Mary Ellen Moylan (1926-VVVV). La destacada bailarina estadounidense que brilló en el Ballet Clásico
Mary Ellen Moylan, nacida en 1926 en Cincinnati, Ohio, se destacó como una de las grandes figuras del ballet clásico estadounidense. Su vida estuvo marcada por una impresionante carrera que incluyó su participación en compañías de renombre, trabajos junto a destacados coreógrafos y una evolución constante en su formación artística. Desde sus primeros estudios en Florida hasta su consagración en el Ballet Russe de Monte Carlo, Moylan dejó una huella imborrable en la historia del ballet.
Orígenes y contexto histórico
Mary Ellen Moylan nació en una época en la que el ballet estaba experimentando una transformación significativa. En 1926, las artes escénicas vivían en un mundo en el que los estilos clásicos de ballet empezaban a fusionarse con las nuevas influencias modernas. En este contexto, Moylan creció en una familia que valoraba las artes, y desde temprana edad se interesó por la danza. A los 12 años, su formación comenzó en San Petersburgo, Florida, bajo la tutela de Alice Young. A pesar de ser aún una joven promesa, su dedicación y talento le abrieron las puertas para continuar su formación en la prestigiosa School of American Ballet de Nueva York en 1940, donde su carrera despegó rápidamente.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Moylan tuvo una serie de logros que consolidaron su reputación como una de las principales bailarinas de su tiempo. Su debut en 1942 con la New Opera Company de Nueva York marcó el inicio de una etapa brillante. En esta compañía, estrenó obras como Pas de Trois For Piano and Two Dancers (1942) y Rosalinda, en las que tuvo la oportunidad de trabajar bajo la dirección de George Balanchine, uno de los coreógrafos más influyentes de la historia del ballet. Esta colaboración con Balanchine fue fundamental para el desarrollo de su carrera, ya que participó en una serie de ballets clave que marcaron su éxito.
Colaboraciones con figuras clave
El trabajo de Moylan con otros artistas también fue esencial en su carrera. Durante su tiempo en el Ballet Russe de Monte Carlo, en 1943, fue parte de los nuevos ballets de Balanchine, destacándose en producciones como Danses Concertantes (1944) y Le Bourgeois Gentilhomme (1944). Estas obras no solo pusieron a Moylan en el centro de la escena, sino que también le permitieron consolidar su talento y técnica en un entorno de alto nivel. Además, participó en The Four Temperaments (1946) y Divertimento (1947), dos piezas fundamentales de Balanchine que le dieron mayor notoriedad dentro del mundo del ballet clásico.
Momentos clave
Uno de los momentos más relevantes de la carrera de Mary Ellen Moylan ocurrió entre 1955 y 1957, cuando ocupó el rango de primera bailarina en el Metropolitan Opera Ballet. Durante estos años, su presencia en el escenario fue una de las más destacadas, y su trabajo en el Ballet Theatre y otras compañías consolidó su estatus como una de las figuras más importantes de su generación. Además de su participación en el ballet clásico, Moylan también incursionó en el mundo de las comedias musicales, con participaciones en obras como The Day Before Spring, una pieza de Antony Tudor, y The Chocolate Soldier, de George Balanchine.
Obras destacadas
Entre las obras más representativas de Moylan, se encuentran las siguientes:
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Pas de Trois For Piano and Two Dancers (1942) – Un ballet que permitió a Moylan mostrarse como una intérprete única, trabajando junto a otros bailarines de la talla de José Limón.
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Rosalinda (1942) – Un ballet que le permitió brillar junto a José Limón, bajo la dirección de Balanchine.
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Danses Concertantes (1944) – Una de las obras clave de Balanchine en la que Moylan interpretó un papel principal.
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Le Bourgeois Gentilhomme (1944) – Otra producción emblemática de Balanchine que marcó un hito en la historia del ballet moderno.
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The Four Temperaments (1946) y Divertimento (1947) – Obras que reforzaron su reputación en el Ballet Society y el Ballet Russe de Monte Carlo.
Relevancia actual
A pesar de que Mary Ellen Moylan se retiró de los escenarios después de su matrimonio, su legado sigue presente en el mundo del ballet. Su carrera fue fundamental para abrir el camino a futuras generaciones de bailarinas y bailarines, quienes han seguido su ejemplo de dedicación y excelencia técnica. Moylan no solo fue una bailarina de gran talento, sino también una mujer que formó parte de los momentos más relevantes de la danza estadounidense. Su nombre sigue siendo recordado en las principales escuelas y compañías de ballet, y su contribución al ballet clásico sigue siendo una fuente de inspiración.
La influencia de coreógrafos como Balanchine
El impacto de Moylan fue innegablemente influenciado por su colaboración con algunos de los más grandes coreógrafos de su tiempo, especialmente George Balanchine. La oportunidad de trabajar junto a él y de interpretar sus obras más emblemáticas permitió a Moylan estar a la vanguardia de la danza moderna. A lo largo de su carrera, Balanchine fue el gran referente que guió a la bailarina en su desarrollo artístico, y su legado está ligado al suyo en muchas de las piezas más conocidas del repertorio clásico.
El paso de Moylan por compañías como el Ballet Russe de Monte Carlo y el Ballet Theatre es otro de los aspectos que la convierte en una figura clave dentro de la historia de la danza, habiendo dejado su huella en diversas producciones importantes que marcaron la evolución del ballet clásico estadounidense.
Bibliografía
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C. Paris / J. Bayo.
MCN Biografías, 2025. "Mary Ellen Moylan (1926-VVVV). La destacada bailarina estadounidense que brilló en el Ballet Clásico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/moylan-mary-ellen [consulta: 29 de septiembre de 2025].