Juan Manuel de Aréjula (1755-1830). El médico y químico español que dejó una huella en la ciencia y la medicina

Juan Manuel de Aréjula fue un destacado médico y químico español nacido en Lucena (Córdoba) en 1755 y fallecido en Londres en 1830. Su vida estuvo marcada por un incansable afán de conocimiento y una notable dedicación a la ciencia, especialmente en el campo de la química y la medicina. A lo largo de su vida, Aréjula hizo importantes contribuciones a la epidemiología, la química y la reforma educativa en España, destacándose por su trabajo en la mejora de la salud pública y su profunda influencia en la química moderna.

Orígenes y contexto histórico

Juan Manuel de Aréjula nació en una época convulsa para España, en pleno siglo XVIII, un período de grandes transformaciones tanto en la ciencia como en la sociedad. Su vida y obra estuvieron profundamente marcadas por las influencias de la Revolución Francesa y la Ilustración, dos movimientos que influyeron decisivamente en la creación de una nueva visión científica y social en Europa. Desde joven, mostró un interés por el conocimiento científico y comenzó sus estudios en el Colegio de Cirugía de Cádiz a los 17 años. Su formación inicial fue en el campo de la cirugía militar, lo que le permitió viajar a diversas colonias americanas, donde tuvo sus primeros contactos con la fiebre amarilla, una enfermedad tropical que desempeñaría un papel fundamental en su carrera profesional.

Entre 1776 y 1784, Aréjula fue cirujano militar, un período que lo llevó a viajar por diversas partes del mundo y a enfrentarse a los retos que planteaban las enfermedades en los territorios coloniales. Sin embargo, fue su viaje a París en 1784 para estudiar química bajo la tutela del renombrado científico Antoine François Fourcroy lo que marcó un antes y un después en su carrera. La estancia en París le permitió integrarse en un ambiente científico vibrante y ser parte de los avances que se estaban produciendo en la ciencia química en ese entonces.

Logros y contribuciones

La formación de Aréjula en París fue fundamental para su desarrollo como científico. Junto a Fourcroy, quien sería una figura clave en la química de la época, Aréjula comenzó a profundizar en los avances que estaban sentando las bases de la química moderna. Su regreso a España en 1791 lo convirtió en profesor de química en el mismo colegio donde había iniciado su formación, el Colegio de Cirugía de Cádiz. Sin embargo, la falta de laboratorios y recursos en su país le obligó a enseñar materia médica y botánica en lugar de química, lo que limitó sus oportunidades para llevar a cabo investigaciones más profundas en su campo.

Una de las grandes contribuciones de Aréjula al desarrollo de la química fue su involucramiento con la nueva nomenclatura química que estaba siendo impulsada por científicos franceses como Lavoisier, Fourcroy, Claude Louis Berthollet y Louis Bernard Guyton de Morveau. En 1788, Aréjula tradujo y publicó los principios de esta nueva nomenclatura, consciente de la importancia que tendría para la evolución de la química. Sin embargo, no solo se limitó a la traducción, sino que también llevó a cabo una crítica profunda de las incoherencias que encontraba en la nueva terminología, como el caso del nombre de «oxígeno», al que consideraba inapropiado debido a la existencia de ácidos que no contenían dicho elemento. Aréjula defendió, además, la adopción del término «wolfram» en lugar de «tungsteno», demostrando un fuerte sentido patriótico y una visión crítica ante los desarrollos científicos.

Además de su trabajo como químico, Aréjula desempeñó una función crucial como médico en la lucha contra la fiebre amarilla, que había asolado varias regiones de España. Su experiencia en el tratamiento de la enfermedad, sumada a su capacidad para gestionar estadísticas demográfico-sanitarias, lo convirtió en un referente en el campo de la epidemiología. En este sentido, Aréjula también fue un defensor de la integración de los laboratorios en los hospitales, un concepto que consideraba fundamental para el avance de la medicina en España.

Momentos clave de su vida

A lo largo de su vida, Juan Manuel de Aréjula vivió momentos clave que definieron su legado:

  1. Estudio en París (1784-1791): Su formación junto a Antoine François Fourcroy en París, donde adquirió una comprensión profunda de la química y se involucró en la constitución de la nomenclatura química moderna.

  2. Regreso a España (1791): A su vuelta a España, fue nombrado profesor de química en el Colegio de Cirugía de Cádiz, aunque las limitaciones materiales de su entorno le obligaron a enseñar otras disciplinas.

  3. Lucha contra la fiebre amarilla (1800-1804): Fue uno de los médicos que se dedicaron a controlar la epidemia de fiebre amarilla en Cádiz y otras regiones de Andalucía, implementando medidas sanitarias y aplicando su conocimiento en estadística médica.

  4. Involucramiento político y reforma educativa (1821): Su carácter liberal lo llevó a participar en las reformas educativas impulsadas por las Cortes de Cádiz. Fue nombrado para la Dirección General de Estudios, donde trabajó en la reforma de los estudios médicos, siguiendo los principios de los científicos franceses.

  5. Exilio en Inglaterra (1823): Debido a su activismo político y a su relación con los movimientos liberales, Aréjula se exilió en Inglaterra en 1823, donde pasó sus últimos años apartado de la actividad científica.

Relevancia actual

La figura de Juan Manuel de Aréjula sigue siendo relevante hoy en día debido a sus valiosas contribuciones en los campos de la medicina, la química y la educación. Su trabajo en la epidemiología y su defensa de la incorporación de los laboratorios a los hospitales sentaron las bases para una mejor comprensión de las enfermedades y para el avance de la medicina experimental en España. Además, su crítica constructiva a la nueva nomenclatura química y su contribución al debate científico reflejan su capacidad para aportar ideas innovadoras y pensar de manera crítica sobre los avances en su disciplina.

Aréjula también jugó un papel clave en la reforma educativa en España, siendo una figura que abogó por la modernización de los estudios médicos en línea con las reformas que se estaban llevando a cabo en Francia y otras partes de Europa. Su esfuerzo por introducir las nuevas ideas científicas en su país, a pesar de las dificultades políticas y sociales de su época, le otorgan un lugar destacado en la historia de la ciencia española.

Bibliografía

  • Reflexiones sobre la nueva nomenclatura química, (Madrid: Antonio de Sancha, 1788); traducidas al francés en Observations sur la Physique, sur l´Histoire Naturelle et sur les Arts (1788).

  • Breve descripción de la fiebre amarilla padecida en Cádiz y pueblos comarcanos en 1800, en Medinasidonia en 1801, en Málaga en 1803, y en esta misma plaza y otras varias del reyno en 1804, (Madrid: Imp. Real, 1806).

  • Extrait d´une dissertation de M. Proust, qui a pour titre, Résultat des expériences faites sur le camphre de Mucie, en Annales de Chemie, nº 4, pp. 179-109, (1790).

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Juan Manuel de Aréjula (1755-1830). El médico y químico español que dejó una huella en la ciencia y la medicina". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/arejula-juan-manuel-de [consulta: 10 de julio de 2025].