Rodríguez, Antonio José (1703-1777).


Médico y divulgador científico nacido en la localidad madrileña de Villaviciosa en 1703 y fallecido en Veruela, provincia de Zaragoza, en 1777.

Fue un monje cisterciense que desempeñó un destacado papel en el proceso de renovación científica de la medicina española durante la primera mitad del siglo XVIII. A los catorce años tomó el hábito de benedictino cisterciense de la congregación de Aragón en el Real Monasterio de Nuestra Señora de Veruela, donde desarrolló toda su actividad, como él dice, «sin oír maestro ni aun para la gramática, sin ver universidades, colegios ni cátedras». Allí mismo y por propia iniciativa, estudió farmacia, botánica, medicina, teología, etc. Esa falta de contacto con la cultura académica le permitió quizá defender unas doctrinas médicas que, si bien en muchos campos fueron contradictorias, tuvieron el denominador común de la renovación.

En su primera obra, Palestra crítico-médica (1731-1719), Rodríguez criticó los principales sistemas médicos y defendió la experiencia frente al saber libresco. Se ocupó también de la posible aplicación terapéutica de la música, sobre todo en las enfermedades que consideraba «nerviosas». Lo más destacable de este libro es el estudio dedicado a los procesos febriles, en el que subraya que no hay fiebres esenciales, sino que la calentura es siempre un síntoma o efecto de una lesión más o menos patente.

Muchas de las ideas defendidas en la Palestra despertaron muy pronto la animadversión de algunos médicos, que no podían tolerar que alguien ajeno a la profesión se permitiera opinar sobre temas médicos. Las dos disputas más importantes fueron las que entabló con Francisco García Hernández y con Narciso Bonamich. El primero defendía las teorías embriológicas «animaculistas» frente al «ovismo» de Rodríguez. De mayor alcance fueron las polémicas que mantuvo con Bonamich, sobre todo porque éste atacó el fundamento de toda la obra del monje, es decir, su empirismo radical. Bonamich contradijo además sus juicios negativos sobre la sangría y sobre la naturaleza de los procesos febriles, en especial la crítica que el cisterciense había hecho de la fermentación de la sangre como causa inmediata del acceso febril. También se enfrentó Bonamich a la repulsa del padre Rodríguez hacia la validez de la experiencia anatómica. Sin embargo, éste fue uno de los criterios que cambió Rodríguez en su segunda obra, titulada Nuevo aspecto de Theología Médico-Moral (1742), en la que defendió, a su modo, el saber anatómico y la práctica de la disección.

Bibliografía.

Fuentes.

Palestra crítico-médica en que se trata de introducir la verdadera Medicina…, 6 vols., Pamplona, J. J. Martínez y Zaragoza, F. Moreno, 1734-1749.Nuevo aspecto de Theología médico-moral, 3 vols., Zaragoza, F. Moreno, 1742-1751.

PALAU DULCET, A. Manual del librero hispano-americano. Barcelona-Madrid, J. M. Viader, 1948-1977, vol. XVII, pp. 208-210.

Estudios.

HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. Historia bibliográfica de la medicina española. Vda. de Jordán e hijos, 1842-1852, vol. VII, pp. 45-50.GRANJEL, L. S. El pensamiento médico del Padre Antonio José Rodríguez, Publicaciones del Seminario de Historia de la Medicina. Estudios, 1 (1957), 223-302.