Lucio Correa Morales (1852-1923). El escultor argentino que retrató el alma criolla e indígena

Lucio Correa Morales (1852-1923) se consagró como uno de los escultores más emblemáticos de la historia del arte argentino. Su obra, profundamente enraizada en la identidad nacional, combina una visión estética influida por el academicismo europeo con una sensibilidad auténtica hacia los pueblos originarios y el paisaje social argentino. Su legado no solo se manifiesta en sus esculturas inmortales, sino también en su influyente labor docente, que dejó una huella imborrable en generaciones posteriores de artistas.
Orígenes y contexto histórico
Lucio Correa Morales nació en 1852, en una época marcada por intensos cambios sociales y políticos en Argentina. El país se encontraba en pleno proceso de consolidación como nación independiente, con una fuerte influencia de las corrientes europeas, tanto en lo político como en lo cultural. En este escenario, Correa Morales se formó artísticamente y comenzó a construir una visión propia que combinaría lo académico con lo autóctono.
Gracias a una beca otorgada para perfeccionarse, el joven artista pudo completar sus estudios de Bellas Artes en Florencia, uno de los centros neurálgicos del arte europeo. Esta formación fue crucial para dotarlo de una técnica refinada y un enfoque clásico que posteriormente aplicaría a temáticas profundamente argentinas.
Durante su trayectoria, Correa Morales emprendió viajes por el interior del país acompañado por naturalistas y científicos. Estas expediciones no solo le permitieron observar de cerca la vida de las comunidades indígenas y rurales, sino que también marcaron el comienzo de su interés por plasmar en el mármol y el bronce las realidades de esos sectores muchas veces invisibilizados por el arte oficial.
Logros y contribuciones
Correa Morales fue pionero en llevar al arte escultórico argentino hacia una visión nacionalista e indigenista, alejándose de los temas mitológicos o religiosos tradicionales para enfocarse en figuras y relatos autóctonos. Esta decisión estética y ética se tradujo en obras que reflejan no solo una técnica depurada, sino también un compromiso con la historia y la cultura del país.
Entre sus obras más reconocidas destacan:
-
Ondina del Plata: escultura que combina lo mitológico con lo natural, evocando las aguas del Río de la Plata con una figura femenina etérea.
-
Falucho: homenaje al soldado afrodescendiente que luchó en las guerras de la independencia, una pieza cargada de simbolismo patriótico y justicia histórica.
-
La cautiva: representación profundamente emotiva de una mujer indígena secuestrada, símbolo del sufrimiento y la resistencia de los pueblos originarios frente a la conquista y la colonización.
Estas obras reflejan no solo su maestría escultórica, sino también su intención de recuperar figuras históricas y culturales marginadas. A través de ellas, Correa Morales trazó una línea clara hacia un arte comprometido con la identidad argentina.
Además de su producción artística, su papel como docente fue clave para la evolución del arte nacional. Fue nombrado profesor de la Escuela Estímulo de Bellas Artes y de la Facultad de Arquitectura, donde su cátedra se convirtió en semillero de nuevos talentos. Entre sus alumnos más destacados se encuentra Curatella Manes, figura fundamental del arte moderno argentino, y también Zonza Briano, quien desarrollaría una carrera relevante en el ámbito artístico y académico.
Momentos clave
La vida de Lucio Correa Morales estuvo marcada por varios hitos decisivos que moldearon su obra y su influencia en el arte argentino:
1. Formación en Florencia
Su paso por Italia le permitió entrar en contacto con las tendencias clásicas del arte europeo. Allí perfeccionó su técnica escultórica, asimilando conceptos como el equilibrio, la proporción y el detallismo, que luego aplicaría con un enfoque local.
2. Viajes al interior de Argentina
Estos recorridos por provincias y regiones rurales en compañía de naturalistas lo pusieron en contacto directo con las culturas indígenas, criollas y rurales. Fue a partir de estas experiencias que nació su compromiso con representar al “otro” nacional en sus obras.
Las esculturas mencionadas anteriormente marcaron un antes y un después en el arte argentino, por su enfoque en temáticas poco exploradas hasta entonces, como la afrodescendencia, la situación de la mujer indígena y la mitología local.
4. Carrera docente
Al asumir cátedras en instituciones clave, Correa Morales moldeó el pensamiento artístico de generaciones posteriores. Su enfoque combinaba el rigor técnico con una apertura a la búsqueda de una identidad artística nacional.
5. Influencia en el arte nacionalista
Su obra sentó las bases para una escultura argentina con identidad propia, desvinculada de las tendencias exclusivamente europeas y centrada en lo criollo, lo popular y lo indígena.
Relevancia actual
La figura de Lucio Correa Morales sigue siendo fundamental para entender el surgimiento de una escultura con identidad argentina. En una época donde predominaban las miradas europeizantes, él fue de los pocos artistas que se atrevieron a mirar hacia adentro, hacia las raíces mestizas del país. Su trabajo anticipó muchas de las preocupaciones del arte contemporáneo sobre la identidad, la memoria histórica y la representación de las minorías.
Hoy, muchas de sus esculturas forman parte del patrimonio artístico nacional y están expuestas en museos y espacios públicos, donde continúan siendo objeto de estudio y admiración. Además, su influencia se percibe claramente en el trabajo de otros escultores que, como él, optaron por una estética comprometida con la historia y la cultura propias.
Correa Morales también representa un modelo de artista integral: no solo fue un virtuoso de la escultura, sino también un intelectual sensible al contexto social de su país, y un educador capaz de transmitir su pasión por el arte a las nuevas generaciones.
Su legado se refleja en:
-
La recuperación de temáticas autóctonas en el arte argentino.
-
La formación de escultores de talla internacional.
-
La consolidación de un canon artístico nacional con raíces propias.
-
La resignificación de figuras históricas y culturales ignoradas por la narrativa oficial.
Lucio Correa Morales (1852-1923) sigue siendo una referencia obligada en la historia del arte argentino, no solo por la calidad de su obra, sino por haber sabido traducir en mármol y bronce el espíritu complejo, diverso y profundo de una nación en construcción.
MCN Biografías, 2025. "Lucio Correa Morales (1852-1923). El escultor argentino que retrató el alma criolla e indígena". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/correa-morales-lucio [consulta: 28 de septiembre de 2025].