Rowling, Joanne Kathleen (1965-VVVV).
Narradora británica, nacida en Chepstow el 31 de julio de 1965. Escritora frustrada durante varios años, su nombre saltó a la fama mundial en 1997, a raíz de la publicación de la primera entrega de su celebérrima saga de novelas infantiles centrada en el personaje de Harry Potter, un niño aprendiz de brujo que, en apenas unos años de existencia, ha cautivado a millones de lectores en todos los rincones del planeta. Las novelas de Harry Potter se han traducido a más de cincuenta idiomas. En 2003 obtuvo el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por «promover la imaginación como fuente de libertad«.
Vida
Alentada desde su niñez por una encendida pasión literaria, Joanne Kathleen Rowling heredó de su madre la afición por la lectura y comenzó a devorar con ansiedad todos los libros que quedaban a su alcance. Según declaraciones de la propia escritora, «no hubo en mi casa ningún libro que me estuviera prohibido, así que he leído de todo«. Entre los autores y las lecturas que gobernaron su infancia y marcaron profundamente los senderos literarios por los que luego habría de progresar Rowling figuran Jane Austen, Clive Staples Lewis, Ian Lancaster Fleming, Elizabeth Goudge, Clement Freud, Roddy Doyle y, entre otros muchos, Paul Gallico.
Fruto de esta precoz vocación literaria fue un primer relato escrito a los seis años de edad, en el que contaba las peripecias de un conejo llamado Conejo. A partir de entonces, siguió escribiendo con asiduidad, de forma compulsiva, durante el resto de su infancia, en su adolescencia y en plena juventud, hasta que decidió encauzar esta pasión humanística y creativa por medio de la realización de estudios superiores de Letras. Y así, la animosa escritora amateur se matriculó en la Exeter University, de donde regresó con el título de licenciada en literatura clásica y francesa, después de haber realizado uno de los cursos de esta carrera en la prestigiosa universidad parisina de La Sorbona.
Al término de sus estudios superiores, Joanne Kathleen Rowling se instaló en Londres y trabajó durante algún tiempo en la sede que la organización mundial Amnistía Internacional tiene en la capital del Reino Unido, donde realizó investigaciones sobre los abusos contra los derechos humanos cometidos en algunos lugares del continente africano. Poco después, se trasladó a Portugal y comenzó a trabajar como profesora de inglés en Oporto, donde conoció a un ciudadano portugués con el que contrajo matrimonio en Lisboa. Continuó impartiendo lecciones a adolescentes hasta que su matrimonio -tan precipitado como fugaz- fracasó sin paliativos, por lo que, con una hija de poco más de tres meses (llamada Jessica en homenaje a una de las escritoras preferidas de Joanne Kathleen Rowling, Jessica Mitford), regresó a las islas británicas y se estableció de nuevo en Edimburgo, donde continuaba residiendo su hermana Di. Poco tiempo atrás había fallecido, tras una larga y penosa agonía, su madre, con la que la escritora había mantenido siempre una estrecha relación presidida por las afinidades literarias de ambas. Su padre -un modesto trabajador de la empresa fabricante de automóviles Rolls Royce-, se acababa de casar en segundas nupcias, por lo que no encontró en él el apoyo necesario para encauzar su vida y sacar adelante a su pequeña hija.
Llegaron, entonces, los tiempos de penurias y estrecheces, en los que Joanne Kathleen Rowling subsistió de mala manera en un incómodo y reducido apartamento (tan miserable que carecía incluso de calefacción), sostenida por un exiguo subsidio de desempleo y aliviada, tan sólo, por su constante afición a la escritura (que, según declaró luego la escritora, fue lo único que le impidió caer en la locura). La aguda depresión mental en que incurrió al perder la autoestima (pues se encontraba desolada al tener que depender de dicho subsidio oficial) se tradujo también en una peligrosa incapacidad para encontrar cualquier ocupación que no estuviera relacionada con la literatura, lo que incidía cada vez más negativamente en sus menguados recursos económicos, hasta el extremo de que -según palabras de la propia escritora- «hubo días en que si bien Jessica comía, yo no«.
Fue entonces cuando comenzó a frecuentar las mesas del café Nicholson, de Edimburgo, único local en que le consentían pasar varias horas escribiendo a cambio de la única consumición que podía permitirse pagar. Durante un largo y tedioso recorrido en tren desde Manchester hasta Londres, se le ocurrió, repentinamente, el personaje de Harry Potter y la línea argumental básica de sus aventuras; y, tan pronto como volvió a ocupar su mesa del café Nicholson (hoy en día convertido en centro de peregrinación de todos los fieles lectores de la escritora escocesa, que pueden hallar allí una placa con la siguiente inscripción: «Aquí se escribió Harry Potter«), planeó con asombrosa y rigurosísima meticulosidad la trama argumental de cada uno de los siete libros que habrían de configurar la extensa novela dedicada a su acariciado personaje. A tal punto llegó su propósito de enfrentarse, desde el comienzo de la redacción definitiva, con una historia bien perfilada y perfectamente cerrada, que lo primero que hizo fue escribir el último capítulo del libro séptimo, para que el resto de las aventuras de Harry Potter condujeran directamente hasta esa bien planificada conclusión, sin desviarse un punto de la idea original: «Sé exactamente adonde me dirijo en esta historia, la conozco tan bien, conozco tantos detalles sobre los personajes a medida que van creciendo año a año, lo que viven y vivirán, que nunca se me ocurriría no serle fiel a la historia«.
Tras haber redactado este final que se supone será el definitivo, comenzó a escribir a mano en las mesas del café, con su pequeña hija durmiendo a su lado, la primera entrega de la serie, que, una vez concluida, hubo de mecanografiar varias veces en una vieja máquina de escribir, pues no tenía dinero siquiera para pagar las fotocopias que le pedían en las editoriales donde pretendía presentar el original. En varias de ellas rechazaron la obra de Rowling, alegando que se trataba de una novela excesivamente larga para los gustos del público infantil y juvenil, y enriquecida con una carga demasiado densa de valores literarios. Pero la tenaz escritora escocesa, consciente de haber pergeñado uno de los grandes clásicos de la literatura universal destinada a los jóvenes lectores, siguió insistiendo hasta que la editorial Bloomsbury aceptó el original, para editarlo sin pérdida de tiempo en junio de 1997. A partir de entonces, Joanne Kathleen Rowling se ha convertido en una de las autoras más célebres y adineradas de las Letras contemporáneas.
Después de dar por concluida la exitosa saga del niño mago Harry Potter, la escritora edita en diciembre 2008 Los cuentos de Beedle el bardo.
Obra
Antes de escribir las novelas dedicadas a Harry Potter, Rowling publicó un par de novelas para adultos sin demasiado éxito.
El éxito de Harry Potter radica tanto en la maestría de Rowling para crear un personaje que colma las expectativas fantásticas y aventureras del lector infantil, como en su deslumbrante capacidad para ofrecer al público adulto una historia mágica que recupera ese mundo añorado de la infancia, plagado de símbolos que, poco a poco, permitían ir asimilando el complejo universo de los mayores.
Para iluminar mejor la exitosa andadura de este aprendiz de brujo, se ofrecen a continuación los resúmenes argumentales de cada una de las seis primeras entregas de Harry Potter.
Harry Potter y la piedra filosofal
Recién ingresado en el internado de Hogwarts, Harry Potter entabla amistad con Ron Weasley y Hermione Granger. El centro es parte de la casa Gryffindor, en la que, según asegura la leyenda, sólo moran los valientes. Pero no todos los personajes que le rodean son amigos, como queda patente tras la aparición de Draco Malfoy, quien se complace en hacer la vida imposible al pobre Harry. Pronto saldrá a escena también el poderoso mago Lord Voldemort, el brujo más perverso de todos los tiempos, que intenta acabar con la vida del protagonista después de haber dado muerte a sus padres. Pero Harry Potter advierte que su peligroso enemigo está ahora mucho más debilitado, por lo que no duda en enfrentarse abiertamente contra él.
Harry Potter y la Cámara Secreta
Ron Weasley y sus hermanos gemelos Fred y George acuden a Privet Drive, en donde Harry Potter está pasando las vacaciones, para rescatarlo de tan espantoso lugar y llevarlo hasta su casa. De regreso al internado de Hogwarts, Harry y Ron encuentran numerosas dificultades para llegar hasta el colegio, debido, entre otras causas, a que pierden el tren que debería conducirles hasta allí. Cuando finalmente consiguen llegar al centro donde ambos están internos, se encuentran con que Hogwarts está amenazado por un monstruo terrible que ronda por los pasillos e intenta aniquilar a los alumnos de «sangre sucia», es decir, los pertenecientes a la estirpe de los muggles. El terror se ha generalizado incluso entre los profesores, que han decretado desesperadas medidas de seguridad para preservar la vida de los alumnos. Pero será Harry Potter quien se encargue de enfrentarse con el horrible monstruo y, de paso, descubrir los misterios de la inquietante Cámara Secreta.
Harry Potter y el prisionero de Azkaban
Sirius Black, un despiadado asesino dotado de poderes mágicos, acaba de huir de la prisión mágica de Azkaban, en la que había sido encerrado por haber matado a doce muggles y a un mago que había sido compañero suyo de colegio, al que aniquiló con un solo movimiento de varita mágica. En el solemne Ministerio de la Magia, los magos que lo regentan se han tenido que servir de numerosos hechizos para que los muggles perdieran la memoria de lo ocurrido y acabaran aceptando que la muerte de los suyos fue debida a una accidental explosión de gas. Por Hogwarts corre el rumor de que Sirius Black se ha vuelto loco de remate y sólo quiere acabar con la vida de Harry Potter, por lo que el Ministerio de la Magia envía al internado a una delegación de vigilantes de Azkaban (los famosos dementores), con la misión de atrapar a Sirius. Pero los dementores causan un efecto muy negativo en la escuela, ya que sólo se alimentan de la alegría y la energía positiva de la gente, por lo que la tristeza y la angustia se apoderan de los habitantes de Hogwarts.
Harry Potter y el cáliz de fuego
Ron está furioso y celoso, porque su amiga Hermione, a la que ama en secreto, se ha enamorado de un chico nuevo, Victor Krum. Por su parte, el bueno de Harry Potter ha caído también bajo la tiranía del amor, y bebe los vientos por la joven Cho Chang, recién nombrada capitana del equipo de quidditch de Ravenclaw. Movido por esta pasión, consigue que Hermione, Ron y su hermano mayor Bill le acompañen a ver jugar al equipo de Cho Chang, que participa en los Mundiales de quidditch que se celebran aquel año. Todo transcurre en aparente calma hasta que, nada más acabar los Mundiales, aparece en el cielo un signo terrible que espanta a todos los que lo contemplan: la marca inconfundible de Lord Voldemort.
Harry Potter y la Orden del Fénix
Después de unas aburridas vacaciones con sus tíos, durante las cuales no ha tenido ninguna noticia de sus amigos Ron y Hermione, Harry Potter va a iniciar su quinto año en el internado de Hogwarts, escuela de magia y hechicería en la que descubrió sus poderes. Pero en Privet Drive es atacado por los dementores, los vigilantes de la prisión de Azkaban, en la que estaba preso Sirius Black.
Harry Potter y el misterio del príncipe
Es el sexto curso de Harry Potter en Hogwarts y Lord Voldemort se convierte en una amenaza aun más seria para toda la comunidad mágica y muggle. Harry descubre detalles del pasado del poderoso mago malvado y un Libro de Pociones que tal vez pueda ayudarle a combatir muchos de los terribles peligros que acechan la escuela; el autor de las anotaciones que figuran en el libro es el misterioso «príncipe». Además, en esta nueva aventura Harry Potter descubrirá el amor.
Enlaces en Internet
http://www.jkrowling.com; página oficial de la autora.