Joris Ivens (1898-1989): El documentalista que cruzó fronteras con su cámara

Joris Ivens (1898-1989), uno de los cineastas más destacados del siglo XX, dejó una huella imborrable en la historia del cine documental. Su trabajo no solo fue un testimonio de los momentos cruciales de su época, sino también una plataforma para los movimientos políticos y sociales a los que se sintió profundamente vinculado. A través de su cámara, Ivens recorrió el mundo, desde la España de la Guerra Civil hasta los campos de batalla de Vietnam, con el objetivo de capturar la realidad cruda y transformadora de los eventos que definieron su tiempo.
Orígenes y contexto histórico
Nacido el 18 de noviembre de 1898 en Nimega, Holanda, Joris Ivens creció en una familia que lo introdujo en el mundo de la fotografía. Su padre, un comerciante de aparatos fotográficos, le proporcionó su primera cámara, con la que comenzó a experimentar a una edad temprana. A los trece años, Ivens ya había rodado su primer cortometraje amateur titulado La flecha ardiente. Aunque comenzó sus estudios en Economía en Rotterdam y más tarde en Química en la Universidad de Charlottenbourg, su verdadera pasión era la fotografía y el cine, lo que lo llevó a explorar y desarrollar sus habilidades en esta área.
En la década de 1920, Ivens regresó a la empresa paterna y comenzó a involucrarse en el movimiento cineclubista que emergía en Europa, lo que lo conectó con las tendencias vanguardistas de la época. Sus primeros trabajos, como El puente y La lluvia, fueron claramente influenciados por el experimentalismo y el deseo de capturar la realidad desde perspectivas innovadoras y no convencionales.
Logros y contribuciones
A finales de los años 20, Joris Ivens viajó a la antigua URSS, donde se encontró con algunos de los cineastas más influyentes de la época. Este viaje marcó un antes y un después en su carrera, ya que adoptó una postura ideológica que lo acompañaría a lo largo de toda su vida. El contacto con la revolución soviética influyó fuertemente en su estilo y contenido cinematográfico, lo que se reflejó en trabajos como Construimos y Sinfonía industrial, que eran manifiestamente de corte socialista y de apoyo al comunismo.
A lo largo de su carrera, Ivens no solo se dedicó a documentar los movimientos obreros y las luchas sociales, sino también a llevar sus ideas a un público global. En 1936, se trasladó a Estados Unidos, donde se unió a importantes intelectuales como Ernest Hemingway, Lillian Hellman, Robert Flaherty y John Dos Passos. Juntos fundaron la sociedad Contemporary Historians, con el propósito de producir un documental sobre la lucha de la República española durante la Guerra Civil, Tierra de España. Este filme, con un presupuesto de apenas 2.000 dólares, se convirtió en uno de los documentos más poderosos sobre el conflicto, estructurándose en torno a dos ejes: la lucha de los milicianos y los movimientos campesinos. La narración fue llevada a cabo por Hemingway, cuya voz se convirtió en la de la resistencia republicana frente al fascismo de Francisco Franco.
El trabajo de Ivens, sin embargo, no se limitó a la Guerra Civil Española. Tras su experiencia en el frente de batalla, donde estuvo en riesgo de ser alcanzado por un disparo, decidió enfocarse en proyectos más tranquilos pero igualmente significativos. En Estados Unidos, dirigió La electrificación y la tierra, un documental didáctico cuyo objetivo era convencer a los granjeros de la importancia de llevar electricidad a sus hogares, resaltando la tecnología como motor de cambio social en el marco del New Deal promovido por el presidente Roosevelt.
Ivens también filmó en Europa del Este, donde se adentró en los países socialistas, y sus trabajos como Los primeros años (Checoslovaquia), La paz vencerá (Polonia) y El canto de los ríos (RDA) dan cuenta de la influencia y el compromiso ideológico que mantuvo a lo largo de su vida con el bloque soviético.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Ivens no solo fue testigo de los grandes momentos históricos de su tiempo, sino que se sumergió en ellos con un enfoque personal y único. Entre sus obras más emblemáticas, destacan las siguientes:
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1937: Tierra de España: Este documental es una de las obras más poderosas de Ivens. La película documenta la resistencia republicana durante la Guerra Civil española, poniendo especial énfasis en la lucha de los milicianos y los campesinos. Fue narrada por Ernest Hemingway, quien aportó su voz al proyecto.
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1940: La electrificación y la tierra: Ivens filmó este documental en Estados Unidos con el fin de promover la electrificación en las zonas rurales, como parte de la política del New Deal que buscaba modernizar y mejorar las condiciones de vida de los granjeros estadounidenses.
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1962: …A Valparaíso: Este trabajo refleja la devastación de la ciudad chilena de Valparaíso, una de las más prósperas de Sudamérica en su época, pero que comenzaba a declinar. Ivens retrató este proceso de ruina y decayó, señalando cómo las revoluciones podrían surgir de estos espacios de descomposición social.
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1965: Paralelo 17: En este filme, Ivens documentó la guerra de Vietnam, destacando la resistencia y organización del pueblo vietnamita frente a la agresión de los Estados Unidos. La película se convierte en una de las más poderosas sobre la guerra y la capacidad de resistencia de un pueblo bajo las bombas.
A lo largo de su carrera, Ivens desarrolló una serie de documentales que reflejaban sus inquietudes políticas y su profunda identificación con las causas sociales. Ya en sus últimos años, colaboró con su esposa, Marceline Loridan, en numerosos proyectos que continuaron su legado de compromiso y testimonio.
Relevancia actual
Joris Ivens sigue siendo una figura clave en el cine documental, especialmente en lo que respecta a la forma en que el cine puede servir como un medio de denuncia social y política. Su estilo de capturar la realidad no solo como un observador, sino como un participante activo en los movimientos que documentaba, lo convierte en una figura indispensable para entender la relación entre cine y política en el siglo XX.
El cine de Ivens ha dejado una marca indeleble en generaciones posteriores de cineastas, especialmente en aquellos comprometidos con el cine social y político. La influencia de su obra se puede ver en documentales contemporáneos que abordan temas como la guerra, la injusticia social y la lucha de clases, utilizando el cine no solo como medio artístico, sino también como una herramienta para la movilización y el cambio social.
A pesar de que su nombre no siempre está tan presente en los círculos mainstream del cine, el impacto de Ivens es indiscutible, especialmente para quienes valoran el poder del cine como testimonio histórico y social.
Entre las figuras más significativas que se vieron involucradas en sus proyectos, destacan personalidades como Ernest Hemingway, Robert Flaherty y John Dos Passos, quienes, a través de sus respectivas contribuciones, ayudaron a dar visibilidad internacional a las luchas que Ivens documentaba. También es importante recordar la figura de Patricio Guzmán, quien en sus primeros años como cineasta se vio influido por Ivens y más tarde se convertiría en una figura clave del nuevo cine chileno.
En reconocimiento a su trabajo, Ivens recibió en 1984 la Medalla de Oro de las Bellas Artes del gobierno español, un homenaje a su incansable labor de testimonio y creatividad.
Joris Ivens sigue siendo una referencia obligada para todo cineasta y estudioso del cine documental que quiera comprender cómo el cine puede cambiar la percepción del mundo y convertirse en una herramienta de lucha y reflexión política.
MCN Biografías, 2025. "Joris Ivens (1898-1989): El documentalista que cruzó fronteras con su cámara". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ivens-joris [consulta: 28 de septiembre de 2025].