Camilo Mori Serrano (1896-1973): El pintor chileno que marcó una era de constante búsqueda estética

Camilo Mori Serrano

Camilo Mori Serrano (1896-1973) es considerado uno de los más importantes pintores chilenos del siglo XX. Su obra abarca una gran diversidad de estilos y tendencias que le permitieron destacarse a nivel internacional. Con una carrera artística que se desarrolló en distintas etapas, Mori se convirtió en una figura fundamental de la pintura en Chile, llevando a cabo una constante renovación en su estilo y adentrándose en diversos movimientos vanguardistas. A lo largo de su vida, Mori dejó una huella imborrable en el arte chileno, destacando no solo por su técnica, sino también por su capacidad para captar las emociones humanas a través del color y la forma.

Orígenes y contexto histórico

Camilo Mori nació en Valparaíso el 24 de septiembre de 1896, hijo de Luis Mori Alleanti, un inmigrante italiano, y Clara Serrano. Su familia fue clave en su desarrollo artístico, especialmente su hermano, quien era aficionado a la acuarela y percibió el talento innato de Camilo desde temprana edad. En sus primeros lienzos, Mori plasmó la dinámica vibrante de Valparaíso, su ciudad natal, influenciado por el entorno portuario y urbano que lo rodeaba.

A pesar de los intentos de su padre de orientarlo hacia una carrera más «práctica», Camilo decidió seguir su verdadera vocación: el arte. Luego de terminar sus estudios en el Liceo de Valparaíso, se trasladó a Santiago para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde comenzó a formarse como pintor. Fue allí donde conoció al español Fernando Álvarez de Sotomayor, quien dejó una marca profunda en su estilo al introducirle a los grandes maestros como Goya y Velázquez. Además, Álvarez de Sotomayor despertó en Mori su interés por otros artistas como Julio Romero de Torres e Ignacio Zuloaga, cuyas influencias se hicieron notar en sus primeras obras.

Logros y contribuciones

Influencia del realismo y la vanguardia

El estilo inicial de Mori se acercaba al realismo romántico, pero su búsqueda por nuevas formas de expresión lo llevó a experimentar con diversos movimientos vanguardistas, como el cubismo y el costumbrismo nacionalista. Su formación en la Escuela de Bellas Artes estuvo marcada por la interacción con grandes maestros chilenos, entre ellos Alberto Valenzuela Llanos y Juan Francisco González, líder de la denominada Generación del 20. Esta generación se caracterizó por una fuerte búsqueda de nuevas expresiones artísticas y Mori fue uno de sus principales exponentes.

Viaje a Europa y descubrimientos artísticos

En 1920, gracias a una pensión otorgada por el gobierno chileno, Camilo Mori viajó a Europa, donde tuvo la oportunidad de empaparse de las más importantes vanguardias artísticas de la época. Su estancia en París fue fundamental, ya que conoció de cerca los movimientos expresionistas, fauvistas y postimpresionistas. A través de su participación en el Salón de Otoño y su relación con otros artistas de la época, como el cubista Juan Gris, Mori comenzó a definir su propio camino artístico. Durante su estancia en Italia, tuvo la oportunidad de admirar la obra de Cézanne en la Bienal de Venecia, lo que profundizó su interés por los nuevos caminos de la pintura.

De esta época en Europa datan algunas de sus obras más significativas, como El circo de la feria (1921) y El boxeador (1923), donde se nota una clara influencia del expresionismo. A su regreso a Chile, Mori se unió al Grupo de Montparnase, junto a otros artistas como Luis Vargas Rosas, Henriette Petit, Manuel Ortíz de Zárate y José Perotti. El grupo fue clave para la evolución de la pintura chilena, ya que intentaron romper con el romanticismo criollo y explorar nuevas formas de expresión pictórica.

Reconocimiento y madurez artística

A pesar de su ruptura con el Grupo de Montparnase por razones personales, Mori continuó su carrera artística con una gran pasión por la búsqueda de nuevas formas de pintura. En 1928, fue nombrado subdirector del Museo de Bellas Artes de Santiago, aunque su permanencia en el cargo fue breve debido a su nuevo viaje a Europa como inspector de la delegación chilena en el viejo continente.

Su estampa en Europa continuó siendo determinante para su evolución artística. A finales de los años 30, su trabajo comenzó a adoptar características surrealistas, influenciado por su estancia en Estados Unidos, donde pasó dos años y exploró las pinturas metafísicas de Giorgio de Chirico. Su contacto con estos movimientos le permitió profundizar en un enfoque más subjetivo y onírico, explorando temas como los sueños y los deseos humanos.

Momentos clave en la carrera de Camilo Mori

  1. 1920: Primer viaje a Europa, donde conoció las vanguardias artísticas y empezó a experimentar con el expresionismo.

  2. 1928: Nombramiento como subdirector del Museo de Bellas Artes de Santiago.

  3. 1931: Viaje a Buenos Aires, donde conoció a artistas como Leonardo Starico y se reencontró con antiguos colegas de París.

  4. 1933: Regreso a Chile y su nombramiento como profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile.

  5. 1939: Participación en la Feria Mundial de Nueva York, donde pintó el mural del Pabellón de Chile.

  6. 1940: Primer premio en el Salón Oficial, consolidándose como uno de los grandes artistas chilenos de la época.

  7. 1950: Concesión del premio Nacional de Arte, un hito en su carrera.

  8. 1957: Segundo viaje a Europa, donde su estilo se ve influenciado por el expresionismo abstracto.

Relevancia actual

La obra de Camilo Mori sigue siendo un referente clave en la pintura chilena. Su capacidad para adaptarse a nuevas corrientes y su incansable búsqueda de la belleza a través del color y la forma lo convierten en una figura central dentro de la historia del arte en Chile. A lo largo de su vida, Mori participó en numerosas exposiciones tanto en Chile como en el extranjero, y su legado perdura en las colecciones de importantes museos y galerías de arte.

A través de su trabajo, Mori dejó una profunda influencia en las generaciones posteriores de artistas chilenos, quienes continuaron explorando y desarrollando los movimientos que él contribuyó a consolidar en el país. Su obra se caracteriza por la exploración de la figura humana, en especial la figura femenina, a la que dotó de misterio y una expresividad única, como se puede ver en sus retratos de Maruja Vargas, Señora y La Viajera.

La técnica de Mori, su sensibilidad al color y su fascinación por los temas metafísicos continúan siendo estudiadas y admiradas por críticos de arte y nuevos artistas que buscan comprender la complejidad de su producción artística.

Algunas de sus obras más destacadas:

  • Retrato de Maruja Vargas

  • Retrato de Señora

  • La Viajera

  • Mujer en azul

  • Pincoy

  • El carrusel

  • La noche

La obra de Mori sigue siendo objeto de exposiciones y estudios, y su contribución al arte chileno es reconocida a nivel internacional, consolidándose como uno de los pilares de la pintura moderna en Chile.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Camilo Mori Serrano (1896-1973): El pintor chileno que marcó una era de constante búsqueda estética". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mori-serrano-camilo [consulta: 28 de septiembre de 2025].