Bek (ca. 1350 a.C.). El escultor visionario del arte amarniense que transformó el Egipto faraónico

Bek, también conocido como Bk o Bak, fue un personaje destacado del Antiguo Egipto cuya influencia artística y arquitectónica definió una era entera. Superintendente de los trabajos y Jefe de los escultores del templo de Atón en Akhetatón, Bek es reconocido como el principal artífice del estilo artístico que caracterizó los primeros años del reinado de Amenofis IV, posteriormente conocido como Akhenatón. Su figura, aunque menos conocida que la de los faraones a los que sirvió, es esencial para entender la transformación ideológica y estética del período amarniense.

Orígenes y contexto histórico

Bek nació en torno al año 1350 a.C., en un Egipto que se preparaba para una profunda revolución cultural y religiosa. Hijo de Men, un escultor establecido, y de Roy, dama de Heliópolis, creció en un ambiente íntimamente ligado al arte y a la religión solar. Heliópolis, una de las ciudades sagradas más antiguas del país, fue un centro de culto del dios solar Ra, lo que sin duda influenció en la cosmovisión de Bek y, eventualmente, en su identificación con el nuevo culto a Atón promovido por Akhenatón.

Su carrera despegó durante el reinado de este faraón, quien rompió con la tradición politeísta egipcia para instaurar una religión monoteísta centrada en Atón, el disco solar. Esta transformación vino acompañada de una nueva estética artística, mucho más naturalista, que fue liderada por Bek desde su cargo en la capital recién fundada de Akhetatón, conocida hoy como Tell el-Amarna.

Logros y contribuciones

Bek no solo fue un ejecutor técnico, sino un verdadero innovador que redefinió los cánones del arte faraónico. Su trabajo puede verse como el primer intento documentado de arte expresionista en la historia del Antiguo Egipto, alejándose de la rigidez idealizada de las representaciones tradicionales.

Entre sus principales logros destacan:

  • Establecimiento del estilo oficial del período amarniense: caracterizado por figuras humanas más realistas, con cuerpos alargados, cráneos alargados y vientres prominentes.

  • Participación activa en el diseño y construcción del templo de Atón en la nueva capital, contribuyendo a consolidar la iconografía del dios solar.

  • Creación de numerosas esculturas y bustos de Akhenatón, en los que plasmó una imagen del faraón mucho más humana y cercana.

  • Talla de las estelas de frontera que delimitaban el perímetro sagrado de Akhetatón, documentos esenciales para entender la fundación de la ciudad.

  • Elaboración de una estela de cuarcita, hoy conservada en el Museo Egipcio de Berlín, que podría constituir uno de los autorretratos más antiguos del arte egipcio.

Momentos clave

El desarrollo artístico de Bek puede analizarse a través de algunos hitos significativos que marcaron su carrera:

  • Ascenso al cargo de Jefe de los escultores del templo de Atón, un título que reflejaba su enorme prestigio y la confianza que Akhenatón depositaba en él.

  • Ejecución de la estela de cuarcita de Berlín, donde aparece junto a su esposa Taheret, con un estilo que rompe radicalmente con la idealización clásica, mostrando un vientre prominente y rasgos detallados.

  • Colaboración directa con el faraón Akhenatón, con quien discutía temas artísticos, lo que refleja una relación inusual entre un artista y el monarca en el rígido sistema jerárquico egipcio.

  • Representación junto a su padre en otra estela hallada en Assuán, lo que reafirma la importancia de su linaje y su consolidación como figura central del arte oficial.

Relevancia actual

El legado de Bek es hoy objeto de estudio tanto por egiptólogos como por historiadores del arte. Su contribución va más allá de lo meramente estético: representa una ruptura ideológica y simbólica con siglos de tradición, una apuesta por la innovación en un entorno donde la repetición era norma.

La estela de cuarcita conservada en Berlín no solo destaca por su calidad técnica, sino también por el atrevimiento de mostrar al artista junto a su esposa en una escena privada, lejos de la grandilocuencia religiosa habitual. Este acto, posiblemente intencional, convierte a Bek en pionero del autorretrato en la historia egipcia, introduciendo una dimensión personal hasta entonces ausente.

Su nombre sigue asociado con una de las épocas más fascinantes de la civilización egipcia, la del arte amarniense, que ha captado la atención por su carácter revolucionario y su aparente humanismo. A través de su obra, es posible reconstruir no solo las formas, sino también las ideas y emociones de un tiempo de intensos cambios políticos, religiosos y estéticos.

Bek representa, en suma, al artista que desafió la tradición, y al mismo tiempo la sirvió desde una nueva perspectiva. Gracias a él, la historia del arte egipcio cuenta con un capítulo único, donde la búsqueda de realismo y expresión individual floreció bajo el sol de Akhetatón.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Bek (ca. 1350 a.C.). El escultor visionario del arte amarniense que transformó el Egipto faraónico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/bek [consulta: 17 de julio de 2025].