Abdelmumen (s. XII): El sultán almohade que transformó al-Ándalus y el Magreb

Abdelmumen fue una figura clave en la historia del mundo islámico occidental durante el siglo XII. Su ascenso al poder marcó el inicio de una nueva etapa en la península ibérica y el norte de África, con el surgimiento del Imperio almohade como sucesor del decadente poder almorávide. Gobernó desde 1130 hasta su muerte en 1163, y durante su mandato logró extender su influencia desde el Magreb hasta gran parte de la España musulmana, ejerciendo un papel determinante en la política, la religión y el equilibrio de fuerzas entre los reinos cristianos y musulmanes de la época.
Orígenes y contexto histórico
La vida de Abdelmumen se inscribe en un período de intensas transformaciones en el mundo islámico occidental. A comienzos del siglo XII, el Imperio almorávide, que había dominado vastas regiones del Magreb y de al-Ándalus, comenzó a mostrar signos de debilitamiento. Su estructura teocrática y rígida, unida al descontento social y las revueltas internas, favorecieron el surgimiento de nuevos movimientos.
En este contexto apareció el movimiento almohade, fundado por Ibn Tumart, conocido como el Mahdi, quien proclamaba una reforma religiosa y política basada en una visión más rigurosa del islam. Abdelmumen fue su discípulo más destacado. Tras la muerte del Mahdi, fue proclamado como su sucesor, asumiendo el liderazgo del naciente estado almohade y consolidándose como líder espiritual y militar de un creciente imperio en expansión.
Su proclamación como califa no solo significó la continuación del legado de su maestro, sino el inicio de una campaña de conquista y unificación del norte de África bajo el estandarte almohade.
Logros y contribuciones
Uno de los principales logros de Abdelmumen fue la consolidación del poder almohade en Marruecos. Gracias a sus habilidades militares y políticas, logró someter a las tribus locales y establecer una administración centralizada. En poco tiempo, extendió su autoridad desde el Alto Atlas hasta las regiones costeras, creando una base sólida para su expansión hacia el este y el norte.
Unificación del Magreb
Con un ejército leal y bien organizado, Abdelmumen conquistó los territorios almorávides en el Magreb, incluyendo las importantes ciudades de Fez, Marrakech y Tlemecén. Esta expansión territorial no solo le aseguró una posición estratégica frente a sus enemigos, sino que también consolidó los recursos económicos y humanos necesarios para sus campañas en al-Ándalus.
Intervención en al-Ándalus
Aprovechando el colapso del poder almorávide en la península ibérica y los conflictos internos entre los distintos taifas, los musulmanes españoles llamaron a Abdelmumen en su ayuda. El primero en hacerlo fue Abencasi, lo que marcó el inicio de la intervención almohade en al-Ándalus.
Abdelmumen envió a su general Barraz al frente de un ejército poderoso que desembarcó en la península, y tras colaborar con Abencasi, logró una victoria decisiva en Sevilla en 1147. Esta conquista marcó el punto de inflexión en la expansión almohade en territorio andalusí.
A pesar de la resistencia de los andalusíes, que en un primer momento se levantaron contra los recién llegados, un nuevo ejército almohade fue enviado para reforzar la presencia en la península. Este movimiento fue crucial para mantener el control sobre las ciudades conquistadas y continuar la guerra contra los focos de resistencia local.
Momentos clave del reinado de Abdelmumen
El mandato de Abdelmumen estuvo marcado por una serie de eventos trascendentales que definieron el rumbo de al-Ándalus y el Magreb durante el siglo XII. Entre los más destacados, se encuentran:
1. Proclamación como sucesor del Mahdi (1130)
Tras la muerte de Ibn Tumart, Abdelmumen fue elegido como líder del movimiento almohade. Esta elección fue clave para mantener la cohesión del grupo y permitir su expansión más allá del Alto Atlas.
2. Conquista de Marrakech y fin del dominio almorávide en el Magreb
La toma de Marrakech fue un momento simbólico y estratégico, pues supuso la derrota definitiva del poder almorávide en el norte de África y el establecimiento de la capital almohade.
3. Intervención en la península ibérica y conquista de Sevilla (1147)
La entrada de las fuerzas almohades en al-Ándalus marcó un cambio fundamental en la política peninsular. La caída de Sevilla fue uno de los logros más importantes de Abdelmumen en tierras hispanas.
4. Campañas contra los reinos cristianos y la resistencia musulmana local
Durante su mandato, la lucha contra el rey Lobo, uno de los caudillos musulmanes más destacados del levante andalusí, representó una prolongada resistencia a la hegemonía almohade. Aunque no logró derrotarlo completamente, Abdelmumen debilitó considerablemente su poder.
5. Muerte y sucesión (1163)
Abdelmumen falleció sin haber concluido la campaña contra el rey Lobo. A su muerte, el poder pasó a uno de sus hijos, asegurando la continuidad de la dinastía almohade y la expansión del califato en los años siguientes.
Relevancia actual
La figura de Abdelmumen sigue siendo crucial para entender la evolución del islam occidental, especialmente en lo relativo a la historia de al-Ándalus y el Magreb medieval. Su legado va más allá de sus conquistas militares, pues consolidó un modelo de estado teocrático y centralizado que influiría en generaciones posteriores.
Desde el punto de vista geopolítico, su reinado representa uno de los momentos de mayor unidad y poder del islam en el occidente mediterráneo. En un momento en que los reinos cristianos avanzaban cada vez más hacia el sur, la intervención almohade liderada por Abdelmumen permitió contener ese avance durante varias décadas.
Aportes duraderos
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Establecimiento del Imperio almohade, uno de los más extensos y poderosos del mundo islámico occidental.
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Reorganización administrativa y fiscal en los territorios conquistados.
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Fomento de una ortodoxia religiosa basada en las enseñanzas del Mahdi, que unificó las prácticas islámicas en sus dominios.
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Reactivación de las ciudades andalusíes bajo control almohade, con mejoras en la infraestructura y en la defensa.
Un legado entre Marruecos y al-Ándalus
Abdelmumen dejó un legado tangible tanto en Marruecos como en la península ibérica. Su figura es considerada precursora de una nueva época de esplendor político y militar, y sus campañas marcaron el comienzo de un dominio almohade que perduraría hasta bien entrado el siglo XIII.
Aunque su vida estuvo marcada por la guerra constante, supo consolidar un poder duradero. Las ciudades, las rutas comerciales y los centros religiosos que florecieron bajo su mandato fueron la base sobre la que se construiría el futuro almohade. Su ejemplo como líder visionario, estratega implacable y reformador religioso lo convierten en una de las figuras más relevantes del islam medieval occidental.
Hoy, su nombre permanece como símbolo de unidad, reforma y expansión, en una época de transición donde el destino de al-Ándalus y el norte de África estaba en juego.