Florestán Aguilar (1872-1934): El pionero de la odontología moderna en España

Florestán Aguilar (1872-1934) fue un médico y odontólogo cubano de gran influencia en el desarrollo de la odontología moderna en España. Su vida estuvo marcada por una continua lucha por la profesionalización y la enseñanza científica de la odontología, lo que lo convirtió en un referente de la especialidad en el ámbito internacional. A lo largo de su carrera, Aguilar contribuyó decisivamente a la creación de escuelas de odontología, fue un miembro destacado de diversas asociaciones profesionales y recibió numerosos honores por sus logros.

Orígenes y contexto histórico

Florestán Aguilar nació en La Habana, Cuba, en 1872. Desde joven, mostró un gran interés por la medicina, lo que lo llevó a estudiar en diversas ciudades del mundo. Comenzó sus estudios en Madrid y luego se trasladó a Filadelfia, Estados Unidos, donde se graduó en cirugía dental en 1889 por el Dental College. Su formación en esta disciplina marcó el inicio de su exitosa carrera en el campo de la odontología, un área que en aquellos tiempos carecía de la estructura académica y profesional que hoy en día es reconocida a nivel mundial.

Al regresar a España en 1890, Aguilar se estableció en Cádiz, donde alcanzó gran prestigio debido a su habilidad y conocimientos en la odontología. Fue elegido teniente alcalde del Ayuntamiento de Cádiz, un cargo que destacó su influencia no solo en el campo profesional, sino también en la vida política y social de la ciudad. Durante esta etapa fundó un depósito dental y la revista La Odontología, que dirigió hasta su muerte.

Logros y contribuciones

La principal contribución de Florestán Aguilar fue su labor en la creación de la Escuela de Odontología en España, una iniciativa que comenzó en 1896, cuando convocó una reunión en Madrid para discutir la creación de los estudios de odontología y la obtención de un título oficial para los odontólogos. Fue una tarea ardua y visionaria, ya que la odontología no tenía la estructura académica formal que las otras disciplinas médicas sí disfrutaban.

En esa reunión, Aguilar formó una comisión que presidió personalmente, de la cual también formaban parte figuras destacadas como Cayetano Triviño. Juntos trabajaron para que los poderes públicos se comprometieran a la creación de un plan de estudios oficial para la formación de odontólogos, lo que culminó en 1900 con la fundación de la Escuela de Odontología en la Facultad de Medicina de Madrid. Este hecho fue un hito en la historia de la odontología española, ya que por primera vez se establecía un camino académico formal para los futuros profesionales del sector.

Como parte de su esfuerzo por profesionalizar la odontología, Aguilar solicitó al Ministerio de Instrucción Pública la autorización para estudiar los principales colegios dentales del mundo. Entre 1902 y 1903, Aguilar visitó instituciones de odontología en varios países europeos, como Francia, Suiza, Alemania, Rusia, y Reino Unido, así como en Estados Unidos. Sus investigaciones sobre la pedagogía dental resultaron en un informe detallado que fue entregado al ministro correspondiente y sirvió para reformar el plan de estudios y otorgar a la odontología un carácter científico de primer orden.

Momentos clave

  • 1895: Aguilar se establece definitivamente en Madrid, donde se gana rápidamente el respeto y reconocimiento como uno de los mejores odontólogos de su tiempo.

  • 1900: Se fundan los estudios de odontología en la Facultad de Medicina de Madrid, gracias al impulso de Aguilar, quien fue nombrado catedrático interino.

  • 1902: Aguilar visita diversos países para estudiar el funcionamiento de los colegios dentales y recoger datos sobre la enseñanza de la odontología.

  • 1914: Se crea la Escuela de Odontología, y Aguilar es nombrado catedrático numerario, un cargo que ocupó hasta su muerte.

  • 1927-1931: Aguilar fue miembro activo de la Junta de la Ciudad Universitaria de Madrid, un proyecto clave en el desarrollo de la educación superior en la capital española.

  • 1931: En el Congreso Dental Internacional de París, Aguilar recibe el premio Müller, la máxima distinción en la odontología.

Relevancia actual

Hoy en día, Florestán Aguilar es recordado como uno de los padres fundadores de la odontología moderna en España. Su visión de una odontología profesionalizada y científicamente estructurada sigue siendo relevante, y su trabajo ha dejado una huella indeleble en el desarrollo de la profesión. En particular, la Escuela de Odontología que él contribuyó a crear sigue siendo un pilar fundamental en la formación de odontólogos en España.

Además, la influencia de Aguilar trasciende las fronteras de su país natal. Como presidente de la Federación Dental Internacional entre 1926 y 1931, Aguilar consolidó relaciones con odontólogos de todo el mundo y promovió el intercambio de conocimientos, lo que enriqueció el desarrollo global de la odontología. Su legado se mantiene vivo en los numerosos premios y distinciones que recibió a lo largo de su vida, y en los homenajes póstumos organizados en su honor.

El impacto de la odontología en la sociedad

Florestán Aguilar no solo se dedicó a la práctica de la odontología, sino que también fue un defensor activo de la creación de los Colegios de Odontólogos en España. Estos colegios fueron fundamentales en la lucha contra el intrusismo en la profesión, asegurando que solo los profesionales debidamente formados pudieran ejercer la odontología en el país.

Su papel en la fundación de la Sociedad Odontológica Española y su colaboración con instituciones internacionales demostraron su compromiso por mejorar la práctica odontológica y elevarla al nivel de otras disciplinas médicas. Además, Aguilar fue secretario de la Liga Española contra el Cáncer, un cargo que evidenció su interés por el bienestar general de la sociedad y por la prevención de enfermedades relacionadas con la salud bucal.

Un legado conmemorativo

El trabajo de Florestán Aguilar fue reconocido tanto a nivel nacional como internacional. En 1928, recibió el título de Vizconde de Casa-Aguilar de manos del rey Alfonso XIII, un reconocimiento a su incansable dedicación a la odontología. Sin embargo, a pesar de sus logros, la salud de Aguilar se vio afectada por una pérdida progresiva de la visión, lo que minó su capacidad para seguir trabajando con la misma intensidad. El 7 de junio de 1933, ingresó en la Real Academia de Medicina de Madrid, un hito en su carrera, pero su salud continuó deteriorándose y falleció el 7 de junio de 1934, poco antes de que se llevara a cabo un homenaje mundial en su honor organizado por los Colegios de Odontólogos.

Hoy en día, Florestán Aguilar sigue siendo una figura central en la historia de la odontología. Su incansable trabajo por la creación de instituciones educativas y la profesionalización de la odontología sigue siendo una inspiración para las generaciones actuales.

Su vida y legado continúan siendo un ejemplo de cómo una visión comprometida puede transformar no solo una profesión, sino también la vida de miles de personas, al contribuir a su bienestar y salud.