Manuel Varé García, «Varelito» (1893-1922). El valiente matador sevillano que murió en la plaza por su pasión taurina
Manuel Varé García, conocido en el mundo taurino como «Varelito», fue un destacado matador de toros español cuya vida y carrera, aunque breves, dejaron una huella profunda en la historia de la tauromaquia. Nacido en Sevilla el 29 de septiembre de 1893, su nombre se convirtió en sinónimo de valor, destreza y tragedia, características que aún lo mantienen vivo en la memoria de los aficionados a los toros. Su trágico fallecimiento a raíz de una cogida en plena faena lo transformó en leyenda, personificando el dramatismo y la entrega absoluta que define el arte del toreo.
Orígenes y contexto histórico
Manuel Varé García vino al mundo en el seno de una ciudad con una arraigada tradición taurina. Sevilla, cuna de grandes toreros, ofrecía un entorno propicio para forjar el carácter de quienes soñaban con la gloria en los ruedos. Desde temprana edad, «Varelito» mostró una inclinación natural por el arte del toreo, sumergiéndose en un universo donde el valor, el temple y la técnica se convierten en virtudes esenciales.
El inicio del siglo XX en España fue una época de intensa actividad taurina. Las plazas de toros se colmaban de público, y las figuras del toreo eran admiradas como héroes nacionales. En este contexto, la competencia entre los aspirantes a matador era feroz, y solo aquellos con verdadero talento y coraje lograban alcanzar la alternativa.
Logros y contribuciones
La carrera de «Varelito» despegó con fuerza cuando debutó con novillos en la arena de Madrid el 27 de julio de 1913, una plaza que, por su relevancia, representa una verdadera prueba de fuego para cualquier novillero. Su actuación le valió reconocimiento y consolidó sus aspiraciones de convertirse en matador de toros.
Cinco años después, el 27 de julio de 1918, Manuel Varé García alcanzó uno de los momentos más significativos de su vida profesional: tomó la alternativa en Madrid. Este rito de paso esencial en la carrera de un torero tuvo lugar con un padrino de excepción: José Gómez Ortega, más conocido como «Joselito», una de las máximas figuras de la tauromaquia de todos los tiempos. Como testigo del acto estuvo otro destacado torero, Domingo González Mateos, apodado «Dominguín».
Durante esta ceremonia, «Varelito» se doctoró con la lidia y muerte del toro Flor de Jara, perteneciente a la ganadería de García de la Lama. Este momento fue clave para consolidar su posición como matador, ya que no solo marcó su entrada al círculo de los grandes del toreo, sino que también evidenció su capacidad para manejarse con bravura y precisión frente al toro.
Momentos clave
La carrera de «Varelito» estuvo marcada por su entrega total en cada faena. Fue conocido por su estilo directo y valeroso, especialmente a la hora de ejecutar la suerte suprema, el momento de máxima tensión en el que el torero entra a matar al toro. Su reputación como estoqueador certero y arrojado fue reconocida ampliamente, y su nombre comenzó a figurar entre los más respetados de su generación.
Uno de los momentos más dramáticos de su vida tuvo lugar el 21 de abril de 1922, en la Real Maestranza de Sevilla, una de las plazas más emblemáticas del país. Ese día, al entrar a matar al toro Bombito, de la ganadería de Guadalest, fue gravemente corneado en el recto. Esta cogida resultó ser fatal, y tras semanas de lucha por su vida, falleció el 13 de mayo de 1922 en su ciudad natal.
Su muerte fue profundamente sentida en el mundo del toreo y entre el público, no solo por la tragedia que supuso la pérdida de un joven talento, sino también porque encarnó el riesgo inherente a la profesión y la valentía que implica enfrentarse a la muerte en cada corrida.
Cronología de momentos destacados:
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29 de septiembre de 1893: Nace en Sevilla.
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27 de julio de 1913: Debuta con novillos en Madrid.
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27 de julio de 1918: Toma la alternativa en Madrid, apadrinado por Joselito y con Dominguín como testigo.
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21 de abril de 1922: Sufre una grave cogida en Sevilla al entrar a matar al toro Bombito.
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13 de mayo de 1922: Muere en Sevilla a consecuencia de las heridas recibidas.
Relevancia actual
La figura de «Varelito» sigue siendo recordada por los aficionados al toreo como un ejemplo de dedicación absoluta y pasión inquebrantable por su arte. Aunque su trayectoria fue breve, su legado perdura, especialmente por la forma en que encaraba cada lidia: con entrega total y valentía sin concesiones.
En el panorama actual de la tauromaquia, donde los debates sobre su continuidad ocupan espacios tanto culturales como políticos, historias como la de Manuel Varé García adquieren un valor especial. Su vida ilustra no solo la grandeza del toreo como manifestación artística, sino también el coste humano que implica.
Además, su trágico final sirve como recordatorio de los peligros reales que conlleva esta profesión, haciendo más comprensible para el público moderno la mezcla de admiración y respeto que aún genera la figura del matador.
Hoy, más de un siglo después de su nacimiento, el nombre de «Varelito» continúa vinculado a la mística del toreo, como símbolo de un tiempo en que los toreros eran auténticos héroes populares. Su historia es contada en las escuelas taurinas y evocada en tertulias de aficionados, manteniéndolo vivo en la memoria colectiva del mundo taurino.
La Real Maestranza de Sevilla, testigo de su última faena, conserva también parte de su recuerdo como uno de los muchos que cayeron en el ruedo, dejando atrás un legado forjado con sangre, arte y valor.
MCN Biografías, 2025. "Manuel Varé García, «Varelito» (1893-1922). El valiente matador sevillano que murió en la plaza por su pasión taurina". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/vare-garcia-manuel [consulta: 18 de julio de 2025].