Asenjo Pérez, Antonio (1879-1940): El dramaturgo madrileño que capturó el alma de Madrid

Asenjo Pérez

Antonio Asenjo Pérez, conocido bajo el seudónimo de Niskuito, fue un dramaturgo y periodista español nacido en Madrid en 1879 y fallecido en la misma ciudad en 1940. Considerado uno de los principales exponentes del «madrileñismo» en la primera mitad del siglo XX, su legado es una fascinante colección de piezas teatrales que reflejan las costumbres, el habla y la vida cotidiana de las clases populares de Madrid. A lo largo de su carrera, Asenjo Pérez trabajó de la mano del comediógrafo Ángel Torres del Álamo, con quien formó una de las colaboraciones más fructíferas en la historia del teatro español. A través de su obra, Asenjo logró capturar la esencia del Madrid castizo, y su influencia perdura hasta hoy.

Orígenes y contexto histórico

Antonio Asenjo nació en un Madrid que estaba viviendo una serie de transformaciones culturales y sociales a finales del siglo XIX y principios del XX. La capital española era un hervidero de ideas y cambios, con una sociedad marcada por el contraste entre las clases populares y las elites. Fue en este contexto donde Asenjo comenzó a forjar su carrera, con un interés particular por las tradiciones y costumbres populares de la ciudad.

Su interés por el teatro se consolidó a una edad temprana, y con el paso de los años, su obra se orientó hacia un retrato de la vida madrileña, en especial de las clases populares que habitaban los barrios más castizos. A través de su pluma, Asenjo capturó la idiosincrasia de personajes típicos de Madrid, muchas veces vinculados a la vida cotidiana de los cafés, las tabernas y las plazas de la ciudad.

Logros y contribuciones

Asenjo Pérez es, sin duda, uno de los dramaturgos más importantes de su época, aunque su nombre no siempre recibe la notoriedad que merece en el ámbito literario. A lo largo de su carrera, firmó una prolífica cantidad de obras teatrales, muchas de ellas en colaboración con su amigo y compañero de pluma, Ángel Torres del Álamo. Esta colaboración fue tan fructífera que a menudo sus obras fueron firmadas bajo el nombre conjunto de «Asenjo y Torres del Álamo».

El legado teatral de Asenjo es una amalgama de sainetes, comedias y piezas dramáticas que, si bien en su mayoría eran ligeras y divertidas, también servían como una crítica mordaz a los problemas sociales y políticos de la época. Estas obras, cargadas de humor y nostalgia, presentaban un Madrid pintoresco y lleno de vida, pero también reflejaban las contradicciones y tensiones de la sociedad madrileña.

Las obras de Asenjo y Torres del Álamo se convirtieron en éxitos rotundos en los teatros de Madrid, especialmente entre las clases populares, quienes se veían reflejados en los personajes y situaciones que se presentaban sobre el escenario. Títulos como El chico del cafetín (1911), La romántica, El rey de la martingala y Los postineros, por mencionar solo algunos, se ganaron el cariño del público y se instalaron como un referente en la cultura madrileña de la época.

Una de las características más notables de sus obras era la estrecha colaboración con músicos de renombre como Calleja, Font y el propio Pablo Luna, quienes se encargaron de poner música a muchas de sus comedias. Esta unión entre música y teatro, junto con el humor castizo, hizo que sus piezas fueran aún más atractivas y populares.

Momentos clave en su carrera

A lo largo de su carrera, Antonio Asenjo Pérez vivió varios momentos clave que marcaron su trayectoria tanto como dramaturgo como periodista. Uno de los hitos más importantes fue la creación de la revista Comedias y Comediantes, que fundó él mismo y que se convirtió en un espacio donde desarrolló una faceta más crítica del teatro y la sociedad de la época.

Junto con su colaboración con Ángel Torres del Álamo, Asenjo alcanzó un reconocimiento popular y cultural que perdura en la memoria colectiva de Madrid. A lo largo de los años, sus obras fueron adaptadas a las exigencias del público, reflejando con gran precisión el ambiente castizo de la capital española. Muchos de sus sainetes se convirtieron en auténticos clásicos del repertorio teatral madrileño, y sus personajes, como La Venus de las pieles, Serafina la Rubiales o Rocío la canastera, siguen siendo emblemas del teatro popular.

Un aspecto fundamental de su labor fue su contribución al estudio y rescate de la historia y las costumbres madrileñas. Asenjo no solo fue un creador de obras teatrales, sino también un defensor de la memoria cultural de la ciudad, un empeño que lo llevó a colaborar con figuras destacadas como Ricardo Fuente en el proyecto de fundación de la Hemeroteca Municipal de Madrid. Este esfuerzo culminó en su nombramiento como director de la institución, un cargo que ocupó tras la muerte de Fuente.

Relevancia actual

El legado de Antonio Asenjo Pérez perdura en la actualidad, aunque su figura no es tan conocida como la de otros dramaturgos de su tiempo. Sin embargo, su obra sigue siendo un referente para el estudio de la literatura y el teatro costumbrista español, especialmente en lo que respecta a la representación de Madrid y sus tradiciones populares.

La Hemeroteca Municipal de Madrid, en reconocimiento a su labor de rescate de la historia madrileña, bautizó una de sus salas con su nombre, consolidando su legado como un defensor de la cultura de la ciudad. Este gesto resalta la importancia de Asenjo no solo como escritor y dramaturgo, sino también como un hombre comprometido con la preservación de las tradiciones de su tierra natal.

Hoy en día, las obras de Asenjo siguen siendo una ventana fascinante a la vida de Madrid en la primera mitad del siglo XX. Su mirada costumbrista y su estilo cercano al pueblo le han asegurado un lugar destacado en la historia de la literatura y el teatro español.

Algunas de sus obras más destacadas:

  • El chico del cafetín (1911)

  • La romántica

  • El rey de la martingala

  • Los postineros

  • La peque resulta grande

  • Troteras y danzaderas o los pendientes de la Tarara

  • Serafina la Rubiales o una noche en el juzgado

  • Las pecadoras

  • Verbena goyesca

  • La suerte de Salustiano o del Rastro a Recoletos

  • Margarita la Tanagra

  • Charito la samaritana

  • Rocío la canastera o entre calé y calé (1919)

  • La boda de Cayetana o una tarde en Amaniel

  • El ilustre prócer

  • Paloma la postinera

  • Sangre de reyes (1925)

  • El tío Paco (1926)

  • La hija del librero o la virtud siempre triunfante (1929)

  • Los polvos de la Madre Celestina (1932)

  • Una tarde en la boca del asno o la boda de la Sole (1935)

  • La Venus de las pieles

En resumen, la obra de Antonio Asenjo Pérez es un testimonio vibrante de la vida madrileña y su legado sigue siendo un tesoro para la cultura española, tan actual hoy como en su época.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Asenjo Pérez, Antonio (1879-1940): El dramaturgo madrileño que capturó el alma de Madrid". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/asenjo-perez-antonio [consulta: 29 de septiembre de 2025].