Jorge Rojas (1911–1995): Poeta, Dramaturgo y Creador de una Poesía de Sensibilidad Clásica

Jorge Rojas (1911–1995): Poeta, Dramaturgo y Creador de una Poesía de Sensibilidad Clásica

Los Primeros Años y la Formación Literaria de Jorge Rojas

Orígenes y Educación Temprana

Jorge Rojas nació en 1911 en Santa Rosa de Viterbo, un pequeño municipio en el departamento de Boyacá, Colombia. En una región marcada por su rica tradición cultural, Rojas encontró un entorno propicio para el cultivo de su pensamiento y vocación intelectual. Provenía de una familia que valoraba la educación, lo que le permitió tener acceso a diversos libros y a la formación académica que orientaría su futuro. A pesar de ser originario de un pueblo pequeño, el ambiente cultural de su hogar y la posibilidad de interactuar con diversas formas de arte en su juventud lo marcaron profundamente.

A lo largo de su educación temprana, Rojas mostró gran interés por el Derecho y la Economía, carreras que decidió estudiar en la Universidad Nacional de Colombia. Estos estudios le otorgaron una perspectiva amplia y rigurosa de los asuntos públicos y sociales, pero fue su afinidad con la literatura lo que determinaría el rumbo de su vida. Aunque su educación formal estuvo más vinculada a las ciencias sociales, siempre mantuvo un especial interés por las humanidades, especialmente la poesía, que lo acompañaría durante toda su carrera.

Inicios en la Poesía y Primeras Influencias

El camino de Rojas hacia la poesía fue relativamente tardío, ya que no comenzó a escribir con seriedad hasta finales de la década de 1930, cuando tenía 28 años. Fue en este período cuando presentó su primer libro de poesía, La forma de su huida (1939), un poemario que dejó claro su interés por la poesía lírica y, más específicamente, por las tendencias que marcaban la poesía española contemporánea. En esta obra, se reflejaba la admiración que Rojas sentía por poetas como Juan Ramón Jiménez y Pedro Salinas, quienes influirían notablemente en su estilo y temática. En particular, Juan Ramón Jiménez le proporcionó un marco estético fundamental, marcado por un lirismo profundo y una sensibilidad que se expresaba a través de imágenes delicadas y sutiles.

Este poemario inicial mostró también el nacimiento de un estilo propio, aunque todavía en formación. Rojas usaba el verso como un medio para explorar las emociones más íntimas, sin renunciar a las influencias clásicas y a la complejidad de la lengua española. La influencia de poetas como Jiménez se hizo más evidente en su siguiente obra, La ciudad sumergida (1939), un volumen que también marcó el inicio de una serie de cuadernos poéticos bajo la impronta de Piedra y cielo, un famoso libro de Jiménez.

La Fundación del Grupo «Piedracielista»

Fue precisamente en torno a La ciudad sumergida que Rojas comenzó a forjar su lugar dentro de un movimiento que sería crucial para la poesía colombiana del siglo XX: los piedracielistas. Este grupo de poetas, cuya denominación proviene del título de la famosa obra de Juan Ramón Jiménez, encontró en Rojas un líder y defensor de una poesía que rescataba lo simbólico y lo emocional. Junto a otros poetas como Tomás Vargas Osorio, Darío Samper, Arturo Camacho Ramírez, y Eduardo Carranza, Rojas propició un ambiente literario que se distanciaba de las tendencias modernistas e industriales que comenzaban a prevalecer en Colombia, y que de alguna manera también estaban relacionadas con el auge económico del país.

El movimiento piedracielista apostaba por una poesía neosimbolista, en la que se jugaba con la sutileza del lenguaje, las metáforas complejas y los recursos poéticos heredados de la tradición barroca española. Rojas y sus compañeros, aunque partían de una admiración por los poetas clásicos españoles, también buscaban innovar en la forma y el fondo de sus obras, al mismo tiempo que recobraban los matices del Romanticismo y el simbolismo europeo. Este giro hacia lo etéreo y lo emocional contrastaba con los intereses más pragmáticos y racionalistas de la modernización colombiana.

El Movimiento «Piedracielista» y su Impacto Cultural

La estética de los piedracielistas planteó un regreso a lo sensitivo y lo simbólico, un rechazo de la racionalidad científica y utilitaria que emergía con el proceso de industrialización y modernización del país durante la presidencia de Alfonso López Pumarejo. En lugar de abanderarse con el avance tecnológico y los nuevos valores de la sociedad colombiana, los piedracielistas se orientaron hacia un arte más introspectivo, de reencuentro con la naturaleza y los sentimientos humanos, un arte más asociado con la memoria y la sensibilidad personal que con la razón pura.

Este giro estético tuvo un gran impacto en su época, ya que muchos lectores, incluso aquellos involucrados en los procesos de cambio social y económico, encontraron consuelo en los versos de Rojas. La poesía de los piedracielistas fue un refugio frente a los rápidos avances de la sociedad moderna, una manifestación de lo eterno, lo introspectivo y lo sublime. No obstante, este alejamiento de las corrientes vanguardistas y de la modernidad resultó ser, con el tiempo, una limitación para el movimiento, pues la falta de renovación formal y de un vínculo más directo con las preocupaciones sociales hizo que este se quedara en un fenómeno literario relativamente aislado.

La Trascendencia de sus Primeros Poemarios

Con la publicación de Rosa de agua (1941), Jorge Rojas consolidó su estilo y su presencia dentro de la poesía colombiana. En este libro, Rojas se adentró en la estructura del soneto, un género clásico que evidenciaba su predilección por las formas poéticas más tradicionales. De nuevo, sus influencias más cercanas eran las de los poetas españoles, y el tratamiento que Rojas le daba al verso era exquisitamente formal, además de contener una carga emocional significativa.

En Rosa de agua, Rojas no solo se dedicó a explorar las formas poéticas tradicionales, sino que también abrió un espacio para la reflexión sobre temas de la naturaleza, el amor y la contemplación filosófica. Dos de las series de sonetos incluidas en el libro fueron tan destacadas que fueron traducidas al francés por el literato Roger Caillois, lo que amplió la proyección internacional de la obra de Rojas.

Consolidación de su Carrera Literaria y su Legado

Expansión y Madurez de su Obra Poética

A lo largo de su carrera, Jorge Rojas no dejó de expandir los límites de su arte, explorando nuevos territorios poéticos y refinando sus técnicas literarias. Después de sus primeros logros, el poeta continuó su exploración del alma humana y de la naturaleza, temas que ya había abordado en sus primeras obras, pero con un mayor sentido de madurez y profundidad. En Soledades I (1948), Rojas reflexionó sobre la conexión entre el hombre y la naturaleza, exaltando la figura femenina en su relación con el mundo natural. La obra, concebida como una serie de cantos amorosos, abordó el panamericanismo literario, un movimiento que reflejaba las preocupaciones sociales y culturales del continente latinoamericano, y lo vinculaba con la vastedad de los paisajes colombianos.

Con Soledades II (1965) y Soledades III (1985), Rojas siguió explorando estos temas, pero con una visión aún más refinada y un dominio del verso mucho más depurado. El paisaje colombiano cobró mayor relevancia en su poesía, lo que se reflejaba en la exuberancia de sus descripciones de las montañas, los ríos y los valles de Colombia, configurando un territorio lírico que se identificaba con la geografía nacional y que, al mismo tiempo, apelaba a lo universal en términos de sentimientos y emociones humanas.

La poesía de Rojas también se caracteriza por su desarrollo formal. El poeta fue un gran maestro del verso y un devoto del soneto, género con el que llevó a cabo una producción lírica que fue un reflejo de su amor por la tradición. Sus poemas, cargados de metáforas, musicalidad y simbolismo, continuaron atrayendo tanto a lectores nacionales como internacionales, quienes admiraban la belleza y complejidad de su obra.

Aportes al Teatro y la Traducción Literaria

Si bien la poesía ocupó el centro de su vida creativa, Jorge Rojas también hizo importantes incursiones en el teatro y la traducción. Su obra teatral La doncella de agua (1948) pertenece al movimiento del teatro poético, que se caracterizaba por una fuerte carga simbólica y un estilo más adecuado para la lectura que para la representación en el escenario. Este tipo de teatro, que muchos de los dramaturgos colombianos contemporáneos como Jorge Zalamea también cultivaron, propugnaba por una poesía teatral que trataba de capturar las emociones profundas del ser humano en un contexto simbólico, a menudo centrado en lo inefable y lo místico.

En cuanto a la traducción literaria, Rojas destacó especialmente por sus traducciones de obras clásicas francesas, entre las que sobresale su versión en verso de Cementerio marino, de Paul Valéry. A través de su labor como traductor, Rojas logró transmitir la atmósfera filosófica y emocional que caracteriza la poesía de Valéry, lo que reflejó su capacidad para comprender y hacer suyas las grandes tradiciones poéticas europeas. Esta faceta de su obra no solo enriqueció su escritura personal, sino que también contribuyó a la difusión de la poesía extranjera en Colombia, ampliando así su influencia en los círculos literarios internacionales.

Su Visión del País y la Cultura Colombiana

Durante las décadas que transcurrieron desde la publicación de sus primeros libros, Jorge Rojas se mantuvo siempre atento a los cambios sociales y políticos de Colombia. Si bien sus obras no se centraron directamente en la política, su visión de la cultura colombiana siempre estuvo presente en su poesía. Rojas fue testigo de la modernización del país, un proceso que, si bien trajo consigo una mejora económica, también trajo consigo la alienación de las costumbres tradicionales y el desarraigo de muchos colombianos. En este contexto, su obra poética se convirtió en una respuesta al entorno moderno, con su carga emocional y su visión introspectiva, buscando en los sentimientos humanos una respuesta a los rápidos cambios sociales.

El poeta también estuvo involucrado en la vida pública del país, desempeñando cargos importantes, como el de director del Instituto Colombiano de Cultura. Su capacidad para integrar su labor intelectual y cultural con la administración pública le permitió tener un impacto directo en la política cultural de Colombia, contribuyendo a la consolidación de instituciones que promovieran el desarrollo cultural y literario del país.

Últimos Años y Reconocimiento Internacional

A medida que pasaron los años, la obra de Jorge Rojas fue reconocida no solo en Colombia, sino también en el ámbito internacional. A pesar de que su estilo poético siempre estuvo alejado de las corrientes vanguardistas y de los movimientos de renovación literaria, su obra continuó siendo apreciada por su belleza formal y su carga emocional. La publicación de diversas recopilaciones de su obra, como Suma poética (1939-1976) y Obras completas (Madrid: Cultura Hispánica, 1978), contribuyó a consolidar su legado como uno de los poetas más importantes de Colombia en el siglo XX.

Jorge Rojas murió en 1995, dejando una huella profunda en la literatura colombiana. Su obra continúa siendo un referente de la poesía lírica, simbolista y romántica, que marcó una época de cambios en Colombia. Aunque su estilo no se ajustó a las modas más modernas, su capacidad para captar la esencia de la naturaleza humana y su amor por la tradición literaria lo han asegurado un lugar prominente en la historia de la poesía hispanoamericana.

El Legado de Jorge Rojas en la Literatura y la Cultura Colombiana

Hoy en día, el legado de Jorge Rojas sigue siendo un pilar fundamental dentro de la literatura colombiana. Su contribución a la poesía y a la traducción literaria dejó una marca indeleble en las generaciones posteriores de escritores colombianos, quienes lo ven como una figura clave en el proceso de consolidación de la identidad literaria del país. Su obra no solo sigue siendo leída y estudiada en Colombia, sino que también se ha convertido en un referente para los estudios literarios de América Latina. A través de sus versos, Jorge Rojas logró capturar la esencia de un país que, al igual que su poesía, se encontraba en un proceso de transformación, buscando siempre en su pasado las respuestas para entender su futuro.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Jorge Rojas (1911–1995): Poeta, Dramaturgo y Creador de una Poesía de Sensibilidad Clásica". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/rojas-jorge [consulta: 28 de septiembre de 2025].