Mesonero Romanos, Ramón de (1803-1882). El cronista que inmortalizó el Madrid de su tiempo
Ramón de Mesonero Romanos (1803-1882) fue una de las figuras más relevantes del panorama literario y periodístico español del siglo XIX. Con su aguda observación de la vida madrileña y su contribución al costumbrismo romántico, se consolidó como un cronista indispensable de la historia de Madrid. Nacido en la capital de España, Mesonero dejó un legado literario que sigue siendo un referente para conocer la transformación social, cultural y urbana de la ciudad durante las primeras décadas de la monarquía isabelina.
Orígenes y contexto histórico
Ramón de Mesonero Romanos nació en Madrid en 1803, hijo de Matías Mesonero, un comerciante acomodado, y Teresa Romanos. A pesar de provenir de una familia con recursos, su formación académica no fue superior. Se educó principalmente mediante la observación directa y el contacto con diversas corrientes intelectuales de su tiempo. La falta de estudios formales no impidió que Mesonero se forjara una notable cultura, sobre todo a través de su participación en tertulias literarias y su constante lectura de autores tanto nacionales como extranjeros.
La sociedad española vivía en una época de grandes transformaciones políticas y sociales. Los cambios derivados de la invasión napoleónica y la posterior restauración de Fernando VII marcaron profundamente la historia de la España de principios del siglo XIX. En este contexto, Madrid, como capital del país, experimentó una transformación tanto urbanística como social que se reflejó en la obra de Mesonero.
Logros y contribuciones
Pionero del costumbrismo romántico
Mesonero es reconocido como uno de los grandes impulsores del costumbrismo romántico. A través de sus escritos, logró captar la esencia de la vida cotidiana de Madrid, especialmente de las clases populares, reflejando sus costumbres, fiestas y tradiciones. Su mirada aguda y detallada de la vida madrileña le permitió dar una imagen rica y variada de la ciudad, a la vez que ofreció una crítica sutil a la sociedad de su tiempo.
Su primera gran obra como escritor fueron los artículos titulados Mis ratos perdidos (1821), en los que recopiló, en un tono ameno y accesible, las costumbres de Madrid durante los años 1820 y 1821. Publicados en francés y posteriormente traducidos por el propio autor, estos escritos marcaron el inicio de su carrera literaria y su vinculación con la ciudad que sería su constante fuente de inspiración.
La fundación del Semanario Pintoresco Español
En 1836, Mesonero fundó y comenzó a editar el Semanario Pintoresco Español, una publicación periódica que se convirtió en una referencia crucial para conocer la vida de Madrid durante la primera mitad del siglo XIX. En ella, además de sus propios textos, incluía crónicas sobre las sesiones del Ateneo y del Liceo, dos de las instituciones más importantes de la ciudad en esa época. En este semanario, Mesonero plasmó una amplia variedad de temas, desde la crítica literaria hasta el análisis social, todo ello desde una perspectiva costumbrista y literaria que captaba las transformaciones de la sociedad española.
Su vinculación con el Ateneo de Madrid
Mesonero también tuvo un papel relevante en la cultura madrileña a través de su vinculación con el Ateneo de Madrid, fundado en 1835. Fue uno de los miembros fundadores de esta institución y desempeñó diversos cargos, incluyendo el de secretario y bibliotecario. La creación de esta institución se dio en un momento clave de la historia española, marcado por la lucha por la libertad de expresión y la reforma social. A través de su participación en el Ateneo, Mesonero contribuyó a la consolidación de este espacio como uno de los principales centros de la vida intelectual de Madrid.
Momentos clave en su vida y obra
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Inicios como escritor (1821): Mesonero comienza su carrera literaria con la publicación de Mis ratos perdidos, donde establece el tono costumbrista que caracterizará toda su obra.
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Fundación del Semanario Pintoresco Español (1836): Esta publicación se convierte en su principal plataforma para la difusión de sus escritos sobre la vida madrileña.
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Nombramiento en el Ateneo de Madrid (1835): Su implicación en la creación del Ateneo marca su vínculo con la elite intelectual de la época.
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Publicación de El antiguo Madrid (1861): Con esta obra, Mesonero consolidó su figura como cronista histórico de la ciudad, describiendo con minuciosidad los cambios urbanísticos y sociales que Madrid había experimentado.
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Reconocimiento institucional (1839): Fue nombrado Académico de la Lengua Española y recibió la Gran Cruz de Carlos III, lo que consolidó su prestigio.
Relevancia actual
La obra de Mesonero Romanos sigue siendo un referente en el estudio de la historia urbana y social de Madrid. Su capacidad para retratar la vida cotidiana de la ciudad, sus costumbres, y la evolución de la sociedad a través de una mirada costumbrista y detallada lo convierten en una figura clave no solo para la literatura, sino también para la historiografía española.
Además, sus textos continúan siendo una fuente inestimable para comprender las transformaciones de Madrid durante el siglo XIX. La riqueza de su descripción de los espacios urbanos, las tradiciones populares y las costumbres madrileñas lo han convertido en una figura esencial para el estudio de la cultura española de su tiempo. Obras como Manual de Madrid (1831) y El antiguo Madrid (1861) siguen siendo leídas y estudiadas, ya que ofrecen una visión única de la capital española en una época de grandes cambios.
Su visión del romanticismo
A pesar de que Mesonero fue parte del movimiento romántico, no compartió todas las características de esta corriente. De hecho, se mostró crítico con ciertos aspectos del romanticismo, especialmente con sus formas más exageradas y fantásticas. En su ensayo El romanticismo y los románticos (1837), Mesonero distingue entre dos tipos de romanticismo: el histórico, relacionado con la Edad Media y las grandes gestas del pasado, y el romántico más moderno, ligado a la imaginación y la fantasía.
Este enfoque le permitió desarrollar una obra equilibrada, que recogía lo mejor de la tradición literaria española, como el teatro clásico de autores como Tirso de Molina, Lope de Vega o Calderón de la Barca, mientras se abría a las influencias extranjeras, como la de autores como Victor de Jouy, Walter Scott o D’Arlincourt.
Un legado inmortal
A lo largo de su vida, Mesonero se dedicó no solo a escribir sobre los cambios sociales y urbanos de Madrid, sino también a preservar y divulgar la tradición literaria española. Su obra tuvo una gran influencia en su época y sigue siendo un punto de referencia fundamental para los estudios sobre el costumbrismo y el romanticismo en la literatura española. La descripción detallada de las costumbres madrileñas y la crítica sutil a los aspectos más negativos de la sociedad de su tiempo le han asegurado un lugar destacado en la historia literaria de España.
Obras más destacadas de Ramón de Mesonero Romanos
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Mis ratos perdidos (1821)
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La señora de protección y escuela de pretendientes (1827)
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Manual de Madrid (1831)
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El antiguo Madrid (1861)
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Escenas matritenses (1842)
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Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid (1880)
A través de su obra, Mesonero Romanos dejó una huella profunda en la literatura y la cultura españolas, que perdura hasta el día de hoy. Su capacidad para capturar la esencia de Madrid en un momento crucial de su historia lo convierte en una figura clave del siglo XIX español.
MCN Biografías, 2025. "Mesonero Romanos, Ramón de (1803-1882). El cronista que inmortalizó el Madrid de su tiempo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mesonero-romanos-ramon-de [consulta: 2 de octubre de 2025].