Salvador, Humberto (1909-1982).


Narrador, dramaturgo, ensayista, periodista, abogado y profesor universitario ecuatoriano, nacido en Guayaquil en 1909 y fallecido en su ciudad natal en 1982. Por la riqueza, hondura y vastedad de su obra, está considerado como uno de los más brillantes humanistas de la cultura ecuatoriana contemporánea, en la que introdujo las primeras aplicaciones literarias de las técnicas del psicoanálisis descritas por Sigmund Freud, así como los postulados iniciales del realismo social nacido tras la Revolución Rusa.

Volcado desde su temprana juventud hacia el estudio de las disciplinas humanísticas y el cultivo de la creación literaria, el joven Humberto Salvador se inclinó en un principio por el conocimiento del Derecho, lo que le permitió obtener un título universitario y ejercer la abogacía, como principal actividad, durante los primeros años de su trayectoria profesional. Muy pronto, empero, cedió al impulso de su vocación literaria, que le llevó a darse a conocer como escritor por medio de una recopilación de relatos presentada bajo el título de Ajedrez (Quito; Imprenta de la Escuela de Artes y oficios, 1929). Desde las páginas vanguardistas de esta opera prima, el joven narrador de Guayaquil anunció las líneas generales que habrían de caracterizar el resto de su producción literaria, marcada por hondas preocupaciones sociales que, amparadas en sus firmes convicciones socialistas, acabarían por convertir a Humberto Salvador en el introductor de la novela proletaria en las Letras ecuatorianas.

En efecto, la inicial influencia vanguardista presente en los relatos breves de Ajedrez se prolongó en su siguiente entrega literaria, una narración extensa titulada En la ciudad he perdido una novela (Quito; Talleres Tipográficos Nacionales, 1930), obra en la que se hacen patentes también las huellas de algunos grandes maestros europeos como el francés Marcel Proust o el italiano Luigi Pirandello; sin embargo, ya desde el mismo título de esta obra se anuncia una preocupación del autor de Guayaquil por el espacio urbano, que en posteriores entregas narrativas aparecerá poblado por las capas sociales inferiores, en un intento de llevar los intereses y las inquietudes del proletariado al género narrativo.

Tras la publicación de Taza de té (Quito: Ed. del Autor, 1932) -una nueva colección de cuentos marcados todavía por el influjo de diversas corrientes vanguardistas-, Humberto Salvador se adentró de lleno en el realismo social a través de una novela titulada Camarada (Quito; Ed. del Autor, 1933), obra cuyo significativo título abre paso a un comienzo en el que se focalizan los nombres de Marx y Freud como auténticos artífices del progreso de la humanidad. A partir de entonces, los mayores esfuerzos de Humberto Salvador como autor literario y ensayístico irán dirigidos a la conciliación de las propuestas de ambos «maestros de la sospecha», si bien en muchas ocasiones sabrá diferenciar con precisión los postulados freudianos de los marxistas, para dar primacía -según el caso concreto que le ocupe- a unos sobre otros. En cualquiera de ambos casos, la localización espacial de sus ficciones, siempre reducida a la ciudad de Quito, convierte a Salvador en el primer narrador urbano de las Letras ecuatorianas, singularmente diestro en la presentación de los tipos sociales que habitan los barrios más humildes de la ciudad (proletarios y pequeña burguesía).

Dentro de este esfuerzo por asimilar las propuestas del realismo social procedente de la nueva teoría literaria marxista, Humberto Salvador describe toda la belleza y la miseria de una ciudad poblada, más que por personajes individualizados, por una serie de estereotipos sociales que se ponen al servicio de su ideología socialista. Como era de esperar, este proceso de creación literaria encaminado a la defensa de unas tesis políticas e ideológicas no logra zafarse de un cierto envaramiento que impide el natural desarrollo de la ficción narrada, en muchas ocasionas lastrada por las constantes apreciaciones éticas que introduce directamente el autor. Ello se pone de relieve, más que en cualquier otra obra, en las dos siguientes entregas novelescas de Humberto Salvador, publicadas bajo los títulos de Trabajadores (Santiago de Chile; Ercilla, 1936) y Noviembre (Quito; Talleres Gráficos de Educación, 1939).

Posteriormente, la producción narrativa del escritor de Guayaquil fue decantó progresivamente por el análisis psicoanalista, manifiesto en algunas novelas como Prometeo (Quito; Talleres Gráficos de Educación, 1943), La novela interrumpida (Quito; Ed. Quito, 1944), La ráfaga de angustia (Guayaquil; Ed. Universidad, 1971) y Sacrificio (Guayaquil; Casa de la Cultura, 1978). Otras novelas suyas de cierto interés son las tituladas La sinfonía de los Andes, La fuente clara y Silueta de una dama.

Al margen de su actividad literaria como narrador, Humberto Salvador también gozó de cierto prestigio en su condición de dramaturgo y autor de varias obras de ensayo. Entre sus principales aportaciones al Arte de Talía, cabe destacar las piezas teatrales tituladas Intimidades y Amor prohibido; y, entre sus obras de pensamiento e investigación, conviene recordar Los fundamentos del psicoanálisis y Esquema sexual. Consolidado, en fin, por el conjunto de esta brillante producción literaria, como uno de los principales intelectuales del panorama cultural ecuatoriano del siglo XX, el autor de Guayaquil extendió también su magisterio desde las aulas de la Universidad Central, en la que ejerció la docencia en calidad de catedrático de Literatura, y a través de las páginas del rotativo El Día, cuya dirección ocupó durante varios años.

Bibliografía.

  • – CARRIÓN, Benjamín. Obras (Quito; Casa de la Cultura, 1981).

– DONOSO PAREJA, Miguel. «Un trasplante casi total», en Los grandes de la década del 30 (Quito; El Conejo, 1985).

– RIBADENEIRA, Edmundo. «La obra contradictoria de Humberto Salvador», en La moderna novela ecuatoriana, págs. 150-156 (Quito; Editorial Universitaria, 1981).