Gomes da Costa, Manuel de Oliveira (1863-1929). El militar portugués que desafió el orden republicano

Gomes da Costa

Manuel de Oliveira Gomes da Costa (1863-1929), destacado militar y político portugués, jugó un papel crucial en la historia contemporánea de Portugal, marcando una huella imborrable tanto en los campos de batalla como en las intrincadas luchas políticas que caracterizaron el siglo XX. Nacido en Lisboa el 14 de enero de 1863, su vida estuvo marcada por su dedicación a las armas y su participación activa en la agitada política del país, que culminó con su implicación en la Revolución de 1926. A lo largo de su carrera, Gomes da Costa fue testigo de la transición de una monarquía a una república y de los convulsos períodos que atravesó Portugal en esas primeras décadas del siglo.

Orígenes y contexto histórico

Manuel de Oliveira Gomes da Costa nació en una familia modesta, hijo de un suboficial de origen campesino. A pesar de sus humildes orígenes, se educó en el Colegio Militar, donde desarrolló una sólida formación que lo catapultó a una carrera en el ejército portugués. Desde joven mostró un notable interés por las cuestiones militares, lo que lo llevó a cumplir servicio en diversas colonias portuguesas, como la India en 1893 y más tarde en Mozambique en 1895, donde estuvo bajo las órdenes del comandante Joaquim Mouzinho de Albuquerque.

Durante su estancia en Mozambique, Gomes da Costa se destacó como uno de los colaboradores más cercanos de Mouzinho de Albuquerque, participando no solo en combates, sino también en la administración de la colonia, lo que le permitió afianzar una posición de poder y liderazgo. Fue nombrado gobernador de Gaza en 1897, lo que le permitió tomar decisiones clave en la administración colonial hasta 1906. Fue en esta etapa cuando empezó a ganar notoriedad dentro del ejército y entre las autoridades coloniales.

Logros y contribuciones

A lo largo de su carrera, Gomes da Costa se distinguió por su capacidad estratégica y su liderazgo militar. Ascendido a capitán en 1906, fue designado jefe de gabinete del gobernador general de Mozambique, Freire de Andrade. A pesar de sus contribuciones al éxito de la administración colonial, su carrera dio un giro inesperado con la Revolución de 1910, cuando Portugal pasó de ser una monarquía constitucional a una república.

Aunque Gomes da Costa era monárquico y no apoyó la sublevación republicana, siguió formando parte del ejército y, en 1912, se convirtió en jefe del estado mayor de los ejércitos en Angola. Durante este período, también asumió el mismo cargo en Santo Tomé y Príncipe, lo que le permitió seguir influyendo en los destinos de las colonias portuguesas. Años más tarde, en 1915, asumió el mando de la 1ª División del Cuerpo Expedicionario Portugués (CEP) en la Primera Guerra Mundial. Durante su participación en los frentes de Artois, en Francia, y Flandes, en Bélgica, destacó por su capacidad de mando y su valentía, lo que aumentó su prestigio dentro de las fuerzas armadas.

El final de la guerra y la victoria sobre las fuerzas alemanas le valieron ser ascendido a general y condecorado con la Orden de la Torre y la Espada, una de las distinciones más prestigiosas de Portugal. Sin embargo, su carrera militar no estuvo exenta de controversias, y a pesar de su prestigio, su vida política comenzó a tomar un rumbo más decisivo en los años posteriores.

Momentos clave

La carrera política de Gomes da Costa se vio influida por las profundas divisiones que caracterizaban a Portugal en las primeras décadas del siglo XX. Después de la Primera Guerra Mundial, se unió al Partido Centrista de Antonio Egas Moniz, un político influyente en aquellos años. A pesar de sus diferencias con el nuevo régimen republicano, Gomes da Costa continuó ascendiendo dentro de las filas militares y políticas del país.

En 1921, mientras comandaba la 4ª División Militar de Évora, solicitó la profesionalización de las fuerzas armadas, una medida que no fue bien recibida por los gobernantes republicanos. A pesar de ser encarcelado en varias ocasiones debido a sus críticas a diferentes ministros, su popularidad en el ámbito militar seguía creciendo. Fue enviado a Macao y la India entre 1922 y 1924 como inspector militar, pero su regreso a Portugal en 1925 marcó un nuevo capítulo en su carrera política.

Cercano al Partido Radical de Francisco Cunha Leal, se postuló como candidato a diputado en las elecciones de noviembre de 1925, y más tarde se unió al movimiento conservador Integralismo Lusitano. Fue en este contexto cuando Gomes da Costa se vio involucrado en la Revolución de 1926. Este levantamiento militar, en el que participó activamente, derrocó al gobierno republicano y marcó el inicio de una nueva era en la historia de Portugal. Gomes da Costa, al frente de las fuerzas rebeldes, triunfó en la sublevación de Braga del 28 de mayo de 1926 y entró en Lisboa como líder de la Revolución.

Sin embargo, su permanencia en el poder fue breve. El 9 de julio de 1926, apenas un mes después de haber asumido la jefatura del gobierno, fue derrocado por un golpe de estado liderado por figuras como Óscar Carmona, José Mendes Cabeçadas y João Sinel de Cordes. A pesar de ser ofrecida la presidencia de la República, Gomes da Costa rechazó el cargo, lo que mostró su carácter y su deseo de evitar que se formara un partido en torno a su figura. Posteriormente, fue deportado a Angra do Heroísmo, en las islas Azores.

Relevancia actual

A pesar de los obstáculos y su exilio, la figura de Gomes da Costa continuó siendo relevante para la historia portuguesa. En 1927, tras su exilio, fue nombrado mariscal del ejército, un reconocimiento a su trayectoria militar. Aunque vivió en la pobreza, su figura fue considerada como un símbolo de la Revolución Nacional, que, a lo largo de los años, contribuyó a consolidar el régimen dictatorial del Estado Novo en Portugal.

Gomes da Costa también dejó un legado literario en el ámbito militar. A lo largo de su vida, escribió varios libros que abordaban temas como la guerra en las colonias, la historia de Portugal y las batallas en las que participó. Entre sus obras más destacadas se encuentran Gaza 1897-8 (1898), Portugal en la Guerra (1925), A Guerra nas Colónias (1925), A Batalha de La Lys, Descobrimentos e Conquistas (1927-1928, 3 vols.) y Memórias (1930, póstumas). Estas obras, que abarcan una variedad de temas, fueron publicadas después de su muerte y siguen siendo importantes para comprender la historia militar y política de Portugal.

Aunque vivió sus últimos años en condiciones precarias y murió el 17 de diciembre de 1929 en Lisboa, Gomes da Costa fue honrado con funerales oficiales, reconociéndose su contribución a la historia del país.

La figura de Gomes da Costa ha perdurado en la memoria colectiva de Portugal, no solo como un hombre de armas, sino como un hombre que intentó, de diversas formas, cambiar el curso de la historia de su nación, enfrentándose al régimen republicano con el objetivo de restaurar lo que consideraba el orden natural del país.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Gomes da Costa, Manuel de Oliveira (1863-1929). El militar portugués que desafió el orden republicano". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/gomes-da-costa-manuel-de-oliveira [consulta: 29 de septiembre de 2025].