Barandiarán Ayerbe, José Miguel (1889-1991). El legado cultural y científico de un pionero vasco
José Miguel Barandiarán Ayerbe, nacido el 31 de diciembre de 1889 en Ataun, Guipúzcoa, y fallecido en la misma localidad el 21 de diciembre de 1991, es una de las figuras más influyentes del siglo XX en el ámbito de la etnología, la arqueología y la cultura vasca. A lo largo de su vida, Barandiarán no solo destacó por su vasto conocimiento sobre el pueblo vasco, sino también por su incansable labor investigadora y su empeño por conservar y promover la historia y las tradiciones de su tierra natal. Su legado sigue vivo a través de las numerosas publicaciones, investigaciones y aportaciones que realizó durante su vida. Fue, sin lugar a dudas, uno de los pilares fundamentales de la antropología y etnografía vasca.
Orígenes y contexto histórico
Barandiarán nació en el seno de una familia numerosa en un contexto histórico y social muy relevante. La segunda mitad del siglo XIX y el comienzo del siglo XX en España estuvieron marcados por convulsiones políticas y sociales que impactaron directamente en las estructuras tradicionales del país, incluida la región vasca. Desde su juventud, Barandiarán mostró una gran inclinación por el conocimiento y, en particular, por la cultura de su pueblo, el País Vasco, una región que, en ese momento, vivía una etapa de grandes transformaciones.
En 1906, José Miguel ingresó en el Seminario Conciliar de Vitoria, donde pasó los siguientes treinta años de su vida. En este lugar, se formó no solo en el ámbito religioso, sino también en disciplinas como la Filosofía, el Magisterio y la Teología. Sin embargo, fue en 1913 cuando su vida dio un giro trascendental. Una crisis religiosa le llevó a tomar la decisión de viajar a Alemania, donde tendría un encuentro que marcaría su carrera: conoció al profesor Wilhelm Wundt, quien impartía un curso sobre Psicología de los Pueblos en la Universidad de Leipzig. Wundt, un influyente psicólogo alemán, fue una de las grandes figuras que influyó profundamente en el enfoque científico de Barandiarán, orientándolo hacia el estudio de las culturas y las tradiciones de su tierra.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, José Miguel Barandiarán realizó diversas contribuciones significativas en los campos de la etnología, la arqueología y la antropología. Su influencia fue tal que fue considerado uno de los principales artífices de la cultura vasca en el ámbito internacional. Entre sus logros más destacados, se encuentran sus investigaciones arqueológicas en el País Vasco, que comenzaron con las excavaciones en el castillo medieval de Jentilbaratza (Ataun) y los dólmenes de la sierra de Aralar. En estos trabajos, Barandiarán trabajó junto a destacados catedráticos como Telesforo de Aranzadi y Enrique de Eguren, y su obra dejó una huella profunda en la arqueología vasca.
En 1927, Barandiarán fundó las revistas Idearium y Gymnasium, dedicadas a la investigación socio-religiosa. Además, en esta época, completó su doctorado en Teología y Prehistoria, lo que le permitió ampliar su perspectiva científica y comenzar a posicionarse como una de las figuras clave en los estudios de la historia, la cultura y la mitología del País Vasco.
Fundó la Sociedad de Estudios Vascos, que rápidamente se consolidó como una de las instituciones más influyentes en la investigación de la cultura vasca. Su obra académica y científica comenzó a ser reconocida no solo en España, sino también en el ámbito internacional. En este periodo, Barandiarán también comenzó a interesarse por las tradiciones populares y la mitología vasca, campos en los que realizaría estudios fundamentales. Sus obras más relevantes en este sentido incluyen Mitología vasca y El mundo de la mente popular vasca.
Momentos clave
Durante la Guerra Civil Española, Barandiarán se vio obligado a exiliarse en Francia, un hecho que no mermó su compromiso con la investigación. Desde su residencia en localidades como Biarritz y Sara, continuó su labor científica, especialmente en el País Vasco Francés. Fue en esta etapa cuando, en 1951, comisionado por el gobierno francés, Barandiarán llevó a cabo un censo de los monumentos megalíticos en Francia, un proyecto que le permitió profundizar en su conocimiento de la prehistoria y las culturas antiguas.
Su regreso a España en 1953 marcó un hito importante en su carrera. A partir de ese momento, fue nombrado catedrático en la Universidad de Salamanca, donde su influencia y prestigio continuaron en ascenso. En 1982, Barandiarán fue galardonado con la Medalla de Oro y el título de Hijo Predilecto de Guipúzcoa, un reconocimiento que reflejaba la importancia de su labor para la cultura vasca. Asimismo, en 1989, recibió la Medalla de Plata de la Academia de la Lengua Vasca, creando, además, la Fundación que lleva su nombre. Este mismo año, también fue nombrado Hijo Predilecto por el ayuntamiento de Vizcaya y galardonado con la Medalla de Oro de Bellas Artes.
Relevancia actual
A día de hoy, el legado de Barandiarán sigue siendo crucial para la comprensión de la cultura vasca y la historia de la región. Sus estudios pioneros en mitología y arqueología, así como su incansable trabajo por la conservación de las tradiciones populares, continúan siendo referencia en el ámbito académico. Además, su dedicación a la etnología y su empeño en comprender las raíces culturales del País Vasco han influido en generaciones de estudiosos que lo consideran un referente ineludible.
El trabajo de Barandiarán también sigue vivo a través de sus publicaciones, como Prehistoria en Vasconia y el Diccionario mitológico sobre el País Vasco, que siguen siendo textos fundamentales para entender la riqueza cultural de esta región. A través de sus Obras Completas, se pueden conocer los resultados de su vasto trabajo de campo en el País Vasco y los Bajos Pirineos, recopilando y preservando tradiciones orales y mitos ancestrales que de otro modo habrían quedado olvidados.
Su influencia no se limitó al ámbito académico. Fue un defensor de la lengua y la identidad vasca, participando activamente en la promoción del euskera y en la creación de instituciones dedicadas al estudio y la conservación de la cultura vasca.
Además, Barandiarán fue un hombre de múltiples distinciones. En 1990, el ayuntamiento de San Sebastián le concedió la Medalla de Oro de la ciudad, un homenaje más a su dilatada y fructífera trayectoria. Durante los últimos años de su vida, Barandiarán seguía trabajando en su Atlas etnográfico, una de las obras más ambiciosas de su carrera. A pesar de su avanzada edad, su pasión por la investigación nunca decayó, lo que le permitió seguir siendo una figura activa hasta su fallecimiento en 1991.
Su legado perdura hoy en día gracias a su vasta obra, y el reconocimiento que recibió en vida demuestra la trascendencia de sus contribuciones al mundo de la ciencia y la cultura. Incluso después de su muerte, su figura sigue siendo un pilar de la etnología, la arqueología y el estudio de la historia vasca.
José Miguel Barandiarán Ayerbe es recordado no solo como un sacerdote, sino como un gran científico, investigador y protector de la identidad vasca, cuya huella perdura en las instituciones y estudios dedicados a la cultura de su tierra natal.
MCN Biografías, 2025. "Barandiarán Ayerbe, José Miguel (1889-1991). El legado cultural y científico de un pionero vasco". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/barandiaran-ayerbe-jose-miguel [consulta: 29 de septiembre de 2025].