Marcos Redondo (1893-1976). El barítono español que brilló en la ópera y zarzuela
Marcos Redondo (1893-1976). El barítono español que brilló en la ópera y zarzuela
Marcos Redondo (1893-1976) es una figura destacada de la lírica española del siglo XX. Nacido en Pozoblanco, Córdoba, su vida estuvo marcada por una carrera intensa y prolífica que le permitió conquistar los escenarios más prestigiosos del mundo de la ópera y zarzuela. Con una voz que combinaba la potencia y la pureza, Redondo se erigió como uno de los cantantes líricos más sobresalientes, dejando una huella imborrable en la historia de la música española.
Orígenes y contexto histórico
Marcos Redondo nació en el seno de una familia humilde el 24 de noviembre de 1893. La muerte de su padre llevó a que, siendo aún muy joven, se trasladara a vivir con sus abuelos en Ciudad Real. Fue en esta ciudad donde comenzó a mostrar su inclinación por la música, participando en el coro de la catedral local. Estas primeras experiencias musicales fueron fundamentales para su desarrollo artístico, ya que en su adolescencia ya estaba comenzando a dar sus primeros pasos en el mundo de la música y el canto.
La España de principios del siglo XX vivió un periodo de transición política y social. En la cultura, la ópera y la zarzuela se mantenían como géneros muy apreciados, especialmente en la capital, Madrid, y en otras grandes ciudades como Barcelona. Fue en este contexto donde Redondo encontró su lugar. Con una voz que destacaba por su timbre y capacidad técnica, comenzó a abrirse paso en el competitivo mundo de la lírica española.
Logros y contribuciones
Marcos Redondo desarrolló una carrera de más de tres décadas en la que fue aclamado tanto en el ámbito nacional como internacional. Uno de los aspectos que hizo tan especial a este barítono fue su capacidad para interpretar con brillantez tanto en la ópera como en la zarzuela, géneros que tienen requisitos vocales y dramáticos muy diferentes, pero que Redondo dominaba con maestría.
El inicio de su carrera operística se remonta a sus años en Madrid, donde ingresó en el Conservatorio y recibió formación de grandes maestros. Uno de los más destacados fue Ignacio Tabuyo, un prestigioso educador de voces que tuvo una gran influencia en su desarrollo vocal. En 1915, Redondo debutó en el Teatro Real de Madrid con un papel secundario en La Traviata, una de las obras más emblemáticas de la ópera italiana. A partir de allí, su carrera comenzó a despegar, y en 1919 ya se presentó en el Gran Teatro de Madrid en la parte de Germont.
Redondo también pasó tiempo en Italia, donde estudió con los maestros Franceschi y Bettinelli, y participó en una serie de conciertos que le permitieron afianzar su renombre. En 1923, debutó en el Liceo de Barcelona con Manon Lescaut de Puccini, una obra que se convirtió en una de sus interpretaciones más memorables. A lo largo de los años, su repertorio operístico creció, abarcando títulos como La favorita, Los Payasos, Il piccolo Marat y Carmen. En este último, compartió escenario con la famosa mezzosoprano Conchita Supervia y el tenor Antonio Cortis, quienes fueron compañeros de grandes momentos musicales.
A pesar de su éxito en la ópera, fue la zarzuela el género que lo consolidó como una estrella en el firmamento musical español. En 1924, el empresario José Gisbert lo convenció para probar suerte en la zarzuela, y el resultado fue un éxito rotundo. Su debut en El dictador en el Teatro Novedades marcó el inicio de una etapa que lo llevaría a convertirse en una de las figuras más destacadas de este género. A lo largo de los años, Redondo interpretó en obras como La calesera de Francisco Alonso, y estrenó varias piezas importantes de los compositores más destacados del momento, como Luis Almodóvar, con quien trabajó en La tabernera del puerto en 1936, y Katiuska de José Antonio Sorozábal en 1931.
Entre sus logros más significativos en la zarzuela se encuentran también los estrenos de Black el payaso en 1942, en el Teatro Coliseum de Barcelona, y El gaitero de Gijón de Romo. Además, su participación en el estreno de El cantar del arriero junto a Selica Pérez Carpio destacó como otro de sus grandes momentos en el género.
Momentos clave
Durante su carrera, Redondo vivió diversos momentos clave que lo consolidaron como una de las figuras más relevantes en la lírica española. Uno de los hitos más importantes fue su incursión en la zarzuela, un género que vivía una época dorada en España. Su entrada en el Teatro Novedades en 1924 marcó un antes y un después en su trayectoria, ya que a partir de ahí se convirtió en un referente en la escena lírica española.
A lo largo de los años, Redondo interpretó numerosas zarzuela y óperas, y su voz se caracterizó por una notable versatilidad, pudiendo adaptarse a diversos tipos de papeles. Además de sus múltiples giras por Italia, España y América Latina, fue especialmente aclamado en Barcelona, Madrid y en otros importantes escenarios de su época, como el Liceo, el Teatro Real y el Teatro Rialto de Madrid.
Otro momento clave en su carrera fue su participación en varias estrenos de obras emblemáticas. En 1931, protagonizó Katiuska, una zarzuela que se estrenó en el Teatro Rialto de Madrid. A lo largo de los años 30 y 40, su nombre estuvo asociado a algunas de las zarzuelas más exitosas, como La tabernera del puerto, Black el payaso, y La calesera, esta última dedicada en homenaje al compositor Francisco Alonso.
Redondo también fue reconocido por su capacidad para interpretar roles tanto en la ópera como en la zarzuela, alcanzando la cima de su carrera en los años 40 y 50. En 1957, decidió retirarse con una última actuación en Madrid y Barcelona, poniendo fin a una carrera que había abarcado más de treinta años.
Relevancia actual
A pesar de que Marcos Redondo se retiró en 1957 y falleció en 1976, su legado sigue vivo en la memoria colectiva de la música española. Su habilidad para mezclar la potencia vocal con la pureza y la expresividad, junto con su presencia escénica, lo convierten en una figura ejemplar para las nuevas generaciones de cantantes líricos.
Hoy en día, Redondo es recordado como uno de los pilares de la zarzuela española, un género que, en su época, gozó de un auge sin precedentes. Su influencia perdura, no solo en la lírica española, sino también en el contexto internacional, ya que su estilo y repertorio fueron tan apreciados fuera de España como en su tierra natal.
Con más de 360 zarzuelas interpretadas en un solo año y un repertorio operístico de gran diversidad, Marcos Redondo sigue siendo un referente fundamental para los cantantes de ópera y zarzuela. Su legado ha trascendido el tiempo, y su nombre permanece asociado a los más altos estándares de calidad vocal y artística.
Marcos Redondo, el barítono que enamoró a audiencias de todo el mundo, continúa siendo una figura clave en la historia de la música española.
MCN Biografías, 2025. "Marcos Redondo (1893-1976). El barítono español que brilló en la ópera y zarzuela". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/redondo-marcos [consulta: 28 de septiembre de 2025].