Rivière, Jacques (1886-1925).
Narrador, ensayista y crítico literario y artístico francés nacido en Burdeos en 1886 y fallecido en París en 1925. Autor de una lúcida y amena producción ensayística que aborda las más variadas manifestaciones de la creatividad humana (como la literatura, la pintura y la música), está considerado como uno de los grandes teóricos que contribuyeron a forjar los gustos artísticos y literarios del siglo XX.
Jacques Rivière se reveló como una de las inteligencias críticas más agudas y fecundas de su generación a comienzos de la segunda década del siglo XX, cuando dio a la imprenta una colección de ensayos sobre poetas, músicos y pintores contemporáneos que, presentada bajo el título de Études (Estudios, 1912), puso de manifiesto su asombrosa capacidad para penetrar en los secretos de la estética desde planteamientos rigurosamente novedosos. Su penosa experiencia durante la Primera Guerra Mundial, que le redujo a prisión durante cuatro años en Alemania y Suiza, le brindó los materiales necesarios para escribir el apasionado ensayo autobiográfico L’allemand. Souvenirs et réflexions d’un prisonnier de guerra (El alemán. Recuerdos y reflexiones de un prisionero de guerra, 1918), un análisis amargo de esa crisis moral e intelectual del pueblo germánico que había propiciado la ominosa propagación del conflicto bélico.
Una vez recobrada la libertad, regresó a Francia y se estableció en París, donde en 1919 asumió la dirección de la célebre publicación cultural Nouvelle Revue Française, al frente de la cual se mantuvo hasta el final de sus días. Compaginó estas labores periodísticas con la redacción de otros textos ensayísticos de notable alcance en medios artísticos e intelectuales franceses, muchos de ellos recopilados en una edición póstuma titulada Nouvelles études (Nuevos estudios, 1947). Convertido, en fin, en una de las figuras más relevantes de la cultura francesa de los años veinte, se relacionó estrechamente con algunos autores de la talla de Marcel Proust (1871-1922), Thomas S. Eliot (1888-1965), Alain-Fournier (1886-1914), Antonin Artaud (1896-1948) y Paul Claudel (1868-1955), con los que mantuvo una interesante correspondencia que fue publicada también tras su prematura desaparición (falleció antes de haber cumplido los cuarenta años de edad).
Fue precisamente la influencia directa de Paul Claudel lo que acercó a Jacques Rivière al catolicismo en sus últimos años de existencia, evolución espiritual que dejó plasmada en su ensayo À la trace de Dieu (Tras la huella de Dios, 1925). Otro ensayo suyo de notable interés para el conocimiento de la literatura y el pensamiento de su época, publicado también póstumamente, es el titulado Freud y Proust (1927).
En su faceta de narrador (menos merecedora de atención que su dedicación al ensayo y a la crítica), Jacques Rivière hizo una incursión en la novela de análisis por medio de su narración extensa titulada Aimée (1922).