Lenin o Vladimir Ilich Ulianov (1870-1924).
Político y estadista ruso, nacido en Simbirsk, a orillas del Volga, el 22 de abril de 1870. Fue el fundador del Partido Bolchevique, el impulsor de la revolución de octubre de 1917, el inspirador de la Internacional Comunista y el dirigente supremo del régimen soviético hasta su muerte en Gorki, cerca de Moscú, el 21 de enero de 1924.
Vladimir Ilich fue el tercer hijo de los Ulianov, una familia de la burguesía ennoblecida. Su adolescencia estuvo marcada por dos hechos significativos: la jubilación forzosa y la muerte de su padre Ilya Nikoláievich, director de enseñanza primaria de la provincia de Simbirsk, el 12 de enero de 1886, así como por el ahorcamiento el 20 de mayo del año siguiente de su hermano mayor Alexander, activista populista revolucionario en la Universidad de San Petersburgo, que fue implicado en una burda conspiración para matar al zar en la que también aparecía el nombre del futuro dictador polaco Joszef Pilsudski. En agosto de ese mismo año, el joven Vladimir ingresó en la Facultad de Derecho de Kazán, donde fue detenido el 17 de diciembre, e inmediatamente expulsado por su participación en asambleas ilegales convocadas contra la gestión educativa del gobierno. En su refugio familiar de Kokushkino comenzó a leer en 1888 literatura política y se hizo ferviente marxista. En mayo de 1890 reanudó sus estudios de Derecho y se graduó con honores en noviembre de 1891. Tras una breve estancia en Samará, en agosto de 1893, se instaló como abogado en San Petersburgo, donde realizó una labor profesional mediocre, pero trabó relación con algunos intelectuales marxistas y llegó a a dirigir el círculo revolucionario Stariki (Los Mayores). Fue entonces cuando se convirtió en un revolucionario profesional, y en calidad de tal intervino de forma cada vez más influyente en los círculos clandestinos marxistas de la capital. En marzo de 1894 redactó el folleto "Qué son los Amigos del Pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas", en el que se desmarcaba de las tácticas terroristas de los populistas. En mayo de 1895 viajó al extranjero con el fin de entablar contacto con los exiliados rusos en Europa, y muy especialmente con los dirigentes socialdemócratas Gueorgui Plejánov y Pavel Axelrod, residentes en Ginebra y Zurich. También se entrevistó en París con el yerno de Marx, Paul Lafargue.
A su regreso a Rusia en septiembre de 1895, él y Yuri Martov, futuro líder menchevique, fundaron la Unión para la Lucha por la Liberación de la Clase Trabajadora, cuyos miembros más destacados fueron apresados por la policía zarista en una gran redada efectuada el 21 de diciembre. Tras sufrir quince meses de prisión, Lenin fue deportado el 10 de febrero de 1897 a Siberia Oriental para cumplir una condena de tres años. Gozó de un régimen de vigilancia bastante benévolo en la localidad de Sushénskoie, donde coincidió con Nadezhda Krupskaya, con quien contrajo matrimonio el 22 de julio de 1898. En el otoño de 1897 había escrito Las tareas de los socialdemócratas rusos, cuyas tesis de lucha sin cuartel contra la autocracia zarista se convertirían veinte años después en los principios básicos del partido bolchevique. En abril de 1899 terminó de escribir su obra de análisis económico El desarrollo del capitalismo en Rusia.
Finalizado su exilio en febrero de 1900, Lenin retomó su trabajo de conspirador en una pequeña ciudad de las cercanías de San Petersburgo. Tras sufrir una nueva y breve detención policial, en julio volvió a marchar a Europa, donde asumió la dirección del periódico Iskra (La Chispa), que salió a la luz en Zurich a fines de año con el objetivo de unificar y coordinar a todos los grupos socialdemócratas rusos. En 1901 adoptó el seudónimo de Lenin, y junto con la publicación de Iskra en Leipzig a partir de diciembre de 1900 y de la revista teórica Zarya (El Alba), comenzó a trabajar en el ensayo ¿Qué hacer?, inspirado en la novela homónima de anticipación de Nikolai Chernichevski. En este libro se condensaba toda su filosofía revolucionaria: defendía la necesidad de una férrea organización partidaria formada por una vanguardia seleccionada, capaz de inyectar en el proletariado la necesaria conciencia revolucionaria. Al tiempo que publicaba esta obra, Lenin abandonaba Alemania para instalarse en Londres en abril de 1902. Su estancia en la capital británica se consumió entre largas sesiones matinales de estudio en la British Library (donde comenzó a escribir una crítica filosófica al socialista idealista Alexander Bogdanov que luego daría lugar a Materialismo y empiriocriticismo) y los contactos vespertinos con destacados socialistas ingleses o personajes del marxismo, como Eduard Bernstein y el joven León Trotsky.
Primeros movimientos revolucionarios
Por aquel entonces, su participación en el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), creado en Minsk en marzo de 1898, resultaba crecientemente conflictiva. El control de Iskra le dio oportunidad de ir aglutinando un grupo de revolucionarios profesionales fieles a su persoa y cada vez más alejados de las directrices marcadas por Plejánov, quien concebía el partido como representante de los trabajadores y de las masas explotadas, no como un partido eminentemente proletario abocado a organizar una estricta dictadura de clase. Lenin fue obligado por la dirección del partido a trasladarse a Ginebra para editar Iskra, y en el segundo Congreso del partido, celebrado en Bruselas y Londres en julio-agosto de 1903, comenzó a labrarse una justificada fama de despiadado polemista ávido de poder. En esta ocasión, sus tesis en favor de un reforzamiento de la organización central del partido, apoyadas por Plejánov, triunfaron sobre las de Martov y Vera Zasulich. La adopción de un programa político basado en la dictadura del proletariado abrió expectativas para una revolución a corto plazo para la que Lenin estaba especialmente predispuesto. Pero su triunfo provocó la escisión del POSDR en una fracción mayoritaria (los bolcheviques) y otra minoritaria (los mencheviques, inspirados por Martov), y la ruptura de relaciones con el influyente Bund socialista judío. Desalentado, Lenin dimitió del consejo de redacción de Iskra en noviembre de 1903, y del Comité Central del partido en marzo de 1904. De esa amarga experiencia surgió su ensayo Un paso adelante, dos pasos atrás, donde criticaba a sus enemigos en el seno del POSDR y aseguraba que la conquista del poder por parte del proletariado no necesitaba de una etapa previa de revolución democrático-burguesa.
A inicios de 1905 comenzó a traducir los escritos de J. A. Hobson sobre el imperialismo, y editó el primer número de su nuevo periódico Vperyod (Adelante). Muy poco después estallaba la revolución en Rusia (véase Revolución Rusa). Tras conocer las noticias de la matanza provocada el Domingo Sangriento en San Petersburgo (22 de enero de 1905), Lenin vio claramente la oportunidad de una revolución. Pero no acudió inmediatamente a Rusia, sino que pasó toda la primavera leyendo las obras de estrategia de Clausewitz y estudiando los aspectos prácticos de la guerra revolucionaria con apoyo obrero y campesino. La convocatoria de una huelga general en octubre le decidió por fin a viajar a San Petersburgo, donde Trotsky y otros camaradas estaban atizando la llama de la revuelta. Sin embargo, Lenin no pudo controlar a los soviets (juntas) de delegados obreros surgidos espontáneamente por todo el país. El 16 de noviembre, la policía detuvo al comité ejecutivo del soviet de Petrogrado, aunque ello no pudo evitar el desencadenamiento de una acción armada en Moscú a fines de año.
Aunque en la insurrección moscovita los bolcheviques desempeñaron un papel poco relevante, el fracaso del levantamiento puso a la fracción de Lenin en minoría en el seno del partido. Sometido a un tribunal interno del POSDR, sus invectivas contra los mencheviques agravaron aún más la situación interna. A inicios de 1907 tuvo que huir a Finlandia, mientras que el POSDR quedaba definitivamente polarizado en bolcheviques y mencheviques. En el V Congreso del partido, celebrado en Londres en abril-junio, Lenin logró controlar el Comité Central tras haber atacado sin contemplaciones a los mencheviques, a Plejánov (partidario de una alianza táctica con la burguesía liberal rusa) y a todos los que se negaban a apoyar su proyecto de "democracia revolucionaria" apoyada en exclusiva en el proletariado urbano.
Tras una breve estancia en Helsingfors y Ginebra, donde terminó su obra Materialismo y empiriocriticismo (que sería publicada en mayo de 1909), en diciembre de 1908 marchó a París, donde hubo de afrontar un intento de la dirección socialdemócrata para liquidar el ala izquierda de la organización. Allí dedicó la mayor parte del tiempo a estudiar en la Bibliothèque Nationale y a escribir artículos políticos para la prensa del partido, aunque en la primavera de 1910 suscitó un pequeño escándalo en la comunidad rusa local al ser sorprendido junto con su amante Inessa Armand. En noviembre fundó la Rabochaya Gazeta, y dirigió una escuela revolucionaria durante el verano de 1911.
Tras no pocas disensiones, los bolcheviques y los mencheviques consumaron su separación tras la Conferencia bolchevique celebrada en Praga en enero de 1912, donde, a espaldas de la cúpula del partido, Lenin preconizó tres objetivos: república democrática, jornada de ocho horas y distribución de la propiedad agraria entre los campesinos. A mediados de ese año dejó París y se instaló con su esposa y con sus seguidores Grigory Zinoviev y León Kaménev en Cracovia, cerca de la frontera rusa, donde esperaba dirigir mejor la acción revolucionaria, y comenzó a publicar el periódico Pravda (La Verdad). Para ese entonces, la fracción bolchevique gozaba una situación legal en Rusia, y disponía de seis representantes en la Duma, uno menos que los mencheviques.
Cuando estalló la Gran Guerra, Lenin, residente en la Galitzia austríaca, fue brevemente encarcelado en Novi Targ. Luego planeó su regreso a Suiza, desde donde proclamó la necesidad de transformar la guerra imperialista en un conflicto revolucionario contra el gobierno zarista, lo que le llevó a la definitiva ruptura con Plejánov, que en ese momento daba prioridad al apoyo táctico a las fuerzas aliadas. En mayo de 1915 escribió su opúsculo El derrumbamiento de la Segunda Internacional, dura invectiva contra Karl Kautsky y la estrategia colaboracionista de la socialdemocracia, sustanciada en las políticas de "unión sagrada" dirigidas al triunfo en la contienda. El 5 de septiembre de 1915 participó en la Conferencia Internacional Socialista de Zimmerwald, cerca de Berna, convocada por el Partido Socialista Italiano y organizada por los socialistas de la II Internacional opuestos a la guerra. Lenin votó en contra de la resolución por la que se pedía una paz sin indemnizaciones ni anexiones territoriales sobre la base de la autodeterminación de los pueblos. En una nueva Conferencia socialista celebrada en Kienthal en mayo del año siguiente, fracasó en su intento de movilizar a las fuerzas obreras para que la conflagración europea se convirtiera en una guerra de clases, pero logró forzar una moción de censura contra la II Internacional y sus dirigentes. A inicios de 1917 escribió El imperialismo, fase superior del capitalismo, basado en gran parte en su estudio de la obra de Hobson.
La llegada al poder de los bolcheviques
Al estallar la revolución antizarista en febrero-marzo, Lenin decidió regresar a Rusia, pero desde el 20 de marzo envió instrucciones de acción revolucionaria a través del Pravda, que luego fueron publicadas con el título de Cartas desde lejos. Por fin, tras una gestión de Martov (que, al frente de los "mencheviques revolucionarios" se oponía en ese momento al belicismo que campaba en el ala derecha de la socialdemocracia rusa), el gobierno alemán transigió en facilitar el paso de 32 refugiados rusos por territorio alemán en un vagón precintado que partió de Zurich el 9 de abril. Después de pasar a Suecia en ferry, los exiliados llegaron en la noche del día 16 a la estación de Finlandia de Petrogrado.
Tras su entrada en la escena política rusa en olor de multitud, Lenin hizo públicas las Tesis de Abril, en las que el partido bolchevique renunciaba a la guerra defensiva y a las anexiones, exigía la supresión del gobierno provisional, del parlamento, de la burocracia estatal y del ejército, y proponía la nacionalización de la propiedad agraria y la fusión de todos los bancos en una gran entidad financiera estatal. Sugería además la creación de una Internacional revolucionaria y reclamaba todo el poder para los soviets, que poco a poco fueron cayendo bajo el control del partido bolchevique. Los comunistas aparecían como dueños virtuales del poder político cuando, en el Congreso Panruso de los Soviets celebrado el 16 de junio, Lenin fue fervorosamente aplaudido, mientras que el ministro de la guerra, el social-revolucionario Alexander Kerenski, se vio obligado a advertir de las funestas consecuencias que podría acarrear al país la destrucción de las libertades políticas alcanzadas con la revolución democrática de febrero. Sin embargo, el fracaso de los motines impulsados en Petrogrado por el partido el bolchevique el 4 de mayo y el 16 de julio obligó a Lenin a buscar de nuevo refugio durante diez semanas en Finlandia, donde escribió El Estado y la revolución, su obra teórica de mayor envergadura entre el levantamiento frustrado de julio y la revolución de octubre. En ella se vaticinaba la destrucción del poder estatal y la creación de una sociedad comunista completamente libre tras un período transitorio de dictadura del proletariado. Percibimos aquí a un Lenin de tono libertario, muy alejado de sus exégesis sobre la disciplina partidista, para quien "mientras existe el Estado, no hay libertad; cuando exista la libertad, no habrá Estado".
De nuevo en Petrogrado a partir del 20 de octubre, el Comité Central del partido decidió tres días después, por diez votos contra dos (los de Kamenev y Zinoviev, partidarios de llegar a un gobierno de coalición con mencheviques y social-revolucionarios), poner en marcha la insurrección de forma inmediata. Desde ese momento, Lenin dirigió desde el Instituto Smolny la estrategia de doble poder que finalizó con el aislamiento del gobierno provisional y la toma del poder por los destacamentos de obreros y soldados fieles al Comité Militar Revolucionario dirigido por Trotsky. Tras la fácil conquista de oficinas de correos, teléfonos, telégrafos, estaciones de ferrocarril, fábricas de electricidad, el banco del Estado y los puntos neurálgicos de Petrogrado, las tropas bolcheviques asaltaron el Palacio de Invierno en la madrugada del 26 de octubre (8 de noviembre del calendario gregoriano), y capturaron a la mayor parte del gobierno provisional.
La insurrección había triunfado, pero la revolución no había ganado al conjunto del país. En el II Congreso de los Soviets, que tuvo lugar ese mismo día en el Smolny, las diferentes tendencias obreras, salvo los socialistas de izquierda, mostraron su total oposición al "golpe de Estado" bolchevique, y su decisión de entorpecer su avance por todos los medios a su alcance. En ese mismo acto, Lenin inició su discurso diciendo solemnemente: "damos comienzo a la tarea de construir la sociedad socialista". Acto seguido, sometió a la consideración de la Asamblea un decreto sobre la paz, en el que exhortaba a los obreros de Francia, Inglaterra y Alemania a unirse a la causa de la paz y de la emancipación de los trabajadores. Esa misma noche, redactó los primeros decretos sobre la nacionalización de las instituciones bancarias y la tenencia de la tierra; en este último proclamaba el final de la propiedad privada de los bienes rústicos, excepto de las tierras que pertenecían a "simples campesinos o cosacos".
Aunque asumió la presidencia del primer Consejo de Comisarios del Pueblo, en los días siguientes hubo de afrontar la amenaza de las tropas fieles a Kerensky que convergían sobre Petrogrado, y la imposición (a menudo sangrienta, como fue el caso de la lucha en Moscú del 9 al 13 de noviembre) del orden soviético en el conjunto de Rusia. Para coadyuvar a tal fin, el 10 de noviembre el gobierno publicó un decreto que restringía la libertad de prensa, el 1º de diciembre puso fuera de la ley el partido cadete (liberal), y el 5 de ese mes el Comité Revolucionario Militar fue sustituido por una Comisión Extraordinaria para combatir la Contrarrevolución y el Sabotaje (Cheka).
El 18 de enero de 1918, Lenin disolvió sin miramientos la Asamblea Constituyente, que desde las elecciones de noviembre-diciembre anterior (donde los bolcheviques obtuvieron menos del 25% de los sufragios) contaba con una mayoría absoluta de carácter socialista-revolucionario, y en su lugar estableció una Asamblea de los Soviets. Con este auténtico golpe de Estado parlamentario, el dirigente bolchevique inauguraba un régimen de dictadura partidista, pero la supervivencia del régimen dependía en gran parte de la actitud que mostrase ante el conflicto europeo, que se encontraba en su momento decisivo. Ante la posibilidad de mantener la lucha defensiva o de iniciar una costosa guerra revolucionaria contra Alemania, Lenin aceptó el 3 de marzo en Brest-Litovsk una costosa paz por separado que mutiló el territorio (con amplias cesiones en Polonia, Ucrania, Bielorrusia y estados bálticos), pero que hizo viable la andadura de la nueva República Soviética. Ese mismo mes, el POSDR cambiaba su denominación oficial por la de Partido Comunista bolchevique, para evitar cualquier asociación con los partidos socialdemócratas. También se hizo pública una Declaración de Derechos de los Pueblos de Rusia, donde se proclamaba el derecho a la autodeterminación y la plena igualdad de derechos y soberanía. Este nuevo marco jurídico permitió que Finlandia consolidase su independencia nacional.
El 10 de julio de 1918 el V Congreso Panruso de los Soviets aprobó la primera Constitución socialista de la historia, dirigida no a buscar un equilibrio entre poderes al estilo liberal, sino a confirmar a los soviets como fuente de todo poder, a sancionar la correlación de fuerzas en la lucha de clases y a sentar las bases de la dictadura del proletariado. Por ello, no presentaba una declaración de derechos y libertades (consideradas como meras "libertades formales" del constitucionalismo burgués), pero reconocía ciertos derechos del pueblo trabajador, como la libertad para organizar asambleas y manifestaciones, la igualdad con independencia de la raza o nacionalidad y el derecho de asilo a los extranjeros perseguidos por motivos políticos o religiosos. Este texto fundamental, que estableció el principio de la libre unión en una federación de Repúblicas nacionales y soviéticas, fue adoptado en primer lugar por la República Socialista Federativa de Rusia, pero a medida que los bolcheviques fueron triunfando en la guerra civil se incorporaron nuevas repúblicas: Bielorrusia en febrero de 1919, Ucrania en marzo de 1919, Azerbaidjan en mayo de 1921, y Armenia y Georgia en febrero de 1922.
A inicios de abril de 1918, fuerzas británicas y japonesas desembarcaron en Vladivostok, los alemanes se apoderaron de Crimea y los soldados rusos blancos se situaron en las inmediaciones de Moscú. La revolución dejaba paso a la intervención extranjera y a la guerra civil. El 11 de marzo de 1918, después de que Petrogrado se librara milagrosamente de caer en manos alemanas, el gobierno soviético pasó a Moscú, desde donde potenció el desarrollo del Ejército Rojo y de la Cheka como instrumentos del terror revolucionario. Esta política coactiva, que el comisario de Guerra Trotsky justificó en su Antikautsky como legítima defensa del régimen soviético en un contexto de agresión generalizada, no eliminó de forma inmediata la disidencia interior. El 30 de agosto, Lenin resultó herido de gravedad en un atentado perpetrado por Fanya Kaplan, una militante social-revolucionaria que trató de vengar la persecución a que eran sometidos sus camaradas. Una oleada de terror se adueñó por algunas semanas del país (la Cheka de Petrogrado fusiló al menos a 512 rehenes), mientras que en Europa el final de la guerra abría nuevas posibilidades a la expansión del comunismo a escala mundial.
Con la redacción de su opúsculo La revolución proletaria y el renegado Kautsky en noviembre de ese año (cruel diatriba contra el libro La Dictadura del Proletariado, publicado por el dirigente socialista alemán contra la deriva autoritaria de régimen bolchevique al que consideraba como contrario a la ortodoxia marxista), Lenin preparó el terreno para la creación de la Internacional Comunista, cuyo I Congreso se inauguró en Moscú el 2 de marzo de 1919 con asistencia de 35 delegados (en su mayor parte designados por el Comité Central bolchevique entre los dirigentes de los llamados partidos comunistas de los pequeños estados que habían formado parte del imperio ruso) y 15 invitados. En el verano de 1920 tuvo lugar el II Congreso de la Komintern, donde se adoptaron oficialmente las "Veintiuna Condiciones" para el ingreso en la nueva Internacional obrera: partidos socialistas revolucionarios de nuevo cuño, compromiso en la defensa de la "patria socialista", férrea disciplina interna, lucha teórica y práctica para escindir a los partidos socialdemócratas y absoluta subordinación estratégica a las directrices marcadas desde Moscú.
Los años 1919 y 1920 fueron los más duros del joven Estado soviético. A inicios de 1919 fracasaba la revolución comunista en Kiel y Berlín, el invierno extendió el hambre y el tifus por toda Rusia (se calculan unos 27 millones de víctimas), el bloqueo de las potencias capitalistas ahogaba la economía del país y los ejércitos blancos que dominaban las nueve décimas partes del territorio se encontraban a las puertas de Petrogrado. En respuesta a esta caótica situación, el gobierno bolchevique intensificó la represión y el acopio de recursos económicos a través del "comunismo de guerra", impuesto a mediados de 1918 como baza para la consolidación del poder revolucionario. Se requisaron los bienes muebles y las cosechas, y a pesar de la resistencia obrera y campesina se nacionalizaron las fábricas y la tierra, y se puso todo bajo supervisión y planificación centralizada. Las normas capitalistas de distribución y cambio desaparecieron, y en su lugar se instaló una planificación orientada teóricamente hacia las necesidades sociales, pero que en la práctica buscaba desviar los recursos a la prioritaria lucha contra los ejércitos contrarrevolucionarios.
Aunque, en un momento de desesperación, Lenin estuvo barajando seriamente la posibilidad de un traslado del gobierno y de la burocracia soviética a los Urales, poco a poco la situación política y militar fue mejorando. El Ejército Rojo obtuvo una victoria decisiva en Crimea en noviembre de 1919, Kolchak fue capturado y ejecutado y Denikin huyó a principios de 1920. La ofensiva polaca de abril de 1920 acabó con una contraofensiva soviética que aceleró la firma de la paz en octubre. En el frente interior, Lenin mantuvo su típica actitud de cruel determinación. A las ejecuciones de los socialistas revolucionarios siguió la publicación de La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, donde condenaba las desviaciones izquierdistas que se estaban produciendo en el partido. Tras obtener la victoria definitiva en la guerra civil a fines de 1919, Lenin trató de liquidar el "comunismo de guerra", que se había mostrado ineficaz para resolver el problema de las subsistencias, la caída de la producción industrial (que era el 5% de la de 1914) y agraria (60% de la de antes de la guerra europea) y el deterioro progresivo de las condiciones de vida.
El año 1921 trajo la paz a Rusia, pero el desasosiego político continuó, especialmente entre los obreros y soldados que habían llevado la carga más pesada de la guerra civil, y que ahora exigían el restablecimiento de las libertades políticas y sindicales. Las revueltas campesinas contra las requisas se multiplicaron en el bajo Volga, Rusia Central, Altai y Omsk, y el espíritu de rebeldía fue ganando terreno en las ciudades e incluso en el seno del propio partido comunista, donde surgió una "Oposición Obrera" dirigida por Alexandra Kollontai y Alexander Shliapnikov, que se mostraba partidaria de la lucha contra la corrupción y los abusos burocráticos. Tras la rebelión de los marineros de Kronstadt, ahogada sangrientamente por Trotsky el 18 de marzo, Lenin decidió en el X Congreso del Partido Comunista arbitrar tres medidas para atajar la crisis de posguerra. Propuso acelerar la disolución de los partidos de oposición, depurar las disidencias internas proletarizando el partido y exigiendo una obediencia absoluta a las decisiones del Comité Central, y estabilizar la economía mediante la promulgación el 11 de agosto de 1921 del decreto que anunciaba la Nueva Política Económica (NEP). Se abandonaba de este modo el ideario colectivista del "comunismo de guerra" y se iniciaba un efímero retorno a formas de capitalismo controlado, con el fin de estimular la producción, especialmente de bienes de consumo. A tal fin se desnacionalizaron pequeñas empresas y se crearon sociedades mixtas con parte de capital extranjero. La abolición del monopolio estatal de cereales permitió un aumento de la producción y una reducción en los precios de los productos agrarios, procesos que también se vieron favorecidos por el reconocimiento de la libre disposición de tierra por el campesinado y por la libertad de comercio interior, aunque el Estado siguió controlando los estratégicos sectores del comercio exterior, la industria pesada y la construcción. Al tiempo, el plan Goelro dio un importante impulso a la electrificación del país (Lenin dijo con orgullo que "el comunismo es el gobierno soviético más la electrificación de todo el país"), y se creó una Comisión Estatal para la Planificación (Gosplan) que acumuló experiencia técnica para la realización de los Planes Quinquenales a partir de 1928.
En 1922, a medida que la salud de Lenin se resentía del esfuerzo realizado en los años anteriores, la vieja estructura imperial zarista se fue transformando en un régimen federativo precursor de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Tras participar con su habitual energía en el XI Congreso del Partido Comunista celebrado a fines de marzo (donde atacó sin piedad a la nueva burocracia del partido y dio a entender que era preciso poner fin a la NEP), propuso a Stalin para la secretaría general del partido. Poco después se sometió a una operación en la que se le extrajo una de las balas del atentado de agosto de 1918, pero el 26 de mayo sufrió su primer ataque de hemiplejía, que le alejó paulatinamente del escenario político.
Refugiado en Gorki desde ese verano, Lenin pudo seguir presidiendo ese otoño las sesiones del gobierno soviético y del Politburó y del partido. Al tiempo, se enfrascó en una áspera diatriba con Stalin a propósito de la cuestión de las nacionalidades, para cuya resolución preveía la puesta en marcha de una Federación de Repúblicas independientes regidas por un Comité Ejecutivo Central de la Federación, e instituciones federales similares que colocarían a las repúblicas soviéticas en pie de igualdad. Pero poco a poco fue perdiendo el control efectivo sobre los asuntos de Rusia, que recayeron cada vez más en burócratas como Stalin o en ejecutores despiadados como Dzerjinski. Sufrió un segundo ataque el 16 de diciembre de 1922. Esa Navidad dictó una serie de disposiciones que tras su muerte fueron consideradas como su testamento político. En ellas expresaba su preocupación por el futuro liderazgo del partido, disputado con creciente ferocidad por Stalin y Trotsky, pero reconocía la mayor capacidad política de este último y sugería una ampliación significativa del Comité Central del partido, incorporando a miembros de la clase obrera.
El 9 de marzo de 1923 sufrió un tercer ataque, tras el cual perdió definitivamente el habla. Murió a las 18:50 horas del 21 de enero del año siguiente a consecuencia de una arterioesclerosis cerebral. En ese momento, la lucha que se estaba librando en las altas esferas del poder se había resuelto en favor de la troika compuesta por Kaménev, Zinoviev y Stalin, tras la condena a Trotsky pronunciada por la XIII Conferencia del Partido. Su cadáver fue velado del 23 al 27 de enero en la Casa de los Sindicatos de Moscú. Luego fue depositado en una cripta construida en las murallas del Kremlin. Cuatro meses después de su muerte fue embalsamado, y en 1930 fue trasladado a un enorme mausoleo de granito rojo australiano y pórfido de Carelia situado en la Plaza Roja de Moscú. Durante la Segunda Guerra Mundial, el cuerpo fue evacuado a Kuibishev, y más tarde a Kazán, para evitar su captura por los alemanes. En 1945 retornó de nuevo a Moscú.
Eduardo González Calleja
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