Julene Azpeitia Gómez (1888–1980): Pedagoga, escritora y pionera del nacionalismo vasco
Orígenes, primeros años y formación (1888–1906)
El nacimiento en Zumaya y la infancia en el seno de una familia pesquera
Julene Azpeitia Gómez nació en 1888 en Zumaya, un pequeño municipio de la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco. Criada en una familia humilde, su vida estuvo marcada por el entorno tradicional y pesquero de su localidad natal. El padre de Julene, Marcos Azpeitia, era un hombre profundamente arraigado a la cultura vasca, conocido por su habilidad para la repentización poética, una práctica popular en la región conocida como bertsolari. La figura paterna tuvo una gran influencia en la joven Julene, quien, desde pequeña, se mostró especialmente interesada en las letras y la cultura de su tierra.
Marcos Azpeitia también era un ferviente nacionalista que, a raíz de su militancia, abandonó su hogar para unirse a las filas carlistas, una decisión que marcó profundamente a su hija. Este acto de valentía y defensa de los fueros vascos generó en Julene un sentimiento de admiración por su padre, quien, además de su compromiso con la causa, le inculcó el amor por la lengua y las tradiciones vascas. Esta convicción política y cultural sería un pilar fundamental en la vida de Julene, influyendo tanto en su trabajo académico como en su activismo a lo largo de los años.
Primeros años de educación y su vocación hacia el magisterio
La formación de Julene en sus primeros años se dio en un contexto muy distinto al de los varones de su época. A pesar de las limitaciones para la educación femenina en aquella época, su familia reconoció rápidamente las capacidades intelectuales de la joven y tomó la decisión de matricularla en el colegio local de las Carmelitas de la Caridad, un centro educativo que representaba una de las pocas oportunidades formativas para las mujeres en ese contexto social. Julene pasó allí gran parte de su infancia, destacando por su brillantez académica y su creciente interés por la cultura humanística.
Su formación académica le permitió descubrir su vocación: la enseñanza. Desde muy joven, Julene Azpeitia mostró una inclinación natural hacia la pedagogía, una disciplina que decididamente tomaría como carrera. En su entorno, las mujeres no solían acceder a la formación superior, pero Julene, con el apoyo de sus padres, persiguió su meta, dando pasos firmes hacia un futuro en el campo de la educación.
Traslado a San Sebastián y Bilbao para completar sus estudios
A los 15 años, Julene se trasladó a San Sebastián para continuar con sus estudios. Esta decisión fue un paso crucial, ya que marcó su alejamiento de la pequeña localidad guipuzcoana de Zumaya y el inicio de su formación académica avanzada. La ciudad, mucho más desarrollada que su hogar natal, le ofreció mejores recursos para formarse en el campo de la educación. En San Sebastián, Julene se integró en un ambiente de mayor dinamismo intelectual y cultural, un contexto que le permitió ahondar en su deseo de convertirse en maestra.
Poco después, se trasladó a Bilbao, donde continuó su formación en la Escuela Normal de Maestras. Bilbao, que ya en ese momento era un importante centro industrial y cultural del País Vasco, le brindó la posibilidad de estudiar en un establecimiento que representaba la cúspide de la educación docente para mujeres. Allí, Julene pudo completar los estudios que la habilitarían para ejercer como maestra. Su excelente rendimiento académico le permitió obtener el título oficial en 1906, cuando aún no había cumplido los 18 años. Así, con la formación académica y el título bajo el brazo, estaba lista para comenzar su carrera docente, a la que se entregaría con pasión y dedicación a lo largo de toda su vida.
Desarrollo profesional y militancia (1906–1931)
Julene Azpeitia, maestra y pedagoga destacada en la educación vasca
Con el título en mano, Julene Azpeitia comenzó su carrera docente a una edad temprana. Su primer destino fue la escuela mixta en la localidad guipuzcoana de Aizarnazábal, un pequeño pueblo costero en el que ejerció como maestra, encargándose de la formación tanto de niños como de niñas. A pesar de las limitaciones de los recursos en ese contexto rural, Julene mostró una gran dedicación y fue reconocida por su capacidad para enseñar y su amor por la educación. Su labor allí consolidó su vocación y la impulsó a seguir avanzando en su carrera profesional.
En 1911, Julene cambió de destino para comenzar a trabajar en la escuela femenina de Ea, en la costa vizcaína. Esta elección no fue casual, pues, como buena defensora de la lengua y cultura vascas, buscó una localidad que estuviera alineada con sus valores y que le permitiera seguir siendo una parte activa de la comunidad vasca. La escuela de Ea era pequeña, pero su trabajo allí sería clave en el desarrollo de su carrera pedagógica. En este entorno, Julene pudo integrar la enseñanza con su compromiso cultural, comenzando a dar forma a su enfoque nacionalista en la educación.
Oposiciones y su ascenso al cuerpo docente oficial
A pesar de las dificultades que enfrentaban las mujeres para acceder a posiciones destacadas en la educación de la época, Julene se destacó por su extraordinaria capacidad. En 1913, superó con gran éxito las oposiciones al cuerpo oficial de maestras, consiguiendo el primer puesto de su promoción. Esta victoria representó no solo un triunfo personal, sino también un avance importante en la lucha por la igualdad en la educación y en el acceso a puestos de autoridad para las mujeres. Gracias a este éxito, Julene obtuvo la posibilidad de elegir su destino y, consciente de la relevancia de sus decisiones, se trasladó nuevamente a una localidad costera, esta vez en la provincia de Vizcaya.
Este ascenso en su carrera docente la posicionó como una de las educadoras más destacadas de la región, y su influencia en la formación de futuras generaciones de vascos se consolidó. A lo largo de estos primeros años, Julene no solo se dedicó a la enseñanza, sino que también comenzó a involucrarse en la escritura y en el análisis de los sistemas educativos, un campo en el que pronto destacaría como una de las figuras clave de la pedagogía vasca.
Su contribución a la educación en euskera
La verdadera revolución pedagógica de Julene Azpeitia se produjo cuando comenzó a integrar el nacionalismo vasco en su labor educativa. A lo largo de los años, Julene desarrolló una firme convicción de que la educación en Euskadi debía estar completamente vinculada con la lengua y la cultura vascas. Este pensamiento la llevó a apoyar la creación de las ikastolas o escuelas vascas, un movimiento educativo que nació con la idea de impartir la enseñanza en euskera y promover la identidad nacional vasca.
La creación de las ikastolas fue, en muchos aspectos, la culminación de la lucha por la preservación y el fortalecimiento de la lengua vasca, que Julene consideraba esencial para la supervivencia de la cultura vasca. En este contexto, la pedagoga guipuzcoana se convirtió en una de las principales impulsoras de este movimiento. Fue una de las figuras más destacadas en la elaboración de los primeros proyectos educativos que tenían como objetivo garantizar la enseñanza en euskera en un momento histórico en el que el idioma estaba siendo sistemáticamente relegado en favor del castellano.
Su papel clave en la creación de materiales educativos vascos
Julene Azpeitia no solo se dedicó a enseñar, sino que también fue una prolífica escritora y creadora de materiales pedagógicos. En 1932, Julene publicó su primer libro para las ikastolas, titulado Irakurri matte. Esta obra era una combinación de fervor religioso, enseñanzas morales y, por supuesto, adoctrinamiento político de carácter nacionalista. El contenido de este libro reflejaba la profunda convicción de Julene sobre la necesidad de transmitir los valores culturales y políticos del nacionalismo vasco a las nuevas generaciones.
A través de esta obra y otras publicaciones pedagógicas, Julene Azpeitia consolidó su lugar como una de las principales teóricas de la pedagogía vasca. Su enfoque integrador de la lengua, la religión y la política fue tanto apreciado como criticado, ya que representaba un modelo educativo profundamente enraizado en los valores del nacionalismo vasco. A pesar de las controversias que sus escritos pudieron generar, la pedagogía de Julene Azpeitia fue fundamental para el desarrollo del sistema educativo vasco durante la República.
Guerra Civil, exilio y retorno a Euskal Herria (1936–1947)
La Guerra Civil y el exilio en Francia
Cuando estalló la Guerra Civil española en 1936, Julene Azpeitia se encontraba plenamente involucrada en la defensa de la identidad y la cultura vascas, tanto desde su labor educativa como desde su militancia política. La situación política en el País Vasco se tornó cada vez más peligrosa para aquellos que defendían el Estatuto Vasco y el proyecto republicano, lo que llevó a Julene a enfrentarse a la represión del bando franquista.
Al igual que muchos otros intelectuales y militantes republicanos, Julene se vio obligada a huir cuando las tropas franquistas tomaron Vizcaya. En 1938, tras la caída de Bilbao, la pedagoga vasca se exilió en Francia, donde se asentó en la localidad de San Juan de Luz, cerca de la frontera española. En su exilio, Julene continuó siendo un ferviente defensora de la lengua vasca y la identidad cultural de Euskal Herria, aunque las circunstancias políticas del momento dificultaron su labor.
En Francia, Julene no fue una mera espectadora. Al contrario, se mantuvo activa en la defensa de la causa nacionalista vasca. Se unió a la diáspora vasca y continuó su trabajo intelectual y político, colaborando con asociaciones y comunidades vascas en el extranjero. Además, comenzó a trabajar en la traducción de materiales educativos al euskera y escribió sobre las dificultades de los vascos en el exilio, compartiendo sus experiencias y preocupaciones en publicaciones que se difundían entre los exiliados.
Vivir en San Juan de Luz, Dax y el retorno clandestino
A medida que la situación en Francia se tornaba más tensa debido a la amenaza nazi, Julene, al igual que otros exiliados, comenzó a sentir una creciente inquietud sobre su seguridad. En 1940, con la invasión nazi en el horizonte, la situación en el sur de Francia se hizo aún más peligrosa. Ante la amenaza de ocupación alemana, Julene decidió regresar a España, aunque de manera clandestina.
Su retorno se produjo en circunstancias extremas y en total discreción, trasladándose primero a la pequeña localidad navarra de Etxalar, en la zona montañosa de la provincia. Allí, Julene permaneció oculta, en una especie de exilio interior, donde pudo continuar con su trabajo educativo en la clandestinidad, impartiendo clases a los hijos de la familia que la había acogido. Aunque su vida estuvo marcada por el aislamiento y la incertidumbre, Julene nunca dejó de luchar por la causa nacionalista vasca, manteniendo su firme creencia en la necesidad de preservar la cultura vasca a pesar de las dificultades del momento.
Regreso a España y los años en el exilio interior
El final de la Guerra Civil en 1939 no trajo consigo la libertad para Julene Azpeitia ni para muchos de los republicanos que habían defendido la República. Tras su exilio forzoso y su regreso clandestino, Julene tuvo que enfrentar una nueva etapa marcada por la represión franquista. A pesar de la situación opresiva, Julene logró encontrar un refugio y continuó su lucha desde las sombras, colaborando con movimientos en defensa de la lengua y la cultura vasca.
En 1947, después de años de incertidumbre, Julene Azpeitia pudo regresar oficialmente a la educación, aunque su situación seguía siendo complicada bajo el régimen franquista. Fue incorporada al sistema educativo de la Diputación de Vizcaya, aunque sus actividades seguían siendo observadas de cerca por las autoridades. Fue asignada a un puesto en un hospital infantil en Górliz, un pequeño pueblo costero en Vizcaya, donde intentó retomar su labor educativa en un contexto muy diferente al que había conocido durante la República.
Últimos años, legado y reconocimiento póstumo (1947–1980)
El regreso a la docencia y su labor en la posguerra
El regreso de Julene Azpeitia a la docencia después de la Guerra Civil y la represión franquista no fue fácil. Aunque el régimen intentó aislarla y reducir su influencia, Julene persistió en su vocación educativa, a pesar de las restricciones. A lo largo de los años 40, la situación política en España seguía siendo extremadamente opresiva, y la libertad de expresión estaba severamente restringida. No obstante, Julene aprovechó cada oportunidad que se le presentó para continuar con su labor pedagógica, siempre con el objetivo de mantener viva la cultura vasca, incluso en un contexto de hostilidad.
En 1947, después de un largo período de silencio, Julene fue reintegrada al sistema educativo de la Diputación de Vizcaya. Esta reincorporación fue un hito importante en su carrera, ya que le permitió continuar trabajando, aunque esta vez en un contexto más restringido y limitado. Su labor en Górliz representó no solo una vuelta a la educación, sino también una forma de resistencia cultural y política. Sin embargo, en 1949, las tensiones políticas llegaron a su punto máximo y Julene fue destituida de su puesto y enviada al pueblo de Anzo, en la provincia de Burgos.
El exilio forzoso a Anzo fue una nueva etapa de sufrimiento para Julene, pero también de resistencia intelectual. Durante este tiempo, se dedicó a la escritura, publicando obras que reflejaban sus vivencias en México y su amor por la cultura vasca. Entre sus publicaciones más destacadas de este período estuvo México visto por una vasca (1950), una obra en la que relataba sus experiencias en el país azteca durante su exilio y su relación con los emigrantes vascos allí establecidos.
Reconocimientos y su último legado cultural
A pesar de las dificultades que enfrentó a lo largo de su vida, Julene Azpeitia nunca dejó de ser una figura respetada en los círculos intelectuales y nacionalistas vascos. Su trabajo educativo y literario le valió varios reconocimientos, especialmente en sus últimos años. En 1951, publicó Amandriaren altzoan (En el regazo de la abuela), una colección de cuentos en euskera que fue galardonada en 1954 por la Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia. Este premio reflejó el profundo aprecio que la sociedad vasca tenía por su obra, a pesar de la opresión que sufría bajo el franquismo.
En 1959, la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País organizó un emotivo homenaje en su honor, lo que subrayó la relevancia de su trabajo en la preservación de la lengua y la cultura vasca. Este reconocimiento también evidenció el creciente respeto por su figura, tanto en el ámbito nacionalista como en los sectores intelectuales más amplios del País Vasco.
Finalmente, en 1975, pocos años antes de su muerte, Julene fue nombrada académica de honor de la Euskaltzandia, la Academia de la Lengua Vasca, en un acto solemne que celebró su contribución a la preservación y promoción del euskera. Este honor no solo representaba el reconocimiento a su trabajo literario y pedagógico, sino también a su incansable militancia en defensa de los valores nacionales vascos.
Su fallecimiento y la importancia de su figura en la historia vasca
Julene Azpeitia falleció en 1980 en Bilbao, a los 92 años de edad. Su muerte marcó el fin de una vida profundamente vinculada a la lucha por la preservación de la identidad cultural vasca. Su figura, sin embargo, perdura como un símbolo de resistencia y de compromiso con el euskera y el nacionalismo vasco, especialmente en una época de represión y adversidad.
El legado de Julene Azpeitia trasciende los límites de su tiempo y su obra. A lo largo de su vida, se mantuvo fiel a sus principios, demostrando una gran determinación para enseñar, escribir y luchar por lo que creía. Hoy en día, su contribución a la pedagogía, la literatura y la cultura vasca sigue siendo una referencia fundamental. Su vida y obra siguen siendo un testimonio de la capacidad de los individuos para influir en su sociedad, incluso en las circunstancias más difíciles.
MCN Biografías, 2025. "Julene Azpeitia Gómez (1888–1980): Pedagoga, escritora y pionera del nacionalismo vasco". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/azpeitia-gomez-julene [consulta: 30 de septiembre de 2025].