Abdulhamit II (1842-1918). El último gran sultán absoluto del Imperio Otomano

Abdulhamit II. El último gran sultán absoluto del Imperio Otomano

Abdulhamit II fue uno de los sultanes más influyentes, controvertidos y determinantes de la historia del Imperio Otomano. Su reinado marcó el ocaso de una dinastía que durante siglos dominó vastos territorios entre Europa, Asia y África. Gobernante entre 1876 y 1909, Abdulhamit II impuso un régimen autocrático con una fuerte impronta religiosa y nacionalista, al tiempo que impulsó profundas reformas administrativas y educativas. Su legado, tanto por su modernización del Estado como por su represión violenta, sigue siendo objeto de estudio y debate en la historia contemporánea.

Orígenes y contexto histórico

Nacido en Estambul el 21 de septiembre de 1842, Abdulhamit II era el segundo hijo del sultán otomano Abdülmecit I, una figura clave en los primeros intentos de modernización del imperio. Su ascenso al trono se produjo en un momento particularmente crítico: en 1876, su hermano Murad V fue declarado incapacitado mentalmente por el influyente político Midhat Bajá, y Abdulhamit fue entronizado como el trigésimo cuarto sultán de la dinastía de Osmán.

El Imperio Otomano atravesaba entonces una profunda crisis interna y externa. Presionado por los reformistas y las potencias extranjeras, Abdulhamit II accedió inicialmente a promulgar la primera Constitución otomana el 23 de diciembre de 1876, estableciendo una monarquía constitucional con Parlamento bicameral. Sin embargo, esta apertura duró poco. En febrero de 1878, tras perder la guerra ruso-turca, el sultán suspendió la Constitución, disolvió el Parlamento y retomó un gobierno de corte absolutista.

Logros y contribuciones

Pese a su carácter autocrático, Abdulhamit II fue también un importante modernizador del aparato estatal. Su gobierno impulsó:

  • La ampliación de la red ferroviaria, destacando el estratégico ferrocarril del Hiyaz, que unía Anatolia con Medina.

  • La instalación de telégrafos, conectando regiones alejadas del imperio.

  • La fundación de escuelas primarias, secundarias, militares y profesionales en todo el territorio.

  • La creación de lo que sería la futura Universidad de Estambul.

  • La reorganización del Ministerio de Justicia, con el objetivo de modernizar la administración judicial.

Además, implementó una eficaz red de servicios secretos, que le permitía controlar a la oposición y anticiparse a posibles rebeliones. Su estrecha relación con Alemania —especialmente con el káiser Guillermo II— fortaleció la infraestructura militar y financiera otomana. Gracias a este vínculo, Alemania recibió concesiones para construir el ferrocarril de Estambul a Bagdad, pieza clave de su expansión geopolítica.

Momentos clave del reinado

El periodo de Abdulhamit II estuvo marcado por numerosos acontecimientos que definieron el rumbo del Imperio Otomano en sus últimas décadas:

La masacre de los búlgaros (1876)

Poco después de asumir el poder, el sultán ordenó la represión de un levantamiento búlgaro, que terminó en una masacre generalizada. Este acto generó un rechazo unánime de las potencias europeas y fue uno de los factores que precipitó la segunda guerra ruso-turca (1877-78).

Tratado de San Stefano y Congreso de Berlín (1878)

La derrota en la guerra forzó al imperio a firmar el Tratado de San Stefano, seguido por el Congreso de Berlín, en el cual se confirmaron importantes pérdidas territoriales: Chipre fue cedido a Inglaterra, Tesalia a Grecia, y Albania pasó a control montenegrino. Fue el inicio del proceso de desintegración del dominio otomano en Europa.

Consolidación del panislamismo

Frente a la amenaza del nacionalismo y la presión de Europa, Abdulhamit II promovió una política de panislamismo, proclamándose califa de todos los musulmanes. Esta estrategia buscaba unir a los pueblos musulmanes del imperio bajo una identidad común, fortaleciendo la autoridad del sultán. Una de sus principales herramientas fue el ferrocarril del Hiyaz, que facilitó las peregrinaciones a La Meca.

Las matanzas de armenios (1895)

Su nombre quedó también asociado a actos de extrema violencia, como las matanzas de armenios en 1895, por las que fue apodado el «Sultán Rojo». Ese mismo año, también se registraron matanzas de cristianos en Creta, lo que provocó la Guerra Greco-Turca de 1897. Aunque Turquía ganó militarmente, las consecuencias diplomáticas y económicas fueron desastrosas.

Auge de los Jóvenes Turcos

La ineficacia en la administración del imperio y las continuas derrotas impulsaron el surgimiento del movimiento de los Jóvenes Turcos, un grupo de intelectuales, militares y revolucionarios que buscaban modernizar el Estado y restablecer la Constitución. En 1908, este movimiento logró que el sultán reactivara el Parlamento y reinstaurara la Constitución.

Fin de su reinado

El último intento de contrarrevolución absolutista por parte de Abdulhamit II, a comienzos de 1909, fracasó. Ante la presión de los Jóvenes Turcos, la Asamblea Nacional lo depuso el 27 de abril de 1909, siendo reemplazado por su hermano Reshid Effendi, coronado como Mohamed V. El sultán depuesto fue enviado al exilio en Salónica.

Relevancia actual

Abdulhamit II representa una de las figuras más complejas y significativas del final del Imperio Otomano. Su legado genera posiciones encontradas entre los historiadores y analistas:

  • Para algunos, fue un tirano despiadado, responsable de la represión de minorías y del estancamiento del imperio en un momento crucial.

  • Para otros, fue un visionario que supo conservar la unidad del imperio frente a la presión europea, promoviendo el desarrollo infraestructural y educativo.

En la actualidad, su figura ha sido revalorizada en ciertos sectores políticos del mundo musulmán, especialmente en Turquía, donde algunos círculos lo consideran un símbolo de la identidad islámica y soberanía nacional frente al imperialismo occidental.

Su influencia ha trascendido el plano político. Abdulhamit II ha sido representado en novelas, series de televisión y debates académicos, en los que su figura se debate entre el absolutismo y la modernización. En muchos aspectos, su reinado marcó la transición entre un modelo imperial tradicional y la necesidad urgente de reformas para enfrentar el siglo XX.

Legado histórico de Abdulhamit II

El impacto de Abdulhamit II puede resumirse en varios aspectos fundamentales:

  • Último sultán con poder absoluto: Su caída marcó el fin del absolutismo otomano y el ascenso de los movimientos constitucionalistas.

  • Promotor del panislamismo: Fue el primer sultán que articuló de manera sistemática una política panislámica a gran escala.

  • Modernizador selectivo: Impulsó avances tecnológicos y educativos, pero mantuvo una férrea represión política.

  • Figura polarizante: Su nombre aún hoy genera admiración y rechazo, tanto en Turquía como en el resto del mundo islámico.

Listado de hitos destacados del reinado de Abdulhamit II:

  • 1876: Accede al trono tras la abdicación de su hermano Murad V.

  • 1876: Promulgación de la primera Constitución otomana.

  • 1878: Suspensión de la Constitución y disolución del Parlamento.

  • 1883: Asesinato de Midhat Bajá por orden del sultán.

  • 1895: Matanzas de armenios.

  • 1899: Visita del káiser Guillermo II y fortalecimiento de la alianza con Alemania.

  • 1905: Sobrevive a un atentado mientras se dirigía a la mezquita.

  • 1908: Reinstauración del Parlamento bajo presión de los Jóvenes Turcos.

  • 1909: Abdicación forzada y exilio a Salónica.

El 10 de febrero de 1918, Abdulhamit II murió en Estambul, en un contexto en el que el Imperio Otomano ya se encontraba herido de muerte. Su figura sigue viva como símbolo de un pasado imperial que todavía influye en la política y cultura de Oriente Medio.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Abdulhamit II (1842-1918). El último gran sultán absoluto del Imperio Otomano". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/abdulhamit-ii-sultan-otomano [consulta: 28 de septiembre de 2025].