Severo, Libio. Emperador de Occidente (¿-465). El último emperador títere del Imperio Romano

Libio Severo fue el último emperador de Occidente que ocupó el trono en un período marcado por el caos político y las intrigas militares. Su reinado, que transcurrió entre 461 y 465, estuvo marcado por la debilidad institucional del Imperio Romano en Occidente y su sometimiento a las decisiones de figuras poderosas como Ricimero. A pesar de haber sido proclamado emperador tras la muerte de Mayoriano, su reinado nunca fue reconocido por el emperador de Oriente, León I, y fue el reflejo de la desintegración del poder romano en Occidente.

Orígenes y contexto histórico

Severo accedió al trono del Imperio Romano de Occidente en noviembre de 461, tras la muerte de Mayoriano, quien había sido un emperador que intentó recuperar el poder imperial frente a las crecientes amenazas tanto internas como externas. La muerte de Mayoriano dejó un vacío de poder que fue aprovechado por el patricio Ricimero, quien, debido a su origen suevo, no podía tomar la púrpura para sí, lo que lo llevó a elegir a un emperador títere al que pudiera controlar.

Ricimero, con su influencia sobre el imperio, optó por Severo, quien se convirtió en una figura meramente decorativa. La elección de Severo no fue respaldada por el emperador de Oriente, León I, quien no reconoció su autoridad, lo que empeoró aún más la situación política de Occidente. De hecho, el dominio real de Severo nunca trascendió más allá de la península itálica, y su poder fue muy limitado, ya que varias regiones del Imperio Romano, como Hispania y la región alpina, operaban de manera prácticamente independiente.

Logros y contribuciones

A pesar de ser elegido emperador, Severo no tuvo un impacto significativo en la política o en la historia del Imperio Romano. Su mandato estuvo marcado por la pasividad y la dependencia de Ricimero, quien era el verdadero poder tras el trono. Sin embargo, durante su breve reinado, algunos eventos clave marcaron el panorama de la época.

Uno de los momentos más destacados fue el enfrentamiento de Severo con los visigodos y los burgundios, que, en este período, actuaban como estados independientes dentro de los territorios del Imperio Romano. En Hispania, los visigodos se habían expandido hacia la Tarraconense, y en la región alpina, los burgundios mantenían su dominio. Además, el acuerdo entre Ricimero y el rey de los visigodos, Teodorico II, para atacar a Egidio, un lugarteniente de Mayoriano en la Galia del Norte, fracasó en 463 cuando los visigodos fueron derrotados en las cercanías de Orleans. La derrota fue posible gracias a la intervención de Childerico, rey de los francos salios, quien ayudó a Egidio a repeler a los visigodos.

En cuanto a la amenaza que representaba Genserico, rey de los vándalos, Severo se encontró con otro desafío significativo. Genserico, quien desde 462 había recibido la promesa de León I de no inmiscuirse en los asuntos de Occidente a cambio de devolver a los rehenes imperiales, continuó sus incursiones en las costas italianas. Estos ataques de los vándalos buscaban forzar a Ricimero para que nombrase al senador Anicio Olibrio como nuevo emperador, quien había casado con Placidia, hija de Valentiniano III, emperador de Occidente antes de Mayoriano.

Momentos clave del reinado de Severo

A continuación, se presenta una lista de los momentos clave durante el breve reinado de Severo:

  • 19 de noviembre de 461: Severo es proclamado emperador de Occidente tras la muerte de Mayoriano.

  • 463: Los visigodos, bajo el liderazgo de Teodorico II, son derrotados cerca de Orleans debido a la ayuda de Childerico, rey de los francos salios.

  • 462: Los ataques de Genserico a las costas italianas buscan forzar a Ricimero a nombrar a Anicio Olibrio como emperador.

  • 14 de noviembre de 465: Severo es envenenado por Ricimero, quien decide no elegir a un nuevo emperador y gobernar directamente durante los siguientes dos años.

Relevancia actual

El reinado de Severo es un claro reflejo de la decadencia del Imperio Romano en Occidente. A pesar de haber sido proclamado emperador, su figura fue completamente subordinada a la voluntad de Ricimero, lo que le otorgó muy poco poder real. La falta de reconocimiento por parte de León I y la fragmentación del Imperio Romano de Occidente bajo el control de poderosos militares y reyes bárbaros muestran la profunda crisis que vivía el imperio.

Tras la muerte de Severo, Ricimero asumió el control directo del imperio durante un breve período antes de que Antemio fuera proclamado emperador por el emperador de Oriente, León I. El reinado de Severo, aunque efímero, ilustra el colapso de las estructuras tradicionales del poder imperial romano, acelerando la caída definitiva del Imperio Romano de Occidente en 476.

Aunque su figura no tuvo un impacto significativo en la historia, Severo permanece como un símbolo de la fragilidad del poder romano en una época de profunda agitación política. La figura de Severo es recordada no solo por su mandato vacío, sino por el contexto de su ascenso al trono: un Imperio Romano en el que los emperadores se convirtieron en marionetas de las elites militares y donde las decisiones cruciales ya no dependían de la voluntad imperial.

Bibliografía

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Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Severo, Libio. Emperador de Occidente (¿-465). El último emperador títere del Imperio Romano". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/severo-libio-emperador-de-occidente [consulta: 28 de septiembre de 2025].