Allenby, Edmund (1861-1936). El mariscal británico que conquistó el Oriente Próximo
Edmund Henry Hynman Allenby, conocido como Edmund Allenby, fue un destacado militar británico cuyo nombre se asocia a algunas de las victorias más significativas del Imperio Británico durante la Primera Guerra Mundial y sus campañas en África. Nacido el 23 de abril de 1861 en Brackenhurst, cerca de Southwell, Nottinghamshire, Allenby se convertiría en una figura central en las batallas del norte de África, así como en la campaña de Palestina. Su vida estuvo marcada por una carrera militar excepcional, caracterizada tanto por su rigor estratégico como por su capacidad para inspirar a sus tropas en circunstancias extremas.
Orígenes y contexto histórico
Allenby nació en una familia de la clase media y fue educado en el Haileybury College, una de las instituciones más prestigiosas de Inglaterra, antes de ingresar a la Real Academia Militar de Sandhurst. A partir de ahí, su carrera comenzó a forjarse a una edad temprana. En 1884, se unió al ejército británico como parte del cuerpo de los Dragones, destacándose pronto en las expediciones en Bechnanalandia (hoy parte de Botswana) y Zululandia. Estas primeras experiencias en África marcaron el inicio de su prolongada relación con el continente africano, que sería fundamental en su carrera.
A lo largo de su formación y primeros años de servicio, Allenby demostró una notable destreza en la estrategia militar y la conducción de tropas, lo que le permitió ascender rápidamente en las filas del ejército británico. Durante la Guerra de los Bóers, que tuvo lugar entre 1899 y 1902, Allenby jugó un papel decisivo, contribuyendo a la victoria británica en esta guerra que buscaba expandir el control de Gran Bretaña sobre los territorios de Sudáfrica. Este conflicto, que comenzó con varios reveses para los británicos, terminó con la humillante derrota de los afrikáneres en la batalla de Paardeburg en 1900.
Logros y contribuciones
El ascenso de Allenby dentro del ejército fue imparable tras su participación en la Guerra de los Bóers. En 1910, fue nombrado inspector general de la caballería británica, un cargo de prestigio que desempeñó hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Tras la declaración de guerra, Allenby fue asignado al mando de la caballería británica en el frente occidental. A medida que la guerra avanzaba, su habilidad estratégica lo llevó a ascender rápidamente de rango, siendo nombrado comandante del III Ejército Británico en 1915.
Sin embargo, su mayor legado lo alcanzó en las campañas del Oriente Medio, particularmente durante la Primera Guerra Mundial. Tras ser nombrado comandante de la fuerza expedicionaria egipcia en 1917, Allenby demostró ser un líder excepcional al reorganizar y revitalizar a sus tropas, que se encontraban desmoralizadas por las continuas derrotas y la dureza del conflicto. Bajo su liderazgo, las fuerzas británicas lograron una serie de victorias cruciales, comenzando con la batalla de Gaza en noviembre de 1917, que allanó el camino para la captura de Jerusalén en diciembre del mismo año.
Uno de los logros más significativos de Allenby fue la exitosa campaña en la región de Palestina, que culminó con la entrada triunfal de las fuerzas británicas y las tribus árabes aliadas en Damasco y Alepo en octubre de 1918. La victoria en la batalla de Megido, el 19 de septiembre de 1918, fue decisiva para la caída del Imperio Otomano en la región. Por sus logros, Allenby fue nombrado vizconde de Megido y Felixstore, y ascendido al rango de mariscal de campo, un reconocimiento a su destreza táctica y su capacidad para manejar tanto a las tropas regulares como a las fuerzas irregulares en combate.
Momentos clave de su carrera
A continuación, se destacan algunos de los momentos más significativos en la carrera de Edmund Allenby:
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Guerra de los Bóers (1899-1902): Participación en la guerra que buscaba expandir los dominios británicos en Sudáfrica, culminando en la derrota decisiva de los afrikáneres en la batalla de Paardeburg en 1900.
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Batalla de Gaza (1917): Victoria clave en el Oriente Medio que permitió a las fuerzas británicas avanzar hacia Jerusalén.
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Toma de Jerusalén (9 de diciembre de 1917): Conquista de la ciudad santa de Jerusalén, un hito importante en la campaña británica en Palestina.
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Batalla de Megido (19 de septiembre de 1918): Una victoria decisiva que contribuyó al colapso del Imperio Otomano y permitió la entrada de las tropas británicas en Siria.
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Entrada triunfal en Damasco y Alepo (1 de octubre de 1918): El avance final en la campaña del Oriente Medio, que marcó la disolución del control otomano sobre la región.
Relevancia actual
El legado de Allenby sigue siendo relevante en la historia militar y en el estudio de la estrategia en conflictos bélicos. Su enfoque innovador en el uso de la caballería y la coordinación de tropas regulares e irregulares, especialmente en el contexto de los difíciles combates del Oriente Medio, sigue siendo un tema de análisis en las academias militares. Allenby fue un pionero en la integración de diferentes fuerzas militares en el campo de batalla, una táctica que se ha estudiado ampliamente en los contextos de guerra moderna.
Además, su capacidad para gobernar durante tiempos de agitación política en Egipto, donde fue nombrado Alto Comisario entre 1919 y 1925, también fue notable. Durante su mandato, Allenby se enfrentó a crecientes fuerzas nacionalistas en Egipto, pero su enfoque fue mantener el orden sin recurrir a la violencia excesiva, lo que lo llevó a ser visto como un líder imparcial y justo en la región. Su visión sobre la independencia de Egipto y Etiopía, apoyando su transición hacia la soberanía, dejó un impacto duradero en la política de la región.
Conclusión
Edmund Allenby fue un líder militar cuya habilidad estratégica y su capacidad para liderar en circunstancias extremas lo convirtieron en una figura clave en la historia del Imperio Británico. Su legado no solo reside en las victorias obtenidas en el campo de batalla, sino también en su enfoque innovador de la guerra y su capacidad para inspirar a sus tropas en momentos de desesperación. A lo largo de su carrera, Allenby demostró ser un militar de gran visión, cuyas contribuciones a la historia militar continúan siendo estudiadas y admiradas.
Bibliografía
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