de Sócrates para conectar con sus compañeros y generar jugadas brillantes le permitió convertirse en uno de los grandes íconos de la historia del fútbol.
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Su paso por la Fiorentina: Aunque la experiencia italiana no fue tan exitosa como la etapa brasileña, el traspaso a la Fiorentina consolidó a Sócrates como un jugador internacional de renombre. En Italia, demostró ser un jugador que no solo destacaba por su talento técnico, sino también por su influencia en el vestuario.
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Las declaraciones de 1986: En el Mundial de México, Sócrates se convirtió en una figura controversial cuando acusó al árbitro del partido entre Brasil y España de corrupción, lo que desató un escándalo internacional. Aunque la denuncia nunca fue comprobada, esta actitud de Sócrates reflejaba su compromiso con la justicia y su valentía para alzar la voz.
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Su regreso al fútbol en Inglaterra: En 2004, a los 50 años de edad, Sócrates fichó por el modesto equipo inglés Gartforth Town. Esta decisión sorprendió a muchos, pero reflejó su amor por el deporte y su deseo de inspirar a las nuevas generaciones.
Relevancia actual
La figura de Sócrates sigue siendo relevante, tanto en Brasil como a nivel global. A lo largo de su vida, se caracterizó por desafiar las convenciones del fútbol, no solo a través de su estilo de juego, sino también por sus posturas ideológicas. Su legado va más allá de las hazañas deportivas, pues dejó una huella profunda en la cultura brasileña y en la relación del deporte con la política. La Democracia Corinthiana es un claro ejemplo de su visión transformadora, y su enfoque humanista lo convirtió en un referente para aquellos que buscan un fútbol más allá de los intereses comerciales.
Sócrates también dejó una marca en otras disciplinas. A pesar de no alcanzar gran éxito, intentó incursionar en la música y la pintura, buscando expresar sus inquietudes de formas distintas a las que se limitaba el fútbol. Su obra de teatro Fútbol, que aborda la explotación social a través del deporte, es otro ejemplo de su faceta como intelectual y pensador.
Hoy en día, la figura de Sócrates sigue siendo venerada por los aficionados al fútbol que lo recuerdan no solo por sus virtudes técnicas, sino también por su coraje para enfrentarse a las injusticias tanto dentro como fuera del campo.
Un legado que trasciende
Sócrates, quien falleció el 4 de diciembre de 2011, a los 57 años de edad, dejó un legado imborrable. Su adicción al alcohol, que finalmente le cobró la vida, fue un capítulo triste en la vida de un hombre que, fuera del campo, también luchó contra muchas adversidades. No obstante, su historia no puede reducirse a su trágico final, sino que debe ser vista como un ejemplo de rebeldía, autenticidad y pasión por el fútbol.
Sócrates fue mucho más que un futbolista: fue un pensador, un activista y un símbolo de lucha. Su nombre quedará para siempre en la memoria colectiva de los amantes del fútbol, no solo en Brasil, sino en todo el mundo.
MCN Biografías, 2025. "Sócrates (1954-2011): El futbolista brasileño que trascendió fuera de los campos". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/brasileiro-de-souza-vieira-de-oliveira-socrates [consulta: 18 de julio de 2025].