Lluís Alcanyís (ca. 1440–1506): El pionero valenciano que revolucionó la cirugía medieval
Raíces familiares y contexto cultural
Lluís Alcanyís, nacido alrededor del año 1440 en Játiva (actual Xàtiva), en el Reino de Valencia, formó parte de una época de profunda transformación cultural, científica y religiosa en la Península Ibérica. Su ciudad natal era un enclave de notable dinamismo económico y social dentro de la Corona de Aragón, con una intensa actividad comercial, artesanal y académica. En este entorno vibrante, Alcanyís fue criado en el seno de una familia de notarios, lo que facilitó su acceso a una educación avanzada y al contacto temprano con textos jurídicos, filosóficos y científicos.
La profesión de notario, altamente valorada en la sociedad bajomedieval, proporcionaba a sus miembros una sólida formación en latín y en retórica, elementos esenciales también para el estudio de la medicina. Este bagaje cultural se convirtió en un pilar fundamental en la posterior carrera académica de Alcanyís, cuya formación multidisciplinar lo distinguió de otros médicos de su época.
Influencia judía y diversidad cultural en su formación
Un elemento significativo en la vida de Alcanyís fue su origen judío, procedente por vía paterna. Este trasfondo, aunque peligroso en el contexto inquisitorial que se consolidaría en los siglos XV y XVI, representó en su juventud una fuente de riqueza intelectual. Las comunidades judías del Reino de Valencia estaban entre las más cultivadas del territorio peninsular y mantenían un estrecho contacto con la ciencia médica árabe, cuyos conocimientos eran ampliamente respetados y preservados en los círculos sefardíes.
Esta diversidad cultural marcó profundamente la cosmovisión médica de Alcanyís. En un ambiente que favorecía la convivencia de distintas tradiciones, el joven médico se formó en un modelo híbrido que combinaba el galenismo clásico con los aportes árabes y las innovaciones europeas incipientes. Así, Játiva no solo fue su lugar de origen, sino el crisol en el que se forjaron las bases de su pensamiento científico.
Primeros pasos hacia la medicina
Educación académica y consolidación profesional
Desde sus primeros años como profesional, Alcanyís demostró una excepcional habilidad como médico clínico. En una época en la que la medicina aún estaba estrechamente ligada a los preceptos filosóficos de Galeno y Avicena, él sobresalía por su capacidad de diagnóstico, su enfoque racional y su interés en las causas naturales de las enfermedades. Esta reputación lo llevó a obtener el reconocimiento de sus pares y a consolidar una carrera ascendente que lo impulsó fuera de los límites de su ciudad natal.
Los registros históricos indican que ya en sus veintitantos años, Alcanyís era conocido en diversos círculos médicos del Reino de Valencia. Su capacidad para combinar la práctica médica con la reflexión teórica fue uno de los factores clave que lo convirtieron en un referente científico en expansión.
Traslado a Valencia: del médico joven al referente científico
En 1467, a la edad de aproximadamente 27 años, Lluís Alcanyís decidió trasladarse a Valencia, una ciudad que en ese momento comenzaba a destacarse como centro de innovación científica y cultural en la península. Allí se integró rápidamente en los círculos médicos e intelectuales de la ciudad, colaborando con otros profesionales, estudiando nuevos métodos y participando activamente en los debates sobre el estado de la medicina.
El cambio de residencia fue decisivo: no solo significó un paso hacia la madurez profesional, sino que también lo posicionó estratégicamente para influir en los grandes proyectos educativos y científicos del momento. Valencia ofrecía un entorno propicio para la consolidación de nuevas instituciones, y Alcanyís supo aprovechar esa coyuntura para expandir su legado.
La fundación de la escuela para cirujanos
Valencia como núcleo científico del siglo XV
Durante la segunda mitad del siglo XV, Valencia vivía una auténtica efervescencia científica. El interés por el saber clásico, combinado con las necesidades prácticas de una sociedad urbana y comercial, generó un impulso sin precedentes por institucionalizar el conocimiento médico. En ese contexto, el papel de la cirugía se volvió crucial, y los líderes municipales comenzaron a considerar la necesidad de crear espacios formativos específicos para esta disciplina.
Hasta ese momento, la cirugía había sido marginada del ámbito universitario, considerada una labor de baja categoría frente a la medicina teórica. Sin embargo, figuras como Alcanyís empezaron a demostrar que la cirugía, bien estructurada, podía constituir un cuerpo de conocimientos científicos tan respetable como cualquier otra rama del saber.
Colaboraciones clave: Lluis Dalmau y Pere Pintor
En 1477, el Ayuntamiento de Valencia dio un paso decisivo: en colaboración con médicos de gran prestigio como Lluis Dalmau y Pere Pintor, Alcanyís participó en la fundación de la primera escuela para cirujanos de la ciudad. Este hito no solo representó un avance para la medicina regional, sino que sentó las bases para una transformación en la forma en que se concebía la enseñanza de la salud en Europa.
La escuela fue concebida como un espacio donde la experiencia práctica se combinaba con la instrucción teórica. El modelo pedagógico promovido por Alcanyís incorporaba disecciones, observación clínica directa y estudio de textos clásicos. En un acto que marcó la diferencia, obtuvieron un privilegio real del rey Juan II que permitía la disección de cadáveres humanos, algo inaudito en la mayoría de los territorios peninsulares en aquel entonces. Esta decisión revolucionaria permitió a los estudiantes comprender la anatomía con una precisión sin precedentes.
El privilegio real para disección y su impacto
El privilegio otorgado para realizar disecciones no fue solo un respaldo político, sino una declaración de principios: por primera vez en Valencia, se legitimaba el estudio del cuerpo humano como parte esencial de la formación médica. Alcanyís, como uno de los principales impulsores y profesores de esta escuela, fue pionero en implementar una pedagogía médica práctica y basada en la evidencia anatómica.
Este enfoque rompía con siglos de enseñanza abstracta y teórica, y consolidaba a Valencia como una ciudad de vanguardia en el estudio de la salud. Gracias a su liderazgo, la cirugía pasó de ser un oficio artesanal a una disciplina científica con estatus académico. El legado de esa escuela perduraría incluso más allá de su tiempo, inspirando a futuras generaciones de médicos europeos.
Maestro en la Universidad de Valencia
Fundación de la universidad y su rol docente
En 1499, tras años de esfuerzo colectivo, se fundó la Universidad de Valencia, un hito en la historia educativa del Reino de Aragón. Esta institución nacía con una clara vocación humanista y científica, en consonancia con los ideales del Renacimiento. Entre los fundadores y primeros profesores figuraba Lluís Alcanyís, quien fue designado como primer catedrático de medicina, ocupando la cátedra de “principiis”.
Su nombramiento fue más que simbólico: representaba el reconocimiento de una trayectoria profesional sólida, basada en la excelencia académica y en la innovación pedagógica. Desde su cátedra, Alcanyís defendió la integración de la cirugía como disciplina universitaria, algo que aún era raro en otras instituciones europeas. Esta decisión permitió equiparar el estudio de la cirugía al de otras ramas teóricas de la medicina, lo que impulsó una evolución significativa en el currículo formativo.
Innovaciones académicas: cirugía como disciplina universitaria
Hasta ese momento, la cirugía era vista por muchos como un oficio auxiliar, sin base científica. Alcanyís fue determinante al demostrar que podía enseñarse en el marco universitario con métodos rigurosos y fundamentación empírica. Bajo su dirección, los estudiantes no solo memorizaban tratados, sino que asistían a demostraciones prácticas, disecciones anatómicas y análisis de casos reales.
La metodología que implantó combinaba el estudio de los clásicos médicos (como Galeno y Avicena) con una aproximación empírica, anticipando el enfoque experimental que dominaría siglos después. Esta combinación entre teoría y práctica definió el espíritu de la Universidad de Valencia y permitió posicionarla como un referente europeo en enseñanza médica.
La peste y su legado impreso
El “Regiment preservatiu e curatiu de la pestilència”
Entre los años 1489 y 1490, Valencia fue azotada por una violenta epidemia de peste, una de las muchas que afectaron al continente durante los siglos medievales. Frente a esta crisis, Alcanyís no solo actuó como médico, sino también como intelectual comprometido. Como resultado, escribió el “Regiment preservatiu e curatiu de la pestilència”, una obra que marcaría un antes y un después en la literatura médica peninsular.
El tratado, redactado en lengua vernácula y no en latín, fue el primer libro de medicina impreso en Valencia y uno de los primeros en toda la Corona de Aragón. Su contenido se dividía en dos grandes secciones: una preservativa, dedicada a la prevención, y otra curativa, centrada en el tratamiento de la enfermedad.
Galenismo arabizado y visión terapéutica
El enfoque terapéutico de Alcanyís se basaba en el galenismo arabizado, una síntesis entre las enseñanzas de Galeno y la interpretación que de ellas hicieron los médicos islámicos, especialmente Avicena. Esta visión médica concebía la enfermedad como un desequilibrio de los humores y postulaba que la prevención era tan importante como el tratamiento.
En su obra, Alcanyís ofrecía recomendaciones sobre la dieta, el sueño, el ejercicio físico, la higiene, y el uso de ciertos compuestos medicinales que debían mantener el equilibrio interno del cuerpo. También abordaba el papel del aire, los ambientes contaminados, y la necesidad de mantener el ánimo sereno, reconociendo la interacción entre el cuerpo y el estado emocional.
Aportes quirúrgicos y dietéticos ante la epidemia
La sección curativa del “Regiment” se centraba en los tratamientos dietéticos, farmacológicos y quirúrgicos más efectivos según el conocimiento de la época. Especial atención merecen sus instrucciones sobre el manejo de los bubones, una de las manifestaciones más letales de la peste bubónica. Alcanyís recomendaba su extracción quirúrgica controlada, acompañada de medidas para evitar la propagación del “veneno” interno, una teoría heredada de los textos hipocráticos y árabes.
El mérito de esta obra no radica solo en su contenido, sino también en su accesibilidad: fue escrita para médicos, pero también para autoridades civiles y personas cultas no especializadas, lo que permitió una mayor difusión del saber médico. Su publicación en valenciano reforzó su impacto local, convirtiéndola en una herramienta práctica de lucha contra la epidemia.
Humanismo y creación literaria
Participación en certámenes poéticos
Más allá de la medicina, Alcanyís fue también un hombre de letras. Participó en 1474 en el célebre certamen literario “Les trobes en lahors de la Verge Maria”, una de las primeras muestras del humanismo literario en lengua valenciana. Este evento reunió a numerosos intelectuales, poetas y religiosos de la ciudad de Valencia, y refleja el profundo entrelazamiento entre fe, ciencia y arte que caracterizaba al pensamiento renacentista.
Su intervención en el certamen no fue anecdótica. Demuestra que Alcanyís no concebía la medicina como un saber aislado, sino como parte de un tejido intelectual más amplio, donde el conocimiento de la naturaleza, la espiritualidad y la belleza poética podían convivir y enriquecerse mutuamente.
Convergencia entre medicina, literatura y fe
La obra literaria de Alcanyís revela la influencia del humanismo cristiano emergente, que defendía una educación integral y el retorno a las fuentes clásicas. En este sentido, su doble vocación como médico y poeta se inscribe en una tradición renacentista que valoraba tanto la experiencia científica como la expresión artística. Esta visión global del conocimiento fue clave para consolidar su reputación en los círculos cultos de Valencia.
Persecución y tragedia final
Proceso inquisitorial y condena
A pesar de sus logros académicos y científicos, Lluís Alcanyís no pudo escapar de las tensiones religiosas que dominaban la España del siglo XVI. En 1503, fue arrestado por la Inquisición bajo la acusación de practicar el judaísmo en secreto, una acusación recurrente entre los conversos. El proceso, largo y cruel, culminó con su condena a muerte en 1506.
El 25 de noviembre de ese año, Alcanyís fue quemado vivo junto a otros cinco acusados. Según testimonios, en su desesperación llegó a delatar a su propia esposa, lo que añade una dimensión trágica y profundamente humana a su final. Este acto, reflejo de las presiones psicológicas extremas ejercidas por la Inquisición, muestra la descomposición del individuo ante un poder religioso implacable.
Tensión entre ciencia y dogma religioso
El caso de Alcanyís pone de relieve las contradicciones de una sociedad que, al tiempo que valoraba el progreso científico, no dudaba en eliminar a sus intelectuales si estos no se alineaban plenamente con la ortodoxia religiosa. Su ejecución no fue solo un castigo personal, sino un acto simbólico de advertencia para todos aquellos que, como él, representaban un pensamiento independiente y universalista.
Este enfrentamiento entre racionalidad científica y fanatismo ideológico se repitió en muchas partes de Europa, pero en el caso valenciano tuvo un impacto profundo. La muerte de Alcanyís privó a la medicina española de uno de sus mayores talentos en el umbral del Renacimiento.
Impacto póstumo de su figura en la historia médica
A pesar de su trágico final, el legado de Lluís Alcanyís no se extinguió con su cuerpo. Su obra impresa, sus reformas pedagógicas y su impulso a la cirugía universitaria marcaron una huella imborrable en la historia de la medicina. Historiadores modernos continúan estudiando sus textos como fuente privilegiada sobre la salud pública medieval y la evolución de las prácticas médicas en la península.
Su vida simboliza la tensión entre modernidad y tradición, entre saber y poder, entre libertad intelectual y represión institucional. Alcanyís encarna el espíritu del médico renacentista: erudito, empírico, humanista, y profundamente comprometido con su tiempo. Su historia, aunque marcada por el sufrimiento, es también una lección de valentía, conocimiento y resiliencia.
MCN Biografías, 2025. "Lluís Alcanyís (ca. 1440–1506): El pionero valenciano que revolucionó la cirugía medieval". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/alcanyis-lluis [consulta: 29 de septiembre de 2025].