Bani-Sadr, Abolhassan (1933-VVVV). – El presidente que desafió el orden islámico de Irán

Abolhassan Bani-Sadr, figura clave en los primeros días de la Revolución Islámica de Irán, fue una de las personalidades más controvertidas y complejas del cambio político que transformó el país en 1979. Nacido en Hamadán el 22 de marzo de 1933, Bani-Sadr jugó un papel crucial como primer presidente de la República Islámica de Irán, pero su relación con el régimen de Ayatollah Ruhollah Jomeini y su posterior destitución, lo convirtieron en una figura exiliada y en símbolo de la lucha contra el fundamentalismo islámico.
Orígenes y contexto histórico
Bani-Sadr nació en una familia acomodada, donde su padre, el ayatollah Sayed Nasrollah Bani-Sadr, tenía una destacada influencia religiosa. Desde temprana edad, Abolhassan estuvo expuesto a un ambiente de pensamiento religioso, pero también se inclinó hacia los estudios más amplios del derecho islámico, la economía y las ciencias sociales. Su formación académica comenzó en Irán, en la Universidad de Teherán, y continuó en la prestigiosa Sorbona de París, donde se formó no solo académicamente, sino también políticamente.
Durante su estancia en París, Abolhassan Bani-Sadr se unió al movimiento político de oposición al sha Mohammad Reza Pahlevi, cuya dictadura estaba siendo cada vez más rechazada por sectores amplios de la sociedad iraní. De hecho, en su juventud, Bani-Sadr fue uno de los estudiantes activos dentro del Frente Nacional liderado por Mohammad Mussadeq, quien había sido primer ministro en la década de 1950 y había buscado una mayor independencia de Irán respecto a las potencias extranjeras, en particular Gran Bretaña y Estados Unidos.
La lucha contra el régimen del sha fue un hilo conductor en la vida de Bani-Sadr. En los años 60, tras las revueltas contra el gobierno de M. Reza Pahlevi, Bani-Sadr fue encarcelado y, posteriormente, se exilió en París, donde trabajó como profesor en la Universidad de la Sorbona. Su vida en el exilio lo acercó aún más a figuras revolucionarias, entre ellas, el líder religioso Ayatollah Ruhollah Jomeini, con quien formó una estrecha colaboración.
Logros y contribuciones
Abolhassan Bani-Sadr tuvo un papel fundamental en la Revolución Islámica que derrocó al sha. Fue uno de los principales colaboradores de Jomeini durante el exilio, donde ayudó a organizar la oposición al régimen iraní y promovió la idea de un Irán gobernado bajo principios islámicos. En 1979, tras la victoria de la Revolución, Bani-Sadr regresó a Teherán como parte del gobierno revolucionario. Fue nombrado ministro de Economía y Finanzas y también asumió el cargo de ministro de Asuntos Exteriores en el nuevo gobierno.
Sin embargo, su mayor logro fue convertirse en el primer presidente de la República Islámica de Irán en las elecciones de enero de 1980, tras el triunfo del partido de Jomeini, el Partido de la República Islámica. A pesar de que Bani-Sadr se distanció de los postulados más radicales de la revolución, su victoria electoral fue interpretada como un triunfo moderado en un contexto dominado por las fuerzas islamistas más estrictas.
Momentos clave
La presidencia de Bani-Sadr estuvo marcada por una serie de conflictos internos, tanto con su propio gobierno como con las facciones más radicales de la Revolución Islámica. A pesar de ser un aliado de Jomeini, su postura moderada y su acercamiento hacia Occidente, en particular hacia Estados Unidos, lo pusieron en conflicto con los sectores más duros del régimen.
Uno de los momentos más decisivos de su presidencia fue su implicación en la crisis de los rehenes estadounidenses. Tras la toma de la embajada estadounidense en Teherán en noviembre de 1979, Bani-Sadr trató de encontrar una solución pacífica para liberar a los rehenes, lo que le generó la animosidad de muchos dentro del gobierno iraní, que exigían una postura más beligerante.
Su relación con las fuerzas armadas de Irán también fue tensa. Aunque nominalmente Bani-Sadr era el comandante supremo de las fuerzas armadas, su poder real era limitado, ya que la nueva Constitución había puesto la autoridad del presidente bajo el control del Majlis (Parlamento), que estaba dominado por los jomeinistas. A lo largo de su mandato, se enfrentó a varios enemigos dentro de su propio gabinete, siendo uno de los más importantes el primer ministro Mohammad Ali Radjai, quien compartía la visión radical de Jomeini.
En 1981, la situación empeoró aún más. En marzo de ese año, el Majlis recortó significativamente las atribuciones de Bani-Sadr, y su periódico, Revolución Islámica, fue clausurado. A medida que se agudizaba el descontento popular y las ejecuciones se multiplicaban, Bani-Sadr se encontró cada vez más aislado dentro de su propio gobierno. El 11 de junio de 1981, Jomeini lo destituyó como jefe de las fuerzas armadas, y dos días después Bani-Sadr se vio obligado a huir del país tras ser destituido como presidente por el Majlis.
Relevancia actual
A pesar de su caída del poder en 1981, Abolhassan Bani-Sadr sigue siendo una figura relevante en el exilio y un crítico de las políticas del régimen islámico en Irán. Tras huir a Francia en julio de 1981, donde solicitó asilo político, Bani-Sadr formó un gobierno iraní en el exilio y constituyó el Consejo Nacional de Resistencia, una coalición de oposición que incluía a los Mujahidines del Pueblo, el Partido Democrático del Kurdistán y otros grupos de la oposición.
A lo largo de los años, Bani-Sadr ha continuado luchando por una Irán más democrático y secular. Ha sido un defensor del respeto a los derechos humanos y un crítico feroz del autoritarismo del régimen iraní. Su figura ha sido vista, tanto dentro como fuera de Irán, como un símbolo de resistencia contra la teocracia islámica y un líder que no temió desafiar los dogmas establecidos, a pesar de las consecuencias personales que ello conllevó.
A pesar de su destitución y exilio, Bani-Sadr sigue siendo un personaje clave para entender los primeros años de la Revolución Islámica, un período de intensos conflictos ideológicos y políticos que definieron el rumbo de Irán en las décadas posteriores. Su legado, marcado por la lucha por la moderación y la democracia, sigue siendo relevante en los debates sobre el futuro del país y su relación con el mundo exterior.
Enlaces de interés: Mohammad Mussadeq, M. Reza Pahlevi, R. Jomeini, M. Ali Radjai.
MCN Biografías, 2025. "Bani-Sadr, Abolhassan (1933-VVVV). – El presidente que desafió el orden islámico de Irán". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/bani-sadr-abolhassan [consulta: 29 de septiembre de 2025].