Su Shi o Su Dong Po (1037-1101).


Escritor chino, también llamado «Su Dongpo», nacido en Meishan (la actual Sichuan) en 1037 y fallecido en 1101. Nació en el seno de una familia de origen humilde, pero dedicada a las Letras: su padre Su Xun y su hermano Su Che también fueron escritores, y los tres juntos fueron conocidos como “los tres Su”. Es el ejemplo del completo escritor chino, utilizado como modelo durante muchos años: calígrafo, pintor, creador de jardines, hombre de letras y político. Es el literato más conocido de la dinastía Song y uno de los mejores escritores chinos.

De su educación en los primeros años se ocupó principalmente su madre, cuyo fervor budista tuvo gran influencia tanto en él como en su hermano. A los dieciocho años se casó con Wang Fu. Poco después, se presentó a los exámenes oficiales y consiguió el título de doctor. Debido al fallecimiento de la madre, “los tres Su” debieron volver a casa para guardar un período de luto.

Cuando contaba veintiséis años, fue nombrado juez en Fengxiang. Por entonces fallecieron su mujer, todavía muy joven, y su padre. En 1068 decidió abandonar definitivamente Kaifeng e instalarse en la capital. Distinguido por Ouyang Xiu, llegó a ocupar puestos importantes. Años después cayó en desgracia debido a su oposición a las reformas del ministro Wang Anshi. Había dirigido al emperador una memoria en la que criticaba abiertamente la política de dicho ministro. Por ello, temeroso de que esta decisión no le supusiera buenas consecuencias, pidió el traslado a Hangzhou. Después fue transferido a Mizhou y a Zuzhou. A continuación fue encarcelado, acusado de deslealtad y destinado a un puesto de funcionario vigilado. Posteriormente volvió a Hangzhou.

En 1081 tomó como concubina a Zhao Yun, con quien tuvo un hijo poco después, al que dedicó algunos de sus poemas. En 1084 recibió la orden de trasladarse a Ruzhou, idea que no le agradó demasiado porque tenía una vida establecida ya en Hangzhou. Al año siguiente falleció el emperador Shenzong. Su sucesor era todavía muy joven y asumió la regencia su madre, favorable a Su Dongpo. Le nombró lector en la Academia Imperial Hanlin. En 1092 fue nombrado ministro de guerra en Kaifeng. Poco después falleció la emperatriz regente; el nuevo emperador ya no le era favorable, por lo que tuvo que exiliarse a Huizhou.

A lo largo de su vida, sufriría el exilio en doce ocasiones, la última de ellas en la hostil isla Hainan, a la edad de sesenta años (el diario de su viaje, poco conocido, contiene páginas muy bellas, como aquellas en las que, enfermo y aislado por las lluvias tropicales, imagina un universo a partir de las grietas del techo que contempla desde su cama). «Una vez al mes» es uno de los poemas que le llevan a la desgracia (1072).

Escritor prolijo y desenvuelto en todos los géneros, su definición de la creación literaria se ha convertido en un clásico: “una ola que nadie debe frenar y que se para cuando debe pararse”. En prosa revitalizó el movimiento guwen (es considerado, en compañía de su padre y su hermano, como uno de los “ocho grandes maestros de los Tnag y de los Song”, y se tiende hoy a considerarlo dentro del movimiento guwen en un lugar más importante que Ouyang Xiu).

Al lado de varios ensayos y disertaciones famosas, una de sus obras más célebres es Recordando en el acantilado rojo, meditaciones filosófico-poéticas sobre la vanidad de las ambiciones humanas, donde parece apuntarse un ataque cara a cara a la política represiva de los bárbaros. En su dominio de la poesía shi, dejó escritos unos dos mil quinientos textos. Esta desbordante producción decreció en épocas posteriores. Se le acusó de desacralizar este género por la utilización de imágenes carentes de nobleza (por ejemplo, él ve las nubes sobre la montaña como gorras rellenas de guata).

Su faceta más original se encuentra en el cultivo de los ci, a los que imprime una evolución decisiva; con él, este género se apropia de los temas más variados: de lo sublime a lo grotesco, pero sobre todo se intelectualiza y porta la carga de las aspiraciones más profundas del individuo. Por otro lado, Su Shi accede a los grandes géneros literarios. Recuérdese que en el caso anterior se le acusaba de vulgarizar los shi; en este caso, ennoblece los ci. Como contrapartida Su Shi se permite variadas libertades estilísticas y libera al género de sus pesados contrastes musicales. Sus detractores responderán a esto diciendo que no conoce la música, algo sorprendente para un poeta chino y para un genio universal.

Se sabe que compuso canciones para tocar con cítara y con laúd y que él mismo cantaba sus obras. Algunos han dicho exageradamente que provocó la separación total entre el ci y la música. A pesar de estas críticas, Su Shi resulta un maestro por la diversidad de tonos que emplea, elegantes y eruditos. Original, sobre todo por esto último, recurre a palabras gramaticales y a citas que provienen de las distintas corrientes de pensamiento que le inspiran. Las vicisitudes que rodean su vida jugarán un papel importante en su actitud intelectual, marcada de modo creciente por el pensamiento budista, no sólo en su variante Chan (véase Zen), sino también por el amidismo (véase Amida).

A partir de su exilio en Hangzhou en 1079, llevó la vida de un religioso; practicó la meditación y el retiro en los monasterios, y esta nueva vida se deja ver cada vez más en la expresión y el tema de sus obras, bañadas de un optimismo radical: la afirmación budista de la brevedad e inconstancia de la vida se traducen, al contrario que en la mayoría de los poetas, no en angustia ante lo desconocido, sino en un dulce estoicismo y en la voluntad de encontrar después de este mundo la bondad, lograda solamente a través de la purificación espiritual (en este sentido, es el escritor chino que mejor se ha integrado en el budismo). Una de las claves de esta bondad es la práctica de todas las artes y la transformación poética de todas las cosas que están tras el buen hacer artístico; sus poemas descriptivos son tratados de una manera pictórica, aunque cargados de referencias religiosas y literarias. La naturaleza inmensa y eterna le sirve de contrapunto a la fragilidad de la existencia humana.

Sus poemas nos adentran en un mundo purificado y rico de calor humano (amor conyugal, amistad, amor fraternal). Utilizó su sentido del humor para fastidiar y reírse amablemente, sin olvidarse de hacerlo también de sí mismo. Este sentido del humor le permitía incorporar un chiste en el momento que menos se esperaba. Posiblemente sea acertado reconocer en él la influencia de Bay Juyi; sobre todo, en su experiencia vital, en su idealismo y en su sentido del humor.

Su Shi ejerció una fuerte influencia en Japón y en la tradición popular. Es allí donde abundan sus mejores y más antiguos comentarios a su obra poética.

Bibliografía

  • SU DONGPO: Recordando el pasado en el Acantilado Rojo y otros poemas. Traducidos, presentados y anotados por Anne-Hélène Suárez, Madrid: Hiperión, 1992.

  • KANRRU, L.: Breve historia de la Literatura clásica China, Beijing: Ediciones en lenguas extranjeras, 1986.

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