Simeón Estilita, San (ca. 390-459).
Monje y eremita sirio nacido en Sisan (cerca de Alepo, Siria, y de Tarso) alrededor de 390 y muerto en Telanisos (Siria) el 5 de enero de 459. También llamado Simeón el Viejo, recibió el sobrenombre de Estilita por haber vivido gran parte de su existencia sobre una columna (stylos, en griego).
Fue durante su niñez pastor de ovejas hasta que oyó leer en una iglesia el «Sermón de la Montaña» (Bienaventuranzas, Mt 5). Impulsado por estas palabras, que hablan de la felicidad humana, decidió ingresar en un monasterio para llevarlas a la práctica. Tras un periodo de preparación abandonó el mundo a los quince años. Pronto dio muestras de intensa dedicación a la oración (se aprendió de memoria los 150 salmos del Antiguo Testamento, que rezaba íntegramente cada semana) y de exigente ascetismo (según la tradición fue el inventor del cilicio, una cuerda áspera y molesta atada alrededor de la cintura). Sus duras prácticas de penitencia asustaron a su abad, que le pidió que abandonase el monasterio para evitar que los demás monjes exagerasen sus mortificaciones.
Así, se instaló inicialmente en una antigua cisterna abandonada en Tell Neschin; unos días después comenzó un ayuno de cuarenta días (el tiempo de duración de la Cuaresma), a imitación de Jesucristo. Aunque tuvo que ser ayudado por un anciano, completó el plazo prefijado y adquirió en lo sucesivo la costumbre de ayunar durante la Cuaresma, como penitencia por sus pecados y los de los demás. Tras ello se trasladó a una cueva en el desierto, más alejada aún; se cuenta que, para asegurarse de que no abandonaría el lugar, se hizo encadenar a una roca. Sin embargo, el obispo de Antioquía considero ésto como excesivo y Simeón se quitó la cadena a una orden suya. Entre tanto, su fama de hombre santo se extendía, y acudía mucha gente (obispos incluidos) de lugares próximos y lejanos (incluidas la Galia e Hispania) para pedir su consejo y llevarse reliquias suyas.
La gran afluencia de personas distraía a Simeón de la oración, por lo que en 422 buscó un nuevo lugar para establecerse. Pidió que le construyesen una columna de 3 metros, que con el tiempo fue elevando más y más hasta alcanzar los 17, siempre para evitar las molestias que le causaban. En ella, al aire libre, pasó casi cuarenta años hasta su muerte; este original hecho le dio su posterior fama y también su nombre, Estilita, ‘el de la columna’. Muy dado a los ayunos prolongados, comía y dormía muy poco, y pasaba casi todo el tiempo rezando, ya fuese de pie (con frecuentes reverencias hacia Dios), como arrodillado o postrado con la frente tocando el suelo. Un sacerdote le daba diariamente la Comunión. Lo poco que necesitaba se le subía a través de cuerdas.
A pesar de su búsqueda de soledad, a veces predicaba desde la columna en días festivos, e incluso se ocupaba de rencillas y pleitos que le eran consultados; también dedicaba parte de su oración a interceder por diversas personas. Según parece, sus palabras y el ejemplo de su vida, y su paciencia ante las pruebas a que a veces lo sometían (recibía insultos), lograron numerosas conversiones. Asimismo, unos monjes quisieron comprobar su obediencia, ordenándole que se uniese a su comunidad; Simeón, inmediatamente, se dispuso a bajar, cuando los monjes se consideraron satisfechos y le gritaron que se quedase arriba. En una ocasión le visitó el emperador Marciano, que se fue admirado.
Muerto en 459, ya anciano, mientras rezaba de rodillas, el pueblo trató de hacerse con su cuerpo como reliquia; el emperador lo prohibió empleando 600 soldados y lo enterró en Antioquia. El emperador León I, a finales del s. V lo trasladó a la capital, Constantinopla. Más adelante se levantó sobre la columna, que ya era centro de peregrinación, una enorme basílica, y junto a ésta, un monasterio de monjes estilitas, que imitaban a Simeón en sus prácticas de penitencia. Luego el complejo continuaría creciendo, siendo conocido como Qalat Samaan (‘Castillo de Siméon’), cuyas ruinas existen aún en la actualidad. Aunque ya se daba durante su existencia, tras su fallecimiento se extendió su veneración (facilitada porque la columna estaba cerca de la ruta entre Ciro y Apamea), con bastantes iglesias bajo su advocación y oraciones pidiendo su mediación. Ni siquiera la invasión árabe y la posterior islamización terminaron en un primero momento con el flujo de peregrinos hacia la basílica de Telanisos, que continuó hasta el año 895. En esta fecha, los soldados del emir de Alepo asaltaron la basílica y mataron a los monjes y a numerosos fieles, deteniendo la afluencia de gente. Su vida fue narrada por Teodoreto, obispo de Ciro (Siria), que había sido monje estilita. Ya en el siglo VI se escribió otra biografía suya, ésta de un abogado llamado Evagrio. Su fiesta se celebra el día de su muerte, el 5 de enero.
Bibliografía
-
CHAÎNE, M. La vie et les miracles de Saint Symeon stylite l’ancien. (El Cairo, Impr. de l’Institut français d’archélogie: 1948).
-
DORAN, R. The Lives of Simeon Sylites. (Kalamazoo, Mich., Cistercian Publications: 1992).
-
FARJEON, E. Ten saints. (Nueva York, H.Z. Walck: 1958).
-
Les Stylites syriens. (Milán, Centro propaganda e stampa-Franciscan Printing Press: 1975).
Enlaces en Internet
http://www.churchforum.org.mx/santoral/Enero/0501.htm ; Página con una biografía de San Simeón (en español).http://www.geocities.com/Colosseum/Bleachers/2953/tierrasanta/estilita221001.htm ; Página con información sobre San Simeón Estilita (en español).