Alexandrov, Grigori Vasilievich (1903-1983). El cineasta soviético que marcó una era con su arte visual y sonoro

Grigori Vasilievich Alexandrov, nacido el 23 de enero de 1903 en Ekaterinburg, Rusia, fue un destacado director de cine y colaborador cercano de Eisenstein, quien dejó una huella indeleble en el cine soviético y mundial. A lo largo de su carrera, Alexandrov no solo trabajó como director y guionista, sino que también desempeñó un papel crucial en la introducción y el desarrollo del sonido en el cine, una revolución técnica que transformó la forma en que las historias se contaban en la pantalla. Su vida y carrera se entrelazan con algunos de los más grandes nombres de la historia del cine, incluidos Eisenstein y Vsevolod I. Pudovkin, con quienes compartió ideales y visiones sobre el futuro del cine sonoro.
Orígenes y contexto histórico
Grigori Alexandrov nació en una Rusia en plena transformación política y social. Su pasión por el arte se manifestó desde joven, cuando comenzó a incursionar en el mundo del teatro como decorador electricista y actor. La Revolución Rusa y la Guerra Civil marcaron su vida temprana, y fue durante este período que se unió a una compañía teatral que llevaba representaciones a los frentes de batalla. La actividad cultural y artística en la Rusia soviética, impulsada por el espíritu de la Revolución de Octubre, proporcionó el entorno perfecto para que Alexandrov desarrollara su carrera.
A mediados de la década de 1920, Alexandrov comenzó a trabajar junto al legendario Eisenstein, uno de los cineastas más influyentes de la historia del cine. Su colaboración comenzó en 1925, cuando Alexandrov fue parte del equipo de dirección y actuación en el revolucionario «El acorazado Potemkin», una de las películas más icónicas de la historia del cine. Posteriormente, trabajó como ayudante de dirección en otras obras maestras de Eisenstein, como La huelga y Octubre (1927), consolidando su posición dentro de la vanguardia cinematográfica soviética.
Logros y contribuciones
Grigori Alexandrov fue una pieza fundamental en el desarrollo del cine sonoro en la Unión Soviética. En un momento clave de la historia del cine, cuando el sonido estaba comenzando a ganar terreno, Alexandrov se unió a Eisenstein y Vsevolod I. Pudovkin para firmar el «Manifiesto del sonido» en 1928. Este manifiesto, titulado «Contrapunto orquestal», se convirtió en un manifiesto fundamental para la evolución del cine, ya que abogaba por una utilización innovadora del sonido en la creación de películas. En el manifiesto, los cineastas expresaban su temor de que el sonido se utilizara de forma trivial, simplemente como un medio para satisfacer la curiosidad del público, y subrayaban la importancia de usar el sonido como contrapunto para enriquecer la experiencia visual y narrativa del cine.
La implicación de Alexandrov en el estudio del sonido no se limitó a la teoría. Junto con Eisenstein y el director de fotografía Eduard Tissé, viajó por Europa y Estados Unidos para estudiar los avances en los estudios de sonido, las instalaciones y las técnicas de rodaje. En su estancia en Estados Unidos, aunque no logró resultados creativos inmediatos, fue en México donde Alexandrov y su equipo lograron realizar avances significativos. En México, codirigió la película ¡Qué viva México! (1931), un proyecto ambicioso que no llegó a completarse debido a dificultades políticas y económicas, pero que permanece como una obra clave en la historia del cine soviético.
Momentos clave
Grigori Alexandrov tuvo una serie de momentos clave en su carrera que marcaron su evolución como cineasta. Estos momentos reflejan su capacidad para adaptarse a los cambios del cine y sus esfuerzos por contribuir al desarrollo del séptimo arte. Algunos de los momentos más destacados de su carrera incluyen:
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1927: Co-dirige Octubre, un hito en el cine soviético que se basaba en la Revolución de Octubre de 1917.
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1929: Co-dirige La línea general, una de las primeras películas soviéticas que incorporó elementos de cine de propaganda.
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1931: Codirige ¡Qué viva México!, un proyecto internacional que buscaba captar la esencia del país y sus problemas sociales.
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1944: Forma parte del Consejo Artístico que supervisaba la producción cinematográfica en la Unión Soviética y es nombrado supervisor artístico de los estudios Mosfilm.
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1949: Dirige Encuentro en el Elba, una película que trata sobre las relaciones entre la Unión Soviética y Estados Unidos durante la Guerra Fría.
A lo largo de su carrera, Alexandrov siguió innovando y experimentando en el cine. En sus últimos trabajos, dirigió el remontaje de ¡Qué viva México! en 1979, lo que demuestra su persistente interés por el proyecto y su deseo de llevar adelante las ideas cinematográficas que había explorado en su juventud.
Relevancia actual
La importancia de Grigori Alexandrov en la historia del cine no puede ser subestimada. Si bien su trabajo nunca alcanzó la misma fama mundial que el de Eisenstein o Pudovkin, su influencia en la técnica cinematográfica y su participación en los desarrollos del cine sonoro son fundamentales. El «Manifiesto del sonido» firmado por Alexandrov y sus compañeros cineastas marcó un punto de inflexión en la historia del cine, al sentar las bases para una mejor utilización del sonido en la narrativa cinematográfica, lo que permitió a las películas ir más allá de la simple reproducción de diálogos y efectos sonoros.
Además, su trabajo en la Unión Soviética, y en particular en los estudios Mosfilm, contribuyó significativamente a la producción de películas que formaban parte del discurso ideológico del régimen soviético. Su enfoque hacia la propaganda soviética, aunque en algunos casos polémico, refleja la profunda relación entre arte y política que caracterizó al cine soviético de la época.
Filmografía destacada
A lo largo de su carrera, Grigori Alexandrov dirigió y participó en una amplia variedad de películas que reflejan su diversidad creativa y su constante evolución. Algunas de sus obras más destacadas incluyen:
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Octubre (1927)
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La línea general (1929)
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¡Qué viva México! (1931)
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Encuentro en el Elba (1949)
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Kompozitor Glinka (1952)
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Celovek cheloveku (1958)
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Lenine v Poland (1961)
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Lyubov Orlova (1983)
Además de su trabajo como director, también desempeñó papeles importantes como ayudante de dirección y guionista en varias producciones de cine.
La figura de Alexandrov se mantiene relevante en el cine actual no solo por su trabajo en la evolución técnica del sonido, sino también por su capacidad para enfrentar los desafíos políticos y artísticos de su tiempo, algo que sigue siendo un tema de estudio para cineastas y académicos interesados en la historia del cine soviético y mundial.
MCN Biografías, 2025. "Alexandrov, Grigori Vasilievich (1903-1983). El cineasta soviético que marcó una era con su arte visual y sonoro". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/alexandrov-grigori-vasilievich [consulta: 28 de septiembre de 2025].