Francisco Javier Matís (ca. 1762-1851): El pionero botánico y pintor colombiano que dejó una huella en la ciencia y el arte
Francisco Javier Matís, nacido en Guaduas, Cundinamarca, Colombia, entre 1762 y 1774, es reconocido como uno de los más destacados botánicos y pintores de su tiempo. Su legado, forjado en la intersección de la ciencia y el arte, ha dejado una profunda huella en el campo de la botánica y la pintura científica. Formado bajo la tutela de grandes maestros como José Celestino Mutis, Matís jugó un papel fundamental en la Expedición Botánica de Nueva Granada, contribuyendo significativamente al estudio de la flora de la región, al mismo tiempo que desarrollaba un estilo artístico único y preciso en la representación de plantas. A lo largo de su vida, Matís combinó su pasión por la botánica con un notable altruismo, dedicando sus descubrimientos y conocimientos a la mejora de la sociedad, especialmente de los más necesitados.
Orígenes y contexto histórico
Francisco Javier Matís nació en Guaduas, un municipio en el corazón de Cundinamarca, Colombia, en una fecha que varía según las fuentes, entre 1762 y 1774. Su formación en botánica y pintura comenzó bajo la supervisión de José Celestino Mutis, un renombrado científico español que lideraba la Expedición Botánica de Nueva Granada. La expedición, que comenzó en 1783 en Mariquita, fue uno de los proyectos más importantes de la época, con el objetivo de estudiar y catalogar la flora de la región. Matís se unió a este ambicioso proyecto a una edad temprana, y a lo largo de los años, se convirtió en un miembro destacado del equipo, dedicándose especialmente a la ilustración botánica.
El entorno histórico en el que Matís vivió fue clave para su desarrollo. En el siglo XVIII, Colombia estaba inmersa en la época del virreinato, un período marcado por la influencia de la ciencia europea y las iniciativas científicas locales que buscaban elevar el conocimiento naturalista del país. La labor de científicos como José Celestino Mutis fue crucial para el establecimiento de bases sólidas en la botánica colombiana, y Matís fue uno de los pilares en este proceso.
Logros y contribuciones
Matís fue un pionero en varias áreas, no solo como pintor botánico, sino también como investigador en el campo de la medicina natural. Su obra está marcada por la precisión científica y la belleza artística, lo que le permitió crear láminas detalladas de plantas y flores que siguen siendo referencia hasta el día de hoy. A lo largo de su vida, Matís firmó 215 de las 5.393 láminas que conforman la Flora del Nuevo Reino de Granada, una obra monumental que describió la flora de Colombia.
Una de las contribuciones más significativas de Matís fue su investigación sobre las propiedades curativas del guaco, una planta americana conocida por sus virtudes antiofídicas. En 1788, Matís descubrió el antídoto contra el veneno de la serpiente Mikania o Guaco. En su afán por comprobar la efectividad del remedio, Matís se sometió a la mordedura de la serpiente, demostrando la eficacia de la planta para neutralizar el veneno. Este acto de valentía y dedicación refleja el carácter altruista de Matís, que no dudaba en arriesgar su vida en beneficio del bienestar de los demás.
Momentos clave
1783: Ingreso a la Expedición Botánica de Nueva Granada
En 1783, Matís se unió a la Expedición Botánica de Nueva Granada, una de las iniciativas científicas más importantes del siglo XVIII. A partir de ese momento, se dedicó a la ilustración de plantas y flores, contribuyendo de manera significativa a la catalogación de la flora de la región. Su talento como pintor botánico fue reconocido rápidamente, y sus ilustraciones comenzaron a formar parte de la Flora del Nuevo Reino de Granada, un ambicioso proyecto dirigido por José Celestino Mutis.
1788: Descubrimiento del antídoto contra el veneno de la serpiente Mikania
En 1788, Matís realizó uno de sus descubrimientos más notables: el antídoto contra el veneno de la serpiente Mikania. Su investigación sobre las propiedades curativas del guaco lo llevó a experimentar con la planta, y fue él mismo quien se provocó la mordedura de la serpiente para verificar la eficacia del remedio. Este descubrimiento no solo fue un avance científico, sino también un acto de valentía y dedicación a la ciencia.
1794: Investigaciones sobre pasifloras
En 1794, Matís se dedicó a una de sus principales pasiones: el estudio y la ilustración de las pasifloras, un género de plantas tropicales que, además de sus propiedades medicinales, son conocidas por sus hermosas flores. Su trabajo sobre las pasifloras fue una de sus mayores contribuciones tanto en el ámbito artístico como científico, ya que sus representaciones precisas de estas flores fueron fundamentales para el conocimiento de las mismas.
Colaboración con Alexander von Humboldt
Durante su carrera, Matís tuvo la oportunidad de colaborar con algunos de los más grandes científicos de su época. Uno de los encuentros más significativos fue con Alexander von Humboldt, un renombrado naturalista y geógrafo alemán. Junto a Humboldt y su compañero Aimé Bonpland, Matís exploró y documentó diversas especies de plantas. En honor a su colaboración, Humboldt nombró a una planta con el nombre de Matís: la Matizia Cordata, una especie que perdura como homenaje a la labor del pintor colombiano.
1840-1848: Director del Observatorio Astronómico de Bogotá
A lo largo de su vida, Matís también se interesó por la astronomía, y en 1840 fue nombrado director del Observatorio Astronómico de Bogotá, cargo que desempeñó hasta 1848. Su tiempo en el observatorio le permitió ampliar sus horizontes científicos y consolidarse como una figura clave en el campo de la ciencia colombiana.
Relevancia actual
El legado de Francisco Javier Matís sigue vigente en la actualidad, tanto en el ámbito científico como artístico. Sus contribuciones a la botánica, especialmente sus estudios sobre las plantas antiofídicas y su trabajo como pintor botánico, son fundamentales para el conocimiento de la flora de Colombia y otras regiones de América Latina. Además, su figura se ha consolidado como un símbolo de dedicación y altruismo, ya que dedicó gran parte de su vida a la enseñanza y al bienestar de los más necesitados.
En el campo artístico, las ilustraciones de Matís continúan siendo un referente en la pintura científica, y su estilo sigue siendo admirado por su precisión y belleza. La Flora del Nuevo Reino de Granada, en la que Matís desempeñó un papel fundamental, sigue siendo una de las obras más importantes en la historia de la botánica.
A nivel científico, el reconocimiento de Matís como un pionero en la investigación de las plantas medicinales y su trabajo en el campo de la medicina natural siguen siendo relevantes en los estudios botánicos contemporáneos. Además, su relación con figuras tan importantes como Alexander von Humboldt ha contribuido a la internacionalización de su legado, consolidando a Matís como una de las figuras más destacadas de la ciencia y el arte en América Latina.
Obras destacadas de Francisco Javier Matís:
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Ilustraciones de la Flora del Nuevo Reino de Granada.
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Estudios sobre las propiedades del guaco como antídoto contra el veneno de serpientes.
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Investigaciones y representaciones de diversas especies de pasifloras.
El trabajo de Matís no solo contribuyó al avance de la ciencia en su época, sino que también dejó un legado que sigue siendo estudiado y admirado hasta nuestros días. Su vida y obra son un testimonio del compromiso con la ciencia, el arte y el bienestar de la sociedad, valores que continúan inspirando a nuevas generaciones de científicos y artistas.
MCN Biografías, 2025. "Francisco Javier Matís (ca. 1762-1851): El pionero botánico y pintor colombiano que dejó una huella en la ciencia y el arte". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/matis-francisco-javier [consulta: 18 de octubre de 2025].