Abramo, Livio (1903-1992).
Grabador brasileño nacido en Araraquara (São Paulo) en 1903 y muerto en Asunción en 1992. De profunda ideología socialista, fue pionero del arte como denuncia de una preocupación igualitaria. Junto con Oswaldo Goeldi, es considerado uno de los introductores del grabado moderno en Brasil.
Descendiente de emigrantes europeos, inició sus estudios en Santos para luego continuarlos en São Paulo. En 1926, llevó a cabo sus primeras experiencias en el campo de la xilografía, siendo el primer grabador brasileño que realizó experiencias por cuenta propia en este campo. La primera influencia fuerte de su obra fue el expresionismo alemán, a través de algunas exposiciones alemanas realizadas en São Paulo, como la de Arte Decorativa Alemana, y la Exposición Alemana de Libros y Artes Gráficas. Para hacer frente a dificultades económicas, se dedicó durante algún tiempo a elaborar diseños de moda, carteleras de propaganda, pintura de anuncios y escenarios de teatro y de películas. En esa época de penuria, se afilió al partido comunista brasileño, del que luego se separó. Durante muchos años trabajó para el Jornal Diário da Noite; posteriormente, una vez que abandonó el partido comunista y se afilió al partido socialista, trabajó para diversos períodicos socialista. En 1948, ilustró el libro Pelo Sertão, de Afonso Arinos de Mello Franco, con 27 xilograbados. En 1949, ganó el premio Viaje al Extranjero, en el Salón Nacional de Arte Moderno de Rio de Janeiro, lo cual le permitió pasar dos años en Europa. A su regreso a Brasil, trabajó como profesor en la Escuela de Artesanía del Museo de Arte Moderno de São Paulo, y organizó, junto con otros artistas, el Estudio Gravura. En el segundo período de la dictadura de Getúlio Vargas, cuando contaba con 59 años de edad, se vio obligado a trasladarse a Paraguay, donde desarrolló una extraordinaria labor en el campo de las artes plásticas durante más de 30 años; fundó el Centro de Estudios Brasileños, y fue cofundador del taller de grabado de Julián de la Herrería. Durante su estancia en Paraguay, influenció sobre toda una generación de artistas de aquel país.
Realizó numerosas exposiciones, incluso grandes retrospectivas, como la del Centro Cultural de São Paulo (1983), la del Museo de Arte Moderno de São Paulo (1984), y la del Banco Francés y Brasileño (1991). Participó en importantes muestras, como en la Bienal de Venecia, la Bienal de São Paulo, Muestra Brasileña en Buenos Aires y otras en América Latina, Estados Unidos, Europa y Asia. Entre otros galardones, obtuvo los de las Bienales de São Paulo en 1952 y 1961.
Aunque Lívio Abramo ha sido más conocido como grabador, por haberse expresado en todas las técnicas del grabado, sin embargo fue antes que nada, un excelente dibujante y acuarelista. El propio artista reconocía la diferencia de sus grabados y de sus dibujos, cuando decía: Mis grabados son mucho más sintetizados, las formas son mucho más trabajadas, severas, mientras que en el dibujo, soy más espontáneo (1981).
A a lo largo de su vida, recibió diversas influencias, primero del expresionismo alemán (Kokoscha, Kubin y Kolwitz), luego del pintor ruso Lasar Segall y, más tarde, del geometrismo y abstraccionismo de las décadas 1960-1970. Ello da pie para distinguir en la obra del artista, tres etapas:
En la primera, que corresponde al período expresionista, predominan los aspectos sociales y políticos. Los motivos principales son el ambiente obrero y fabril, la guerra civil española y las escenas de la vida diaria. En este período de la obra de Abramo resalta el contraste del blanco y del negro. De este período son obras como: 1º de Mayo, Operário (‘Obrero’) y Dois mundos.
La segunda etapa se conoce como «periodo formal», o de la búsqueda de la forma pura, en el que los contrastes blanco-negro se matizan con los tonos ceniza; predominan los temas de paisajes, fiestas y costumbres populares. Destacan trabajos de las series Río, Fiesta y Por el Sertão.
La tercera y última etapa es la de la abstracción geométrica, en la que, según los críticos, Abramo alcanza la cumbre de su creatividad artística. En esta época predominan la arquitectura, la fuerza de la naturaleza y la vida y el paisaje urbano. Destacan obras de las series Paraguay y As Chuvas (‘Las lluvias’).
Toda su obra está imbuida de una temática clave: el hombre y su medio, enfocando todos los aspectos y sentimientos de la vida humana.