Libero Badii (1916-2001). El escultor del misterio interior que transformó el arte argentino
Libero Badii, nacido en Arezzo, Italia, el 2 de febrero de 1916, y fallecido en Buenos Aires, Argentina, el 11 de febrero de 2001, fue uno de los artistas más influyentes del siglo XX en el panorama del arte abstracto argentino. Su obra, marcada por una profunda introspección y el uso expresivo de materiales como el mármol, la madera, el bronce y el yeso, dejó una huella indeleble en la escultura y la pintura de su tiempo. Con una vida dedicada por completo a la búsqueda de lo que él mismo denominaba “lo siniestro” —una dimensión íntima del ser humano—, Badii supo convertir la materia en un canal para la expresión de los dilemas existenciales y las emociones más ocultas.
Orígenes y contexto histórico
La vida de Libero Badii comenzó en el corazón de la Toscana italiana, en una región de profundas tradiciones artísticas. Sin embargo, su destino tomó un rumbo diferente cuando su familia emigró a Argentina durante su niñez. Este cambio de entorno no solo le permitió entrar en contacto con un contexto cultural diverso, sino que también fue decisivo para el desarrollo de su identidad artística. En 1947 adoptó la nacionalidad argentina, lo cual marcó un punto de inflexión en su biografía personal y profesional.
Desde joven, Badii mostró una especial inclinación por la escultura, influenciado por el oficio familiar: en el taller de marmolería de su padre comenzó a tallar piedra, aprendiendo a valorar la armonía de las formas y el poder expresivo de los materiales. Esta experiencia temprana sería fundamental para el desarrollo de su sensibilidad artística, enfocada en el equilibrio entre el contenido espiritual y la técnica formal.
Su formación artística se consolidó a partir de los 19 años, cuando ingresó a la Escuela Nocturna de Artes Decorativas de la Nación. Posteriormente, amplió sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Buenos Aires. Gracias a becas de esta institución, tuvo la oportunidad de viajar por diversos países de América y Europa, viajes que lo conectaron con múltiples corrientes estéticas e influencias culturales que terminarían enriqueciéndolo profundamente.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Badii exploró un estilo profundamente personal, alejado de las tendencias comerciales del momento. Su escultura se caracterizó por una continua experimentación formal y conceptual, mediante la cual logró comunicar aspectos ocultos de la experiencia humana. El uso de materiales diversos como el yeso, el bronce, el mármol y la madera le permitió dar cuerpo a una obra rica en texturas y formas.
Entre sus obras más destacadas se encuentra «Torrente», una talla en piedra que recibió el premio del XLIII Salón Nacional de Artes Plásticas, consolidando su lugar entre los grandes artistas argentinos del momento. En 1959, su escultura en escayola titulada «El Deseo» fue galardonada con el Premio Adquisición de Escultura Provincia de Santa Fe y con el prestigioso Premio Palanza, distinción que reconoce a los creadores más sobresalientes del país.
Uno de los aspectos más notables de su trayectoria es su incursión en el ámbito gráfico y audiovisual. En 1962 presentó su exposición «Los Retratos» en el Museo Nacional de Bellas Artes, un conjunto de obras que exploraban la identidad humana desde una perspectiva simbólica y existencial. Esta muestra fue acompañada por otra exposición de quince dibujos sobre «La Madre», cuyo impacto fue tal que se registró en un filme dedicado a su trabajo.
En 1971 alcanzó un reconocimiento internacional al obtener el Premio Nacional Bienal de San Pablo en Brasil con su escultura «Los Muñecos», obra que ejemplifica su visión crítica y reflexiva sobre la condición humana. Ese mismo año fue nombrado Académico y Caballero de la Orden de las Artes y las Letras francesas, una de las más altas distinciones que otorga el gobierno de Francia a los creadores e intelectuales de renombre mundial.
Además, su pensamiento estético y pedagógico dejó una marca profunda en generaciones de artistas. Desde su posición en la Cátedra de Escultura y Pintura de la Escuela Superior de Bellas Artes, Badii ejerció una influencia decisiva sobre el desarrollo del arte contemporáneo en Argentina, contribuyendo a formar una visión crítica y renovadora del hecho artístico.
Momentos clave
A lo largo de su vida, Badii vivió episodios cruciales que moldearon su carrera y su legado artístico. Entre los más relevantes se destacan:
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1947: Adopta la nacionalidad argentina, reafirmando su vínculo con el país que lo acogió y donde desarrollaría toda su carrera.
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1953: Recibe un premio del Ministerio de Educación por su trabajo gráfico, lo que lo posiciona como un artista integral más allá de la escultura.
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1959: Obtiene el Premio Adquisición de Escultura Provincia de Santa Fe y el Premio Palanza por su obra El Deseo.
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1962: Presenta Los Retratos y La Madre en el Museo Nacional de Bellas Artes, consolidando su visión sobre la figura humana.
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1971: Gana el Premio Nacional Bienal de San Pablo con Los Muñecos y es nombrado Caballero de las Artes y las Letras en Francia.
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1978: Recibe el Premio de la Consagración Nacional.
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1988: Se le encomienda la reconstrucción del Museo Altamaller, proyecto que reafirma su compromiso con el patrimonio cultural argentino.
Este listado refleja la evolución de un artista que, más allá de los premios y reconocimientos, mantuvo siempre una coherencia ideológica basada en la búsqueda del misterio interior del ser humano.
Relevancia actual
La figura de Libero Badii sigue siendo un referente insoslayable para el estudio del arte moderno y contemporáneo argentino. Su legado se manifiesta no solo en sus obras, sino también en su pensamiento crítico y en la manera en que interpretó la función del arte en la sociedad. Badii fue miembro del grupo Artesur, un colectivo que promovía una visión del arte alejada del formalismo estético y más comprometida con los contenidos existenciales. Según sus propias palabras, «dejando la estética por la estética quizás vuelva el Arte en su camino», frase que resume su postura ética y filosófica ante la creación artística.
Además de su producción escultórica, la reconstrucción del Museo Altamaller en 1988 constituyó un acto de compromiso con la recuperación de la memoria cultural, rescatando objetos de arte que se encontraban abandonados. Este acto tuvo una gran significación simbólica y consolidó aún más su imagen como guardián del patrimonio artístico.
La vigencia de su obra se expresa en la continua presencia de sus trabajos en colecciones públicas y privadas, así como en exposiciones y estudios académicos que lo posicionan como un pionero del arte contemporáneo en Argentina. Su exploración del “ser interior”, del “misterio” y de lo “siniestro” como ejes de su creación ha encontrado resonancia en artistas actuales que buscan profundizar en los conflictos del alma humana a través de lenguajes plásticos innovadores.
Libero Badii no solo fue un maestro del volumen y la forma, sino también un pensador de lo artístico. Su legado invita a seguir interrogando el sentido del arte en nuestra época, a través de una obra que permanece vigente por su fuerza expresiva, su contenido simbólico y su audacia formal.
MCN Biografías, 2025. "Libero Badii (1916-2001). El escultor del misterio interior que transformó el arte argentino". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/badii-libero [consulta: 29 de septiembre de 2025].