Antonutti, Omero (1935-2019)
Actor italiano, nacido en Udine el 3 de agosto de 1935 y fallecido ibídem el 5 de noviembre de 2019, cuyo nombre completo era Omero Antonutti Basiliano.
Vida
Un caso de vocación temprana, pero de concreción profesional un tanto tardía, ya que no pisó los escenarios hasta casi los treinta años. Los orígenes de Omero Antonutti son humildes y tuvo que esforzarse para compaginar sus primeros estudios con esa incipiente y fogosa necesidad de expresarse como actor.
Consiguió matricularse en la Academia de Arte Dramático de Trieste e inició un duro aprendizaje en competencia con jóvenes actores ambiciosos, que ansiaban colocarse en una cinematografía (la italiana) que vivía la resaca de las últimas producciones neorrealistas. Pero la tendencia del joven Antonutti se orientaba más bien hacia el teatro, de forma que siguió desarrollando sus aptitudes pacientemente hasta que, cumplidos ya los veintisiete años, debutó en los escenarios. Tuvo la oportunidad favorable de trabajar a las órdenes de prestigiosos y reputados directores escénicos de su país, como Luca Ronconi o Luigi Squarzina, lo que fortaleció su carácter y le afirmó en su vocación teatral.
Los escenarios de Trieste y Génova fueron testigos de su crecimiento como actor y, aunque el ámbito fuera provinciano, consiguió alcanzar una cierta reputación en el medio profesional, pues fueron años en los que desarrolló una actividad constante que enriqueció su formación, y el eco de algunas de estas interpretaciones, en las que alternaba el repertorio clásico con otras obras contemporáneas, llegó a traspasar el mundo teatral para interesar al medio cinematográfico; y en esos tablados de provincias fue donde llegaron a buscarle dos directores que serían determinantes en su carrera: los hermanos Taviani, Paolo y Vittorio.
Aunque antes de que aparecieran sus verdaderos ‘descubridores’, gozó de una estupenda oportunidad en sus comienzos gracias a Anno uno (1974), de Roberto Rossellini, dando vida a un militante comunista en ese film biográfico sobre Alcide De Gasperi y la vida italiana entre el 1944 y 1954; y poco después en un personaje breve, aunque jugoso, en la curiosa comedia policíaca La Donna della domenica (1976), de Luigi Comencini.
Pero, efectivamente, el papel determinante, decisivo en su carrera posterior, llegaría de la mano de los hermanos cineastas: lo que de verdad le dio a conocer, y no sólo en Italia, fue su áspera y desgarrada presencia en Padre padrone (1977), de Paolo y Vittorio Taviani, como padre del brutalmente explotado hijo, según el impresionante libro de Gavino Ledda Padre padrone, l’educazione di un pastore.
Omero Antonutti debutó en el cine español a las órdenes de Antonio Drove en la controvertida película La verdad sobre el caso Savolta (1979), según la novela de Eduardo Mendoza, pero no sería hasta tres años después cuando llegaría a mostrar la verdadera medida de su talento, sutil y versátil, al componer con extremada delicadeza y sensibilidad el personaje del misterioso zahorí en la obra maestra de Víctor Erice, El sur (1982). La sólida apariencia de Antonutti escondía una fragilidad que el actor hacía patente con una refinada economía expresiva.
Entretanto, había proseguido una carrera que se iba haciendo muy consistente en títulos importantes, con realizadores prestigiosos: O Megalexandros (1980), de Theodoros Anghelopulos, o La noche de San Lorenzo (1982), de nuevo con los Taviani. Dos películas singulares, de indiscutible signo político, que debaten el papel de la izquierda en la conflictiva Europa de la postguerra, y que no por casualidad tienen por protagonista a Omero Antonutti, actor que se iba caracterizando por su compromiso con las tendencias más progresistas.
Una vez más los hermanos Taviani le ofrecen una buena oportunidad al posibilitarle incorporar a Luigi Pirandello en el episodio Colloquio con la madre de la película Kaos (1984). Y hasta finales de esta década de los ochenta, su actividad en el cine español es incesante; pero no sólo en el cine, sino que también es reclamado por Televisión Española, y participa en dos obras de envergadura que le permiten enfrentarse a dos estupendas actrices: Espert en El rey y la reina (1984) y Charo López en Los Pazos de Ulloa (1984). Dentro de esta dedicación a nuestra cinematografía en dicho período, hay que destacar su encarnación del visionario Lope de Aguirre en El Dorado (1987), de Carlos Saura, y su participación en una película ‘maldita’ del cine español, pero muy interesante por varios conceptos, Doblones de a ocho (1989), de Andrés Linares.
Fueron, de nuevo, los hermanos Taviani, descubridores y muñidores de su talento interpretativo, los que le ofrecen una posibilidad nueva: traspasar las fronteras europeas y rodar en Estados Unidos, en la sugestiva e imaginativa Good morning Babilonia (1986). Esta actividad profesional cosmopolita, a caballo entre Italia y España, le permite a Antonutti intervenir en producciones europeas muy diversas, tanto con realizadores asentados como con jóvenes prometedores. Así, tras participar con el polémico Marco Bellocchio en La visione del Sabba (1988) y con el no menos controvertido Miguel Littín en Sandino (1989), trabaja en la coproducción hispano-portuguesa Amor y deditos del pie (1990), de Luis Filipe Rocha, y en la adaptación de la novela homónima de Vázquez Montalbán El laberinto griego (1991), de Rafael Alcázar.
Pero son de nuevo dos películas españolas las que dan la medida de un talento que lleva años madurando y que puede ofrecer su personalidad sobria y recia, contenida y capaz de expresar con gran economía de medios los más sugerentes registros interpretativos: El maestro de esgrima (1992), de Pedro Olea, en la que incorpora el personaje Astarloa, donde mantiene un atractivo duelo (interpretativo y a espada) con Assumpta Serna, y la delicada y sensible película de Gracia Querejeta Una estación de paso (1992).
En la década de los noventa, la actividad de Omero Antonutti siguió desarrollándose bajo similares parámetros: producciones europeas de distinto calibre y participación en varias series televisivas (fundamentalmente italianas). Hay que consignar, sin embargo, que su contribución al cine español disminuyó un tanto en los últimos años.
Filmografía
Trabajos para el cine
1966: Los placeres de la noche; Schwarzer markt der liebe.
1974: Anno uno; Processo per diretissima; Kidnap.
1976: La mujer del domingo.
1977: Padre padrone.
1979: La verdad sobre el caso Savolta; Nell’occhio della volpe.
1980: Megaleksandros.
1981: Matlosa.
1982: El sur; Grog; La noche de San Lorenzo; L’isola.
1983: Nocturno.
1984: Kaos.
1985: Golfo de Vizcaya.
1986: Rumbo norte.
1987: Buenos días, Babilonia.
1988: El Dorado; La visione del Sabba.
1989: Bankomatt.
1990: Sandino; Doblones de a ocho; Amor y deditos del pie.
1991: Una storia semplice; El laberinto griego; Solitud.
1992: El maestro de esgrima; Una estación de paso.
1994: Genesi: la creazione e il diluvio; Farinelli.
1995: Un eroe borghese.
1996: La frontiera.
1997: La terza luna; Bajo bandera.
1998: Tu ridi.
Trabajos para televisión
1979: La vita di Giuseppe Verdi.
1982: Il quartetto Basileus.
1983: Il desertore.
1985: El rey y la reina; Los pazos de Ulloa; Quo vadis?.
1993: König der letzten tage.
1996: Mein sohn ist kein mörder.
1997: La casa bruciata; Fátima.
1998: Cristallo di rocca; Ombre.