Al-ʿĀḍid li-Dīn Allāh (1151–1171). Último califa fatimí, símbolo del ocaso de una dinastía

Al-ʿĀḍid li-Dīn Allāh nació en El Cairo en 1151, en un momento en que el califato fatimí vivía una etapa de profunda decadencia. Fundada en el año 909, la dinastía fatimí había extendido su dominio desde el Magreb hasta Egipto, consolidando un califato chií ismailí con capital en El Cairo. Sin embargo, a mediados del siglo XII, las disputas internas, la corrupción y la presión externa de los cruzados y de los zengíes habían debilitado la estructura del Estado.
En 1160, al-ʿĀḍid accedió al trono tras la muerte de su predecesor, al-Fāʾiz. Su juventud y la crisis política que atravesaba la corte hicieron que su reinado quedara desde el principio supeditado al poder de los visires.
Un califa sin poder real
Al-ʿĀḍid fue el último califa fatimí, pero su autoridad fue sobre todo nominal. La administración efectiva estaba en manos de su visir Shāwar, quien dominaba la escena política de Egipto. El califa se convirtió en una figura simbólica, relegada a un segundo plano mientras los visires se disputaban el control del país.
Durante su reinado se sucedieron intrigas palaciegas y enfrentamientos entre facciones. La pugna entre Shāwar y rivales internos debilitó aún más la corte fatimí, dejando el terreno abierto para la intervención de fuerzas externas.
La lucha de poder entre visires
Uno de los episodios más significativos del reinado de al-ʿĀḍid fue la lucha por el poder entre Shāwar y otros visires que pretendían ocupar su puesto. Estas rivalidades generaron inestabilidad y facilitaron la entrada en Egipto de líderes militares extranjeros. El propio Shāwar, tras un periodo de enfrentamientos, fue finalmente derrotado y ejecutado, abriendo el camino para un nuevo equilibrio político.
El ascenso de Shīrkūh y Saladino
Tras la caída de Shāwar, el mando pasó a manos de Shīrkūh, general kurdo al servicio de Nūr al-Dīn de Siria. Sin embargo, su muerte poco después dejó el poder en manos de su sobrino Ṣalāḥ al-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb, conocido en Occidente como Saladino. Con él se inauguró una nueva etapa en la historia de Egipto.
Saladino se presentó como protector del califato, pero en la práctica ejercía la soberanía. En un gesto simbólico de ruptura, ordenó que el nombre del califa abasí de Bagdad sustituyera al de al-ʿĀḍid en las oraciones oficiales, acabando así con el reconocimiento público del califato fatimí.
El fin del califato fatimí
Al-ʿĀḍid murió en 1171, poco después de que su nombre fuera suprimido de los sermones de las mezquitas. Con su muerte se extinguió la dinastía fatimí tras más de dos siglos y medio de historia. El poder en Egipto pasó a manos de los ayyubíes, con Saladino como sultán.
Relevancia histórica
El reinado de al-ʿĀḍid simboliza el colapso de una dinastía que había representado la máxima expresión del chiísmo ismailí en el mundo islámico. Aunque no destacó por logros propios, su figura es clave para comprender la transición de Egipto desde el dominio fatimí hacia el poder militar de los sultanes. La abolición del califato fatimí marcó un cambio profundo en la estructura política y religiosa del islam medieval.
La figura de al-ʿĀḍid se recuerda como la de un califa sin poder efectivo, eclipsado por sus visires y finalmente desplazado por Saladino. Su reinado fue el último capítulo de la historia fatimí y el prólogo de la etapa ayyubí, que situaría a Egipto en el centro de la política islámica y de las Cruzadas.
MCN Biografías, 2025. "Al-ʿĀḍid li-Dīn Allāh (1151–1171). Último califa fatimí, símbolo del ocaso de una dinastía". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/adhed-ledin-allah [consulta: 28 de septiembre de 2025].