Ábrego Narvarte, Jesús, «El Mago de Arróniz» (1910-1997).


Pelotari navarro nacido en la localidad de Arróniz el 7 de marzo de 1910 y muerto en San Sebastián en 1997. Debutó profesionalmente en Pamplona con sólo catorce años y en una época en la que resultaba especialmente difícil destacar en un deporte donde la hegemonía de José Irigoyen, el famoso «León Navarro» de Vera de Bidasoa, no podía discutirse. Sin embargo, Ábrego consiguió marcar una época en el mundo de la pelota vasca y a él se le atribuye el mérito de dotar de elegancia y sentido estético a un deporte tradicionalmente recio.

Cuando se enfrentaron por primera vez Ábrego e Irigoyen, el de Arróniz tenía quince años, y el de Vera, treinta y dos. Venció Irigoyen, pero el entonces rey del remonte ya vaticinó que, en pocos años, el joven pelotari que acababa de llegar a las canchas le arrebataría el cetro de campeón. Se cumplió la predicción y Jesús Ábrego mantuvo el reinado indiscutible del remonte durante veinticinco años. Una inoportuna lesión impidió prolongar, aún más, el éxito deportivo de la que se considera la mayor figura de la historia de la pelota vasca. Se retiró en 1951.

Con una técnica depurada, un físico distinguido y sus excepcionales facultades, Ábrego marcó diferencias insalvables con sus adversarios y, durante su dilatado mandato, logró acuñar casi todos los apelativos posibles: «El Mago», «La Golondrina de Arróniz», «La Maravilla», «El Fenómeno», «El Emperador», «El Artista» y, sobre todo, «El Rey del Remonte».

Además del juego de pelota, Jesús Ábrego fue un gran amante de la literatura y, durante sus largas estancias en Madrid, tuvo ocasión de conocer a algunos escritores, como Azorín, e incluso entablar amistad con Jardiel Poncela.