Francisco Vergara (1681-1753). El escultor valenciano que dio forma al Barroco español
Francisco Vergara, nacido en 1681 y fallecido en 1753, fue un escultor español cuya maestría y dedicación lo posicionaron como uno de los artistas más influyentes del barroco valenciano. A través de su obra, marcó un punto de inflexión en la escultura religiosa de su tiempo, impregnando la piedra y el bronce con una espiritualidad y expresividad únicas que siguen siendo admiradas en la actualidad.
Orígenes y contexto histórico
La Valencia del siglo XVII y XVIII vivía una efervescencia artística ligada al auge del estilo barroco, caracterizado por la riqueza ornamental, el dinamismo y la teatralidad de las formas. En este ambiente cultural emergió Francisco Vergara, conocido también como «el padre» para distinguirlo de su hijo, quien también fue escultor.
Desde temprana edad, Vergara mostró inclinación por el arte escultórico, tomando sus primeras lecciones con Julio Leonardo Capuz, un maestro local que le introdujo en los rudimentos de la escultura. Sin embargo, su formación se enriqueció considerablemente gracias al contacto con los escultores alemanes Aliprandi y Conrado Rodulfo, quienes llegaron a Valencia para trabajar en la fachada de la Catedral. Estos artistas no solo aportaron una visión técnica más avanzada, sino que transmitieron a Vergara conocimientos esenciales como el modelado en cera y la capacidad de dotar de alma a los materiales inertes.
Logros y contribuciones
A partir de esta sólida formación, Francisco Vergara fue construyendo una reputación como escultor de primer nivel, lo que le permitió establecer su propio taller, donde recibió numerosos encargos. Su estilo combinaba el vigor emocional del barroco con una técnica refinada que hacía de cada escultura una obra vibrante y llena de simbolismo cristiano.
Entre sus principales contribuciones artísticas, se destacan los trabajos realizados para la ciudad de Valencia, en especial en el ámbito religioso. Sus obras no solo fueron decorativas, sino que reforzaron el imaginario religioso de la época, sirviendo como vehículos de devoción y expresión espiritual.
Obras destacadas de Francisco Vergara
A continuación, se presenta una lista con las obras más representativas del escultor, todas ellas situadas en Valencia y sus alrededores:
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Portada principal de la Catedral de Valencia: Incluye la cornisa superior, adornada con estatuas de Pontífices valencianos y las Virtudes cardinales, colocadas en los intercolumnios del segundo cuerpo.
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Iglesia de San Bartolomé: Adornos y estatuas que contribuyen a la atmósfera sacra del templo.
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Capilla del Santo Sepulcro: Realizó numerosas esculturas y decoraciones religiosas.
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Retablo mayor de la Iglesia de San Agustín: Una de sus piezas más ambiciosas y detalladas.
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Jesucristo difunto, en el convento de las monjas de la Presentación en Alcira: Una escultura cargada de dramatismo y humanidad.
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Estatuas de San Bernardo y sus hermanas María y Juana: Ejemplo de su habilidad para esculpir figuras religiosas con realismo emotivo.
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Retablo mayor de la iglesia parroquial de Alcira: En esta obra demuestra su dominio en la composición y detalle.
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Nuestra Señora de los Desamparados, ubicada en el puente sobre el Turia: Una muestra de arte devocional que conecta la espiritualidad con el espacio urbano.
Momentos clave
La carrera de Francisco Vergara estuvo marcada por una serie de momentos significativos que consolidaron su posición como artista destacado del barroco:
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Colaboración con escultores extranjeros: La llegada de Aliprandi y Conrado Rodulfo a Valencia fue determinante. Gracias a su asistencia en la obra de la fachada de la Catedral, Vergara no solo aprendió nuevas técnicas, sino que también ganó visibilidad en el medio artístico local.
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Creación de su propio taller: Al obtener prestigio por su colaboración en proyectos importantes, Francisco atrajo a múltiples clientes y consolidó un equipo de trabajo que le permitió multiplicar su producción.
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Encargo del Retablo de San Agustín: Esta obra, por su complejidad y simbolismo, demostró su madurez artística y capacidad de síntesis entre arquitectura y escultura.
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Ejecución de obras en Alcira: Su expansión más allá de Valencia muestra cómo su fama trascendía los límites urbanos y se extendía a otras localidades del Reino de Valencia.
Relevancia actual
La obra de Francisco Vergara sigue teniendo un valor histórico, artístico y cultural incalculable. No solo se estudia en las escuelas de arte como ejemplo del barroco valenciano, sino que continúa siendo motivo de admiración por parte de turistas, historiadores y fieles religiosos.
La conservación de sus esculturas en lugares emblemáticos de Valencia permite que su legado permanezca integrado en la vida urbana y espiritual de la ciudad. Además, la fuerza expresiva de sus obras sigue siendo referente en el estudio del arte sacro en España.
Su capacidad para dotar de vida a la piedra y el bronce marcó una diferencia crucial en la escultura de su época. A través de gestos, ropajes y composiciones dinámicas, Vergara supo transmitir emociones y pasajes religiosos con una intensidad dramática única.
Aportes clave al arte barroco
Francisco Vergara no solo destacó por sus obras concretas, sino también por:
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Innovar en técnicas escultóricas, como el modelado en cera previo al tallado.
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Integrar arquitectura y escultura en espacios religiosos.
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Formar a nuevos artistas desde su taller, consolidando una escuela escultórica local.
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Difundir el estilo barroco valenciano en otras ciudades como Alcira.
Francisco Vergara, el padre, permanece como una figura esencial en la historia de la escultura española, cuya influencia perdura en cada obra que dejó como legado. Su capacidad de convertir lo estático en algo lleno de vida lo convierte en uno de los grandes nombres del barroco ibérico.
MCN Biografías, 2025. "Francisco Vergara (1681-1753). El escultor valenciano que dio forma al Barroco español". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/vergara-francisco1 [consulta: 18 de julio de 2025].