Bani-Sadr, Abolhassan (1933-VVVV).
Político iraní, miembro del Consejo Revolucionario Islámico y presidente de la República, nacido el 22 de marzo de 1933 en Hamadán.
Nacido en un entorno social acomodado (su padre era el ayatollah Sayed Nasrollah Bani-Sadr), estudió Derecho islámico, Economía y Ciencias Sociales en las universidades de Teherán y la Soborna (París). Como estudiante desarrolló un activismo político en las filas del Frente Nacional del líder nacionalista Mohammad Mussadeq. A comienzos de los años sesenta enseñó en el Instituto de Estudios Sociales de Teherán. A raíz de las revueltas contra la dictadura del sha M. Reza Pahlevide 1963, sufrió prisión y hubo de exiliarse en París (1963-1979), en cuya Universidad de la Sorbona ejerció el magisterio.
En 1972, en un viaje a Iraq, conoció al ayatollah R. Jomeini, líder espiritual y cabeza visible de la oposición religiosa al sha, y del que se convirtió en estrecho colaborador en el exilio francés desde 1978. Bani-Sadr regresó a Teherán en julio de 1979, algunos meses después del triunfo de la Revolución. Participó en el gobierno revolucionario como ministro de Economía y Finanzas, y de Asuntos Exteriores (1979-1980), puesto desde el que intentó solucionar la crisis de los rehenes estadounidenses. Igualmente en 1979 pasó a formar parte del Consejo Revolucionario Islámico (CRI).
Pese a su alejamiento de los postulados islámicos radicales, Bani-Sadr venció como candidato del Partido de la República Islámica (PRI, fundado por Jomeini) en las primeras elecciones presidenciales del 25 de enero de 1980. A su puesto de jefe del Estado añadió (19 de febrero) la comandancia suprema de las Fuerzas Armadas. Como tal, participó en las operaciones de la guerra contra Iraq (desde septiembre de 1980) y visitó los frentes de batalla.
Su poder se percibió más formal que real, pues la nueva Constitución sometía el cargo de presidente al escrutinio del Majlis (‘Parlamento’), a la sazón dominado por los jomeinistas desde las elecciones legislativas (9 de mayo de 1980). Bani-Sadr contó además con un creciente grupo de enemigos (el más destacado era el primer ministro M. Ali Radjai), que sospechaban de su laicismo y de simpatizar con Occidente y con los marginados Mujahidines del Pueblo (izquierda islamista). Ya el 19 de junio de 1980 se descubrió un complot para derrocarlo, y el 28 siguiente el propio Jomeini le advirtió por su escaso entusiasmo revolucionario. El 1 de julio Bani-Sadr presentó la dimisión, pero no le fue aceptada. También el estancamiento de la guerra (con terribles bajas) y la actuación en el frente de los pasdran (milicias islámicas), sin el control de un ejército que él nominalmente comandaba, contribuyeron a una rápida erosión de su autoridad.
En marzo de 1981, un periodo crítico de la revolución, con el crecimiento del descontento popular y la multiplicación de las ejecuciones y depuraciones de elementos desafectos a la opción del Estado teocrático, estalló la confrontación total entre el clero chií y Bani-Sadr. Ese mes, el Majlis aprobó el recorte de sus atribuciones en beneficio del primer ministro, y el periódico que dirigía, Revolución Islámica, fue clausurado, y sus aliados en el gobierno, destituidos. El 11 de junio Jomeini lo destituyó como jefe del Ejército, y dos días después Bani-Sadr pasó a la clandestinidad. El día 21, tras grandes manifestaciones en su contra y choques mortales entre universitarios partidarios y detractores, el Majlis lo destituyó como presidente de la República y del CRI, lo que fue confirmado por Jomeini. Al mismo tiempo se hizo pública una orden de búsqueda y captura contra su persona.
El 29 de julio Bani-Sadr pudo huir a Francia, donde obtuvo asilo político. El 2 de octubre formó en París un gobierno iraní en el exilio y constituyó un Consejo Nacional de Resistencia (que presidió hasta 1984) junto con otros grupos de la oposición, como los Mujahidines del Pueblo, el Partido Democrático del Kurdistán y el Frente Nacional Democrático, entre otros.
ROZ